Nick. Nick. Nick. Nick • Nellis

4. Punto muerto - Atrio

— ¿Sabe alguien quien es este tipo? —después de haber estado descansando un buen rato, Rochelle se dedico a mirar detenidamente uno de los carteles del famoso piloto Jimmy Gibs Junior, mientras que parecía estar tan desorientada. Quizás no lo conocía.

Al instante Ellis se levantó del piso, acercándose hasta donde estaba ella y observando de igual forma el cartel—. El mejor piloto de coches de carreras de todos los tiempos. Lee alguna vez.

— Jimmy Gibs Junior… —repitió mientras leía otros de los carteles en donde se encontraba su nombre—. Yupi… — celebro con sarcasmo mientras le dedicaba una mirada de aburrimiento a Ellis.

— Ese tío es un héroe americano —río—. Si la naturaleza me lo permitiera, tendría un hijo con ese tío.

No dijo nada más, salió del refugio con tanto orgullo mientras que Coach y Rochelle se quedaban mirándose con confusión por lo que había dicho Ellis. Me acerque hasta donde estaba Coach y lo ayude a levantarse mientras le hacía un gesto para irnos.
Fuimos hasta un ascensor, el único que nos encontramos para bajar al primer piso del centro comercial. De lejos miramos el coche de ese famoso Jimmy Gibs Junior, y al mismo tiempo notamos que no había absolutamente nadie en el lugar, ningún centro de evacuación, ningún militar o soldado que estuviera esperando para salvar a los últimos supervivientes.

No había nadie.

— La CEDA no nos salvará. ¿Alguna idea?

— He pensado… —comenzó a hablar el mecánico—. He pensado que el coche de Jimmy Gibs Junior estará por aquí. Lo buscamos, repostamos combustible, y yo mismo conduciré hasta Nueva Orleans.

— Estoy de acuerdo, pero yo conduzco —respondí a su idea. Era la única que teníamos para poder escapar. De todas formas no confiaba del todo en el mecánico, sabía que podía equivocarse. Después de darme cuenta, era muy estúpido.

— Sólo si me matan. De lo contrario tendrás que matarme —se acercó hasta mi—. Porque conduzco YO.

— Va a ser un viaje de partirse el culo —reí y me aleje para acercarme hasta las compuertas del ascensor.

— En cuánto se abran las puertas, a correr —Coach se acercó hasta mi lado derecho.

Al instante las puertas del ascensor abrieron. Rápidamente todos se separaron por caminos distintos, me quedé abajo en el primer piso tomando dos respuestos de gasofa y llevándolos hasta donde se encontraba el coche.
Mire desde lejos como los demás aventaban su parte hacia dónde estaba para así vertirla. De un momento a otro Ellis apareció detrás de mí, entregándome 3 botellones de gasofa para después tomar su arma y comenzar a disparar a los infectados que intentaban acercarseme.

— ¡Cinco más y listo! —mencione tras llenar la última gasofa que me había entregado Ellis. Sin fijarme que en ese momento aparecería un Tank frente a mi, golpeándome y haciendo que saliera volando por los aire hasta chocar con un montón de mesas que estaban al otro lado.
Con dolor me levanté del piso, tome nuevamente mi AK-47 y comencé a disparar junto a Ellis al Tank que intentaba derribarnos. Con más dificultad que otras veces, logramos matarlo hasta que esté cayó rendido sobre uno de los puestos del centro comercial.

Ellis tomo dos gasofas que habían tirado los demás al piso. Hice lo mismo, empujando y abriéndome paso en mi camino hasta llegar al coche y llenar las cuatro que llevábamos. Tan pronto terminamos tomamos la última que encontramos en el piso.
Enfrentamos a muchos infectados que intentaron derribarnos. Cada vez aparecían más y más, Coach y Rochelle estaban tardando mucho en bajar del lugar. Fue entonces cuando miramos de lejos que un Tank llegaba nuevamente, empujando hacia los lados a los infectados que intentaban llegar hasta nosotros.

El muchacho intentando hacerse el héroe corrió hasta donde estaba, golpeándolo con un bate de béisbol que llevaba. Sin respuesta alguna, este lo golpeó hasta empujarlo y hacerlo chocar en otro puesto que estaba cercano. Rápidamente fue corriendo hasta Ellis para ayudarle, pero el Tank se encontraba frente a este apunto de golpearlo, comencé a dispararle al Tank para atraer su atención.
A los pocos minutos los otros llegaron para ayudarme a derribar al Tank con todas las armas que llevábamos encima. Al lograrlo tomamos a Ellis entre dos y fuimos corriendo hasta el coche lo más rápido que pudimos mientras que Rochelle nos cubría para así evitar que los infectados continuarán atacandonos.

— Coach, conduce tú —le indique mientras me metía en el coche y dejaba la cabeza de Ellis sobre mis piernas. Está vez este parecía estar muy malherido, sin poder respirar bien e intentando mantenerse despierto.
Coach hizo lo que le indique. Rochelle se sentó en el asiento delantero mientras que seguía disparando a los demás infectados que comenzaban a rodear el coche. A los pocos segundos este salió disparado por las puertas del centro comercial hacia la carretera que nos daría paso a Nueva Orleans.

— Hey, chapuzas, despierta —di pequeñas palmadas sobre su mejilla mientras que al mismo tiempo intentaba con mi otra mano cesar la sangre que seguía saliendo por sus heridas anteriores. Poco a poco este fue recobrando la consciencia, mirándome y mirando hacia sus lados sin entender que es lo que estaba pasando.
Tome una de las botellas de agua que había robado del refugio y guarde en la mochila de Ellis. Intente que esté la tomara, pero le costaba mucho con el dolor que estaba sintiendo sobre su abdomen. Sabía que no podía hacer mucho por él, así que simplemente deje su cabeza estando sobre sus piernas para que esté pudiese dormir y recuperarse por si hubiera otra oleada de zombis o hasta que encontraramos un verdadero centro de evacuación

En ese momento sabía que tenía la clara oportunidad de salir del lugar e irme por mi propia cuenta.

Pero,

aquel chapuzas había logrado captar mi atención para mantenerme al tanto de su salud.

Al final, comenzaban a caerme bien.