Me voy.

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 —Asami basta —después de tantos días de ayuno, su simple cercanía me encendía- cenemos primero – le propuse.

—Pues no sé tú pero yo ya comencé a comer —me susurro en el oído.

Sus manos se movían por debajo de mi playera, su boca besaba mi cuello. Podía sentir su miembro en mi trasero pidiendo ser liberado. Estaba yendo muy rápido.

—Asami, ahhhhhhh —intentaba decirle que fuera más lento pero el deseo de tenerlo dentro me estaba ganando.

El yakuza se deshizo del estorbo que suponía mi playera y de su saco, sus labios estaban atrás de mi oído y poco a poco descendieron por todo el cuello hasta continuar en mi clavícula, justo en el hombro intensifico sus besos provocándome pequeñas corrientes de dolor y placer, mis gemidos eran cada vez más fuertes. Sus manos acariciaban mis pezones ya firmes.

Me estaba dejando llevar por el huracán de pasión que estaba generando mi amante. Sin embargo pensé en el tiempo que estaría lejos de él así que decidí dejarle un buen recuerdo.

Me gire en sus brazos, se sorprendió un poco por mí movimiento.

—Yo también tengo hambre —le dije mientras atraía sus labios a los míos, iniciamos una exploración de mi boca primero seguida de una de la suya, mis dedos se entrelazaron en su cabello. Al separarnos por la falta de aire, baje mis manos recorriendo su cuerpo hasta posarse en su corbata, la desamarre y la avente, después le quite el chaleco, desabotone su camisa dejándola caer.

Mis manos tocaron ese perfecto pecho mientras su dueño me miraba algo divertido, bajo su cabeza buscando mis labios correspondí su beso, pero mis manos seguían en lo suyo.

Al separarnos el dejo escapar un gemido de placer, pues sintió mi mano tocando su miembro. Ya había desabrochado su pantalón y bajado sus bóxers. Con mi lengua fui trazando un camino pasando por su cuello, sus pezones (a los cuales les dedique un poco más de tiempo) con mi lengua recorrí toda la aureola, los chupe y mordí delicadamente, fui recompensado por esto con algunos gemidos de mi amante y claro una mirada de ya estoy listo. Sin embargo aún no he terminado, seguí mi recorrido por el cuerpo de mi amante, fui bajando mientras besaba y lamia (el sabor salado de su sudor era un gran afrodisiaco para mí), llegue hasta su cintura, me hinque para estar más cómodo, puse una mano en su cintura y con la otra sujete el miembro firme de Asami, le dedique una mirada rápida.

—Continua —gotitas de sudor recorrían su frente.

Con mi lengua lamí la punta, como si se tratara de la paleta más deliciosa que hubiera probado, recorrí todo su pene, dando mordiditas en diferentes partes, él tenía los ojos cerrados y solo se dejaba llevar por las sensaciones. Todavía no lo metía en mi boca estaba haciéndolo sufrir un poco. Con mi mano también acariciaba sus testículos, apretándolos por momentos, Al mirarlo de nuevo vi sus ojos con cierta frustración, así que asumí que ya había esperado de más. Abrí mi boca e introduje su miembro en ella, comencé a sacarlo y meterlo de manera lenta pero la mano de Asami me sujeto del cabello indicándome la velocidad que deseaba y con cada movimiento sentía que llegaba más adentro de mí, con mi mano baje mis pantalones, los bóxers y acaricie mi erección que estaba un poco olvidada.

Los movimientos cada vez eran más rápidos en ambas partes, los dos estábamos bañados en sudor, sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral y al parecer mi amante también pues se arqueo ligeramente sin separarse de mi ni un solo centímetro.

—Ya estoy listo —me dijo entre jadeos.

Yo también, así que recibí de buena manera su semen y lo trague por completo, casi al mismo tiempo me corrí.

Verano Caliente (Takaba x Asami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora