Terrace House: Homecoming 2020 (Haikyuu!! Multiship AU, #Volleyball2020)

Exhala

Advertencia: experiencia disociativa.

*

En algún momento de su huída, Tobio se desconecta del mundo.

Distante, siente como si lo persiguieran todos sus demonios de camino a la puerta. Distante, se voltea mientras se pone los zapatos mecánicamente. Distante, contempla la expresión preocupada de Sawamura.

Una conversación (que no recuerda) más tarde y una disculpa (con voz que no parece la suya) después, sus sentidos comienzan a regresar gradualmente.

El frío que cubre las plantas de sus pies descalzos es lo primero que siente. La cerámica en el suelo del baño inunda de blanco su visión, y cuando levanta la cabeza puede apreciar un ventanal que permite ver un jardín. La falta de privacidad le devuelve instintivamente un poco de autoconciencia, y descubre aliviado que todavía tiene su ropa puesta.

El sonido de unas cuantas gotas rompiendo la superficie del agua en una bañera llena le permite estar algo más alerta, algo más despierto. Un reloj de pared cuyas manecillas se mueven al mismo compás que marcan las gotas le avisa que son las siete de la noche. Así como no recuerda las horas pasadas, no tiene memoria de haber preparado el baño.

Un par de minutos transcurren sin movimiento alguno.

Tobio respira sin pensarlo demasiado, su cuerpo ya acostumbrado a sobrevivir.

Otro par de minutos transcurren en silencio.

Cuando comienza a sentirse incómodo por el frío que se filtra hasta sus huesos, Tobio se mueve. Se trata de un movimiento imperceptible, apenas un pequeño paso sin dirección, pero es suficiente para que el hombre note la presión que el micrófono todavía ejerce sobre su piel, bajo su camiseta deportiva.

El pelinegro se congela, y escucha.

Por supuesto, nada le llega del otro lado del micrófono. Así no es como funciona, lo sabe, pero por alguna razón imagina la voz de Tsukishima acusándolo con desdén, quejándose de su comportamiento, diciéndole al director Ennoshita algo como "Te dije que este idiota lo arruinaría todo".

Con rabia (hacia él mismo o hacia el rubio, es difícil distinguir la diferencia), Tobio despega el micrófono de su ropa. Si la fuerza de su agarre no es suficiente para dañar el dispositivo, seguramente el impacto con la pared al lanzarlo hacia el otro lado del baño sí lo es. Tendrá que pagar por eso después, pero por el momento no le importa demasiado.

En un arranque de terquedad, Tobio decide que tampoco le importa demasiado si hay alguna cámara en el jardín. Recuerda vagamente la cláusula de privacidad del contrato y sabe que la producción del programa no puede mostrar su cuerpo totalmente desnudo en pantalla. Y lo cierto es que él, quien ha tenido que ser modelo para varias marcas de ropa interior masculina debido a los contratos con sus patrocinadores, ha perdido rápidamente la timidez de su adolescencia.

Cinco minutos más tarde se encuentra en la bañera, permitiendo que sus músculos se relajen por primera vez desde que llegó a la casa. Ya que se trata de un ritual que asocia con las noches después de un entrenamiento relativamente duro, en esta ocasión el agua también logra calmarlo.

No ha pasado mucho tiempo cuando Tobio escucha la voz de Sawamura al otro lado de la puerta del baño, y no puede evitar saltar un poco.

—Kageyama, ¿estás bien? ¿El agua no está demasiado caliente?

Eso responde la pregunta de quién preparó el baño.

—Eh... Sí. Está bien. El agua, digo —tartamudea el menor en respuesta.