Mi amante.

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Siento como mis piernas tiemblan e inconscientemente doy un paso atrás.

 — ¿No me saludas? —su mirada fría me da miedo.

—Hola… Asami —trago saliva y hablo temblorosamente.

—Puedo pasar ¿cierto? —miro que atrás de él esta Kirishima con su maleta en la mano.

—Claro —sigo caminando hacia atrás, mientras que mi yakuza sigue avanzando hacia mí.

Se nota cansado, tiene unas enormes sombras bajo sus ojos. En cuanto Kirishima entra deja su maleta en la salita y sale.

—Con su permiso jefe —se despide.

Asami dirige su mirada a su secretario.

—Adelante Kirishima, te encargo que cumplas con mis peticiones —el aludido asiente y sale de la habitación.

Regresa su intensa mirada a mí.

— ¿Desde cuándo esa es tú pijama? —Miro rápidamente mi cuerpo y recuerdo que anoche tenía mucho calor por lo que dormí en bóxers, su mirada recorría mi cuerpo.

—Solo ha sido esta ocasión, tenía calor —paso mi mano por el cuello.

—Ah, tenías calor —repite seriamente.

Siento como el sudor recorre mi rostro y cuello. Él sigue caminado y mientras lo hace se quita el saco, da un paso más y se desabotona el chaleco y la camisa, después de terminar de desnudar su torso sigue avanzando hacia mí pero sigo alejándome de él.

Estoy embobado viendo su perfecto pecho.

—Este hotel es muy bonito —dice y asiento ya que realmente lo es —no sabía que tuvieras tanto dinero para pagar tu estancia aquí — pero su voz no refleja su sorpresa.

—Lo paga la empresa que nos invito —bueno eso creó —o la revista, no estoy muy seguro —detiene su lento caminar.

—Pues realmente son unos invitados muy importantes —y su mirada revisa la salita en la que estamos.

—Asami tengo una preguntita —titubeo y él me mira serio — ¿Qué haces aquí? —continua su avance en mi dirección.

—Estoy muy cansado y lo único que deseo es dormir —yo sigo huyendo de él, y sin pensarlo mis pasos me han llevado a la habitación.

—Se nota que no has descansado bien, además es un largo viaje —lo miro mostrando mi sorpresa por su llegada — sin embargo si estabas tan cansado ¿Por qué no te quedaste a dormir en Japón? —preguntó y al parecer no le hace gracia mi comentario.

—Lo que pasa es que mi almohada favorita desapareció y sin ella no puedo conciliar el sueño, por lo que he venido a preguntarte ¿dónde está?, o ¿la has traído contigo? —su extraño comentario no concuerda con su rostro molesto.

Abro la boca para contestar pero me detengo y lo miro fijamente — ¿Qué? —Estará borracho.

—Quiero dormir pero antes me bañare, estoy todo sudado —y al decirlo se desabrocha el cinturón seguido de la pretina.

Sus fríos ojos me observan de soslayo y por alguna extraña razón estoy salivando, solo con verlo bajar lentamente el cierre del pantalón, y mirar el lento movimiento de su pecho; al contrario de su aparente tranquilidad yo estoy ansioso y mi cuerpo lo demuestra, mi respiración es agitada, el calor de mi cuerpo aumenta y mi sudor continua mojándome, puedo sentir como mi adormecido miembro comienza a despertar.

Sigo cada uno de sus movimientos pero justo cuando estoy preparándome mentalmente para ver su virilidad expuesta, el se detiene, siento como si un balde agua helada me cayera. Noto sus ojos en mí.

Verano Caliente (Takaba x Asami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora