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-Gusto en conocerte Ruben. Yo soy Samuel. —El ladrón se inclino como si de un príncipe se tratara. Algo que al castaño le dio risa.

-Bien... Samuel, tengo que irme. —Rubius estaba yéndose, algo que al más alto puso triste pero se regreso rápidamente para dar un beso en la mejilla cubierta de Vegetta.

-A-dios Ru-ruben. —El más alto no podía decir nada, estaba completamente sonrojado y solo movió su mano en forma de despedida para después perder de vista al chico e irse a su fortaleza.

[...]

-¡¿Que hiciste qué?! —Mangel de levanto de la silla, gritando.

-Wow. —fue lo único que dijo Alexby aún sentado.

-Lo sé, lo sé. Perdón. —Rubius cubrió su rostro sonrojado y avergonzado.— Pero ustedes también lo hicieron. Los tres lo hicimos.

-Ajá pero somos mejores amigos. —contestó enojado Mangel.

-Y estaban enamorados, tú de Lolito y Alex de... —Rubius se detuvo.— Lo siento Alex, no quería mencionarlo, perdón.

-Rubius, esta bien, tranquilo. Igual lo hice porque me enamore de él y tu también Mangel. Además esa regla es muy tonta, ¿porque no deberíamos decir nuestros nombres? —Alexby estaba a un lado de Rubius, tomando su hombro en muestra de apoyo.

-Pero nosotros estamos enamorados, Rubius... ¿Estas enamorado Ruben? —Mangel volteó a ver al castaño, quien tenía la cara casi tan roja como un tomate.

-Y-yo... N-no lo sé... Puede q-que sí, un poco. —Las ultimas palabras las dijo el castaño hablando tan bajo que los otros no entendieron pero por su forma de esconderse con sus manos lo confirmaron.

-Pero no lo conoces, ¿de donde es, que es? ¿es de algún pueblo? ¿Es... —El pelinegro fue interrumpido por el chico más bajito.

-Mangel. —habló firme Alexby.

-Yo... No sé, no sé nada de él... Y me muero por saberlo pero no se puede, aún no... —Rubius se fue a su sillón, derrotado. Sabia que no debía de decirle a sus amigos sobre aquel tipo.

-Rubius... —Dijeron ambos chicos al mismo tiempo, acompañando a su amigo quien estaba casi apunto de llorar.

-No se que hacer porque además me gusta otra persona.

-Vegetta. —afirmaron Mangel y Alexby al mismo tiempo.

-¿Como lo sabían? —Rubius volteo a ver a ambos chicos, quienes compartían una sonrisa cómplice.

-Rubius, todo el mundo lo sabe. Son tan obvios, Vegetta no se te quita de encima y siempre están peleando para después hablarse bonito y reconciliarse. Yo preferiría que estuvieras con él. —Mangel cruzó sus brazos, volviendo a ponerse serio.

-Bueno sí, me gusta Vegetta, pero también este tipo, ¿que se supone que tenga que hacer? Yo...

-Rubius, tranquilo. Solo tienes que aclarar tus sentimientos y elegir a uno de ellos y si eliges a el otro tipo tienes que conocerlo bien, sin máscaras. Solo ustedes, ¿de acuerdo? —Alexby se acercó al castaño y lo abrazó, confortándolo.

-De acuerdo. —contesto el más alto y le hizo señas a su otro amigo para que también fuera a donde ellos.— Es lindo ser abrazado por ustedes chicos, los quiero mucho. Gracias.

Y ahí estaban, tres amigos abrazados, tres corazones latiendo por diferentes personas. Uno de ellos roto y otro confundido, pero juntos. Habían pasado los años y ellos nunca se separarían, no como aquel trió del que todos hablaban y que a la vez no se podía hablar.

[...]

-He llegado~ —Rubius entró de buen humor a la hermandad, había pasado el día con sus amigos y había estado también con Vegetta, confirmando (quizá) que le gustaba más de lo que el aceptaba.

-Rubius, no tenías que haber venido. Esta noche no se hará nada, estamos planeando como atraparlo. Pronto lo haremos y tendrá que unirse a nosotros por lo menos como trabajador. —Fargan río cínicamente, sabía que el plan de poner a Rubius como carnada era fantástico.

-¿A-atraparlo? ¿Cuando? —El corazón de Rubius latía a mil por hora.

-Eso aún no lo sabemos pero será pronto. —una tercera voz entró a la conversación.

-Oh, yo, entiendo. Entonces, ¿puedo irme? —Ruben tenía que irse pero ya si quería avisar a lobo nocturno.

-Claro, más tarde te avisaremos como va esto. —Termino de decir Willy, más tarde le haría una visita al chico.

Rubius se fue casi corriendo a su casa, tenía que apurarse, los horarios de lobo nocturno variaban desde las 12 am hasta casi el amanecer y falta poco para las doce. Cuando llegó a su casa fue a su armario a cambiarse pero algo faltaba, la casa estaba muy callada.

-¿Juan Carlos? ¿Mancarlos? —Rubius caminaba por la casa, estresado. «Otra broma de lolito» pensó él castaño. Buscó por toda la casa, coringa estaba a su lado buscando igual a sus extraños hermanos no perros.

[...]

Vegetta había salido ya como lobo nocturno, fue a ver el lago pero como no había nadie fue a robar un poco. Todo Karmaland estaba advertido sobre el ladrón, así que guardaban mejor sus cosas. Aun así no era tan divertido robar solo.

[...]

-¿Buscabas algo Rubius? —habló Willyrex desde abajo de las escaleras del castaño, con dos cerditos comiendo zanahorias.

-¡Willy, los encontraste! Adentro chicos. —Dijo Rubius arrancando unas zanahorias de su huerto y guiando a los animales a la casa, cuando lo hizo regresó con él peliblanco.— Gracias Willy, te debo una.

Rubius había estirado su mano en forma de pulo para que Willy la chocara con él, sin embargo hizo algo que nunca espero.

-Tu no traicionarias a la hermandad, ¿verdad Rubius? —Willy en un movimiento había tomado la muñeca del castaño y lo había acercado completamente hasta su cuerpo, sosteniendo su cintura y su muñeca. Rubius estaba estático, los ojos verdes de Willy brillaban mucho a la luz de la luna, esto no era por cosas d la hermandad. Era la mirada de Willyrex.

-No sé, a que te refieres Willy. Pero para ya que alguien nos puede ver. —Rubius trató de quitar a su compañero de él pero mientras más quería alejarse, Willy lo pegaba más a su cuerpo.

-¿Y eso que? —Al finalizar esa frase Willy besó al castaño, quien tenía muy abiertos los ojos a causa de la sorpresa.

Y aunque Rubius no quería corresponder al pasar un rato termino cayendo en las redes del mayor, pero al instante quitándose al recordar por quien seguía latiendo su corazón. Quién por cierto, había visto toda la escena desde las sombras.

-Willy, ¿Que demonios te pasa? —Rubius estaba quitándose todo rastro de su compañero de sus labios.

-Pero si me has correspondido. —Rió pícaro el peliblanco lamiéndose los labios.

-E-eso fue un error y lo sabes, ¿Porque hiciste eso? —Rubius estaba sonrojado, estresado y nervioso, se supone que ya tenía que haberse ido.— ¿Sabes que? No me importa, tengo algo que hacer. —Ruben subió sus escaleras y se fue a preparar, no era tiempo para tonterías de Willy.

Willy por otra parte había logrado solo uno de sus objetivos para que ese castaño ingenuo fuera de él.

Rubius llegó al lago, encontrándose con un lobo nocturno cabizbajo, algo raro en el.

-¿Samuel, que tien... —Rubius fue abrazado repentinamente por el mayor quien suspiro muy fuerte.

-Nada, estaré bien. Ahora te tengo a ti.

❝ lune volée ; stolen moon ❞ 【Rubegetta】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora