Capítulo XII

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La noche en la mazmorra era fría para la joven Selenia. Ella se mantenía apegada al muro de piedra juntando sus piernas a su cuerpo para guardar calor. Aún con el cuerpo tembloroso ella aguantaba la baja temperatura, para Selenia era como estar en los bosques húmedos donde Nimueh solía dejarla.

Su piedra comenzó a brillar, con sus manos la sujeto para evitar que algún soldado o guardia la viera. Merlín quería contactarla.

—Merlín...— susurró muy bajo.

—Selenia... ¿Estas bien? Arturo me dijo lo que pasó— se escuchaba exaltado, era la preocupación por ella.

La chica rió un poco —Tranquilo, estoy bien, de hecho... No sería la primera vez que estoy en una mazmorra— le dijo en tono sarcástico para hacer que se calmara.

—Aún así...— suspiró el azabache —No debes estar ahí, Uther pasó la línea esta vez—

Selenia negó con su cabeza, las lágrimas que retuvo comenzaron a salir y mojar sus mejillas limpiando su rostro de la tierra —No, me lo merezco... Fue mi culpa Merlín— comenzó a sollozar.

Merlín se mantenía callado, le dolía escucharla llorar —Por mi culpa, el padre de Gwen murió...— se escuchó un sollozo —Le di la llave para escapar, no creí que...— finalmente lloró, Merlín pasó saliva, tenía un nugo en la garganta, no sabía que decir para reconfortarla.

Hubo un silencio que sólo era interrumpido por los sollozos de la princesa Pendragon.

—Selenia, tu quisiste ayudarlo... Fue un acto de bondad, tu padre es el verdadero culpable. El no actuó como un hombre noble, su odio a la magia lo ciegan de lo que es justo y bueno—

Ella escuchaba atenta a sus palabras, aun así seguía sintiendo mucha culpa. —Mañana esperemos que tu padre cambie de parecer—

Finalmente con la voz de Merlín se quedó dormida.

En la mañana, escucho el rechinido de la puerta. Se despertó de brinco viendo a Uther acompañada de Arturo detrás de él. Miró a su hermano pero no a su padre, prefirió agachar la mirada, cosa que él rey captó rápidamente.

—Quitenle las esposas— ordenó el rey, León se acercó y le quitó las esposas de las muñecas —Espero hayas aprendido la lección, a partir de ahora llevaras un trato diferente, además de que haré que contraten una institutriz que te enseñe las buenas modales que debe tener una princesa ¿Quedó claro?—

No hubo respuesta. La indiferencia de Selenia le lastimaba, pero su orgullo le impedía ser blando con ella.

Finalmente ella alzó el rostro, detrás de su cabello el vió sus ojos. Una mirada que le parecía penetrar la mente, Uther comenzó a sentir escalofríos por su columna quería evitar esa mirada pero no podía.

Esos ojos mostraban varios sentimientos que Uther reconocía

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Esos ojos mostraban varios sentimientos que Uther reconocía.

DOLOR

TRISTEZA

ODIO

Algunos de ellos los había visto anteriormente en los ojos de su difunta reina. Era como regresar al pasado y tenerla frente a frente, Selenia era la viva imagen de Ygraine.

—Padre, Padre— la voz de Arturo lo sacó de esas imágenes —Te, decía que llevaré a Selenia a su habitación— el rey solo asintió y sus dos hijos se fueron.

Merlín pasó por el pasillo de la habitación de Selenia notando a Arturo entrar junto a León con Selenia en brazos y otra dama.

—Arturo— llamó al príncipe —¿Selenia está bien?— preguntó con desespero.

—Si, debe descansar. Traenos comida más tarde cenaré con ella. Iré a ver a Morgana— le dijo al irse.

Merlín asintió y pasó pos la puerta abierta. Verla le hizo sentir alivio, León la dejó sentada al borde de la cama. Se arrodilló y tomó su mano, ella le sonreía amablemente haciendo que Merlín sintiera una pequeña punzada en su estómago y pecho.

—Amm... La cena es para hoy— la voz de Arturo lo hizo brincar. El sonrió nervioso —Si claro! Voy! Voy! Corriendo como el viento!— Merlín camino de espaldas chocando con un jarrón y una armadura.

—Yo... Lo limpio después!— Arturo negó con su cabeza y se fue en dirección a la habitación de Morgana.

León seguía con Selenia, el caballero estaba preocupado al ver las marcas en sus muñecas —Por favor princesa,, si necesita algo más. No dude en llamarme—

Ella sonrió de lado —Gracias León— con esto el caballero se fue para que descansará.

Uther estaba en su habitación aún pensando en lo que le había pasado. Quería hablar con Selenia, no quería ver esa mirada otra vez. Le tenía miedo a su hija pero también pena, sabía que ella había sufrido al estar lejos de su hogar y el le lastimó en lugar de darle el amor paternal que jamás le pudo dar. Así que tuvo una idea, mañana iría de paseo junto a ella para pedirle disculpa.

LADY Pendragon [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora