Ya era hora de volver a partir. Tomamos las cosas necesarias para irnos, esperando poder encontrar un camino hacia el centro comercial que fuera lo más corto posible.
— Hay una tienda de armas de camino. ¿Os parece que la visitemos? —pregunto Coach.
— A mi me parece bien —respondí, soltando una risa.
— ¿Listos? —Ellis tomo el tubo de la puerta para después salir, disparando a lo loco hacia los infectados que se encontraban a nuestro alrededor. Rodé los ojos y comencé a dispararle a algunos que no lograba dar el chico para poder matarlos, mientras tanto Rochelle y Coach iban por el otro lado, rodeando el camión que se encontraba a la derecha para así evitar que Ellis pudiera darles un balazo.
Fuimos hasta la carretera que se encontraba frente a nosotros, golpeaba con mera satisfacción a cada uno de los infectados que se cruzaban en mi camino. Los demás iban cubriéndome por detrás para evitar que algún infectado de aquellos raros pudiera aparecer y volver a tomarme, como aquel que llevaba su brazo tan grande. Según Rochelle, la experta del grupo quien parecía saber mucho sobre la gripe verde. Este es llamado como "Charger" mientras que aquel otro que parecía un animal a cuatro patas, es "Hunter".
Vaya que parecían ser unos infectados especiales.
Sentimos como la tierra vibraba. Me aleje rápidamente del lugar en donde estaba, yendo a la par de mis compañeros mientras que preparaba mi escopeta para saber que era lo que venía. Escuchamos unos gritos de algo extraño. No basto mucho tiempo hasta que vimos salir por la puerta de un cuarto que llevaba a otra carretera, a un gigante infectado que iba lanzando piedras hacia nosotros. No era tan rápido, pero nos horrorizo tanto a todos, corríamos de un lado a otro mientras le disparabamos esperando a que esté pronto muriera.
Sin embargado, parecía ser inmortal, pues ni siquiera con 4 supervivientes lanzándole un frasco de Molotov, más un montón de disparos parecía querer rendirse en algún momento… O al menos eso pensamos, sino hasta que lo vimos caer sobre sus rodillas y tirarse al piso, sin emitir otro sonido más.— Menuda mierda —mencioné mientras me acercaba al monstruo, golpeándolo un poco con mi katana.
— Eh, ¿Nick? No creo que sea buena idea acercarte a ese infectado —Ellis se acercó hasta mi, tomándome del brazo para alejarme de aquel infectado—. Ese Tank parece ser mucho más resistente de lo que pintaban.
— ¿Acabas de decir "Tank"? —pregunto, acercándose a este para golpearlo de la misma forma que yo lo hacía, sólo que está lo hacía con su escopeta.
— Sí, eso he visto en los grafitis que estaban en el refugio, detrás de la mesa que estaba encimada con todas las sillas, estaban los nombres de cada uno de esos infectados raros que vemos —comenzó a caminar lentamente hacia la puerta de donde había provenido aquel "Tank", mientras tanto lo seguimos—. Está ese Tank, el Boomer, aquel gordo asqueroso que vimos y nos vomito. U aquella Spitter, la mujer fea que nos vomitaba ácido.
— Cierto, ¡el Hunter! —acompleto Coach—. Ese animal que parece un perro rabioso.
Ellis río—. Claro. También está el Jockey. Es horrible, por suerte no lo hemos visto, pero por lo que leí es un tipo orangután que se cuelga de tu espalda y picotea tus ojos —movio su cuerpo e hizo un sonido de alivió—. ¡El Smooker! Aquel que vimos trepado en los tejados y que nos lanzo algo parecido a una lengua. Parece que este intenta asfixiarte.
— Cálmate chapuzas —dije mientras golpeaba su hombro—. No queremos encontrarnos a otros de tus Tanks.
— Vale
Pasamos por otras dos carreteras, está vez topandonos con aquellos infectados especiales de los cuales nos había hablado Ellis. Por suerte hasta este punto no estábamos tan heridos ninguno de los 4, nuestros botiquines parecían estar intactos.
Llegamos hasta un puente que nos llevaba hacia la tienda de armas de la cuál nos había hablado Coach, mire atentamente cada una de estas armas que se encontraban. Mientras que los demás las tomaban como si fueran suyas, yo también lo hice, con mucho asombro y maravilla por volver a tener una de estas en mis manos, sin tener que estar siendo perseguido por la policía o por un montón de personas quienes buscaban atraparme con tal de una recompensa.— ¡Ja, ja, nos la vamos a pasar en grande! —tomo una de las escopetas que se encontraban en el mostrador, admirandola como si fuese la primera vez que llevara una arma sobre sus manos.
Notamos que había un micrófono para poder hablar con el dueño de la tienda. Después de haber tomado cada una de las armas, fuimos para poder saber cómo podríamos pasar, pues la puerta se encontraba cerrada.
— Muy buenas. Me he atrincherado en el tejado, con provisiones de sobre —comenzó a hablar Whitaker, quien parecía ser el dueño de la tienda—. Pero me olvidé de los refrescos —Rochelle estuvo apunto de decir algo. Rápidamente la tomé del brazo y le tape la boca, parecía estar tan molesta por lo que había dicho—. Por eso os propongo que, si me traéis unas cocas de la tienda de alimentación, os abriré el paso al centro comercial.
Rochelle me empujó, se acercó hasta el micrófono, mientras me empujaba para evitar que la deteniera—. Si me dejas quedarme el arma, —me detuve, me hice a un lado al saber que ya está hecho— te traeré lo que necesitas.
— Yo soy hombre de palabra —respondió—. Te daría la mano para cerrar el trato, pero ni de coña voy a volver ahí abajo.
Mientras uno de nosotros se quedó en el balcón de aquellos apartamentos, disparando a lo lejos, Ellis fue corriendo junto a Rochelle por las cocas que había pedido.
— ¡Vale, tengo la coca de ese tío! ¡Vamos! ¡Vámonos! —escuche como le indicaba a lo lejos a Rochelle. Mientras tanto cogía a los zombis que estaban apunto de subir las escaleras. Observé a lo lejos como uno de esos tantos Jockeys de los que había hablado Ellis lo montaba, intentando derribarlo. Fui corriendo hasta donde estaba, para aventar las cocas hacia dónde estaba Coach, este las dejo sobre la ranura que estaba en la puerta del tejado.
Comencé a golpear al Jockey para alejarlo de Ellis, al instante este murió, dejándose caer sobre el piso. Lo observé unos segundos hasta que escuche el sonido de la explosión del camión.
Todos corrimos lo más rápido que pudimos para irnos del lugar pronto, a lo lejos vimos un refugio que se encontraba a las afueras del centro comercial. Los zombis comenzaron a llegar más rápido que antes, pero está vez nos era más fácil vencerlos con las armas que habíamos robado de la tienda de Whitaker.— ¡Halaaaaa! —como antes, Ellis tomo con fuerza la puerta del refugio y la azotó, dejándose caer sobre el piso con alivio.
— Eso fue un completo alivio —Coach sé sentó con algo de dificultad sobre el piso. Rochelle fue corriendo hasta el con un botiquín en sus manos, sé agachó y comenzó a intentar curarlo en la pierna, donde parecía que lo había lastimado un zombi antes de entrar al refugio.
— No te muevas o podría ponerse peor —menciono mientras vendaba su pierna tras haberle puesto una crema de un color marron. Mientras tanto yo me curaba por mi propia cuenta por las heridas que había tenido gracias a los infectados.
Parecía que el menos afectado de todo esto era Ellis, pues este no se curaba ni un poco.
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Nick. Nick. Nick. Nick • Nellis
Fiksi PenggemarPunto muerto. Los cuatro supervivientes se reúnen y luchan por sobrevivir al reciente apocalipsis zombi. Al mismo tiempo, Nick lucha contra sus sentimientos hacía el chico mecánico, quien cada vez parece querer algo más que una amistad con Nick. • P...