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—Franklin Castiglione —el demonio enfrente suyo levantó la mirada de un viejo revolver sin municiones que había captado su atención. La velocidad con la que el armamento bélico evolucionaba le parecía fascinante a aquel vampiro.
—¿Quién es?
Mattheo lo señaló victorioso antes de aventarle una carta que un tal Percy, un buen amigo del pelirrojo, había sellado y mandado una semana antes: Franklin Castiglione había nacido hace treinta y cinco años en la ciudad en Nueva York y actualmente recidía en un departamento de Hell's Kitchen junto a Mattheo Murdock. ¡Perfecto!
—Ante los ojos del mundo ya estás vivo y eres uno de nosotros, Franklin —el susodichó alzó una ceja al leer la carta con cuidado, podía oler la colonia del amigo de su contrario en el papel; eso le generaba mucha hambre. —Lo que significa que no debe de haber ningún problema contigo si a alguien se le ocurre preguntar.
Matt estaba orgulloso de sí mismo por seguir teniendo contacto con aquel nublado amigo suyo al que aún, después de tanto tiempo, seguía llamando con cariño: Foggy.
—¿Quien preguntaría por mí? —cuestionó quien ahora era Franklin Castiglione dejando tanto la carta como el revolver vacío a un lado para comenzar a pasear por toda esa sala llena de cajas, muebles y un sencillo fonógrafo —¿y cómo puedes leer si estás ciego?
—Primero: cualquier persona que haga contacto visual con un monstruo como tú, segundo: no necesito de la visión cuando puedo oler perfectamente la tinta y ubicarla —el cazador de demonios se recostó en su sofá repasando con cuidado los detalles de otra carta que fue entregada no hace muchas horas y que ahora permanecía oculta dentro de sus zapatos. Su aliada en las calles se movía muy bien, como una mano escarbando bajo la ciudad neoyorquina y encontrando hasta el más mínimo detalle que pudiera ser de un interés por el cual la gente pagaría mucho.
Elektra... La extrañaba mucho, a veces más de la cuenta, pero decidieron sus destinos y estos no estaban pegados entre sí. Whispering de Paul Whiteman comenzó a ser reproducido por el fonógrafo y su divertida melodía conmovió el corazón del ciego como siempre.
—Ustedes, mortales, están muy avanzados en su tecnología —habló Franklin más que distraído con el progreso de los artilugios humanos y la bella voz de aquel hombre que por alguna razón salía de la caja. ¿Su anfitrión tenía un hombre comprimido allí dentro? ¡Pero qué macabro y cínico! —Me gusta.
—Si te gusta la música entonces eres libre de usar el fonógrafo todo lo que quieras mientras no dañes ningun tubo —Franklin se acercó al cuerpo del Mortal Rojo y acarició sus cabellos; estaba sobrio, eso era una noticia poco común — ¿Qué, tienes hambre?
—Chasquea los dedos, Mortal Rojo.
—No tengo porqué hacer tal cosa —gruñó Matt intentando alejarse cuando Franklin deshizo su corbata y desabotonó su camisa, eso le hizo suspirar con fastidio para luego tomar el rostro ajeno entre sus enguantadas manos —Eres un sátiro.
—Tengo hambre —el pelirrojo inspeccionó la cara del vampiro, era mucho mejor que como la sintió en la noche en que se conocieron; era de un aspecto humano que se le hacía amigable.
—Debo mantener mis energías. —le recordó Matt cerrando sus preciosos ojos grises ante el vampiro en su estado más debil —Vamos a salir en la mañana
—Yo igual, de nada te sirvo hambriento. Así que mataré al primer humano que vea ¿Eso no afectaría a tu moral? —el cazador comenzó a reirse cuando el demonio paseó su lengua por su carne despejada—¿Eh, Mortal Rojo?
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La Panacea Abunda en su Mirar [Fratt]
Fiksi Penggemar¿Los abogados se llevarán bien con sus demonios? ♥♥♥ Se prohíbe la copia o adaptación de esta obra sin el permiso oficial del escritor. Cualquiera que vea esta obra en otro perfil haga el favor de denunciar a la copia. Fecha de creación: 09/01/20. F...