Deliciosa tortura.

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Ya no escuchó esa poderosa guitarra, ni la estruendosa batería, ¿Cuándo apagué la televisión?, me obligue abrir los ojos para saber que había pasado.

¡Oh por Dios!

—A... sa...mi, ¿A qué hora llegaste? —mi voz titubeo

Él estaba parado frente a mí, su mirada reflejaba... felicidad; wow no lo creó pero parece estar feliz ¿Por qué será? tal vez el cierre de un buen negocio, no importa que sea, mientras ayude a calmar su enojo; notó que lo observaba, inmediatamente cambio a una mirada inquisitiva, esa era la que me daba miedo.

— ¿No me saludas? —su voz era fría.

—Disculpa, Buenas noches ¿cómo te fue? —estoy complicando las cosas.

—Buenas noches, me fue muy bien gracias —se notaba su molestia.

¿Por qué aún no dice nada? ¿Qué hago?, ¿pido amnistía o actuó como si nada?

— ¿No tienes hambre? —su voz interrumpió mis pensamientos.

—Perdón ¿Qué? —no escuche lo que me dijo.

— ¿Qué, si quieres comer algo? —estaba siendo amable.

—Sí, de hecho te esperaba para cenar —decidido, no diría nada.

— ¿Qué se te antoja?, llamaré para que lo traigan —su voz era seria, no reconocía ningún sentimiento en ella.

—Cocine algo sencillo, pero si tu quieres otra cosa, por mi no hay problema —ahora no me opondría a nada.

—Ok, cenemos lo que preparaste —su formalidad incomodaba.

Durante la cena no me dirigió la palabra, ni siquiera me miraba, parecía ausente, concentrado en algo. Al terminar la cena, se retiró a la sala; ¿qué sucedía? acaso el castigo era la ley del hielo (no eso es de niños), sin embargo no me gusta ser tratado con tal indiferencia. Después de limpiar, fui a la sala a ver qué hacía.

Estaba recostado en el sofá, se veía tranquilo, deseaba besarlo y al acercarme para cumplir mi deseo, me sorprendí pues estaba dormido, seguramente ha estado trabajando hasta tarde, pobre, lo dejaré descansar ya mañana hablaremos. Le di un beso en la frente, me di la vuelta (iba a buscarle una manta para cobijarlo) pero sentí su mano tomando mi muñeca seguido de un jalón.

Todo fue muy rápido no sé como terminé acostado en el sofá y con Asami sobre de mi.

—Crees que con un tierno beso en la frente será suficiente, te di tiempo para que te disculparas y al parecer prefieres que busque las respuestas a mi manera.

Demonios debió decirme eso antes. Su rostro estaba a unos centímetros de mí, no sabía que decir.

— ¿No vas a decir nada?, quiero saber ¿qué hiciste durante la semana pasada? o ¿te escondías de mi? —Por fin su voz mostraba una emoción... ira.

—No me escondí, estaba trabajando —A veces es mejor mentir.

—Es cierto fuiste por trabajo, pero casualmente se prolongo por una semana más, ¿verdad? —fingía una voz de comprensión.

 —Aún que no me creas es verdad, salió otro evento y me quede cubriéndolo, por eso el retraso —y si le digo que fue por diversión, no, mejor no le digo.

—No soy un niño ingenuo, para caer en tus cuentos además no sabes mentir.

—En serio, con mis padres funcionaba; ignora lo que dije —soy estúpido o ¿Por qué dije eso?

Verano Caliente (Takaba x Asami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora