[Fargan: Que tu y willy qué?]
[Willy: Veamonos en la hermandad, ahora.]
Todo se le estaba juntando a Rubius y eso que solo iba despertando. Con todo su pesar se vistió y se fue directo a la hermandad. Cuando abrió la puerta lo primero que recibió Rubius fue un golpe de Fargan.
-¡Fargan! —gritó Willy desde la mesa de juntas.
-No tuvo ningún derecho de besarte. —Fargan levanto a Rubius de su sudadera blanca.
-¡Yo no lo besé! Fue él quien me beso. —Objetó Rubius tratando de quitarse a Fargan.
-Me correspondiste. —Dijo willy burlón. El que Fargan estuviera así por él era fantástico.
-¿Entonces si se besaron? —Fargan se aferro más al castaño.
-¡Pero solo fue un milisegundo! —Rubius se quitó de encima las manos de Fargan y cayo al suelo.— Tu bien lo sabes Willyrex.
-No, no sé. —el peliblanco se hizo el tonto.
-Como sea, ¿esto como afecta a la hermandad? —Rubius estaba furioso pero sabia que no le creerían.
-En nada, pero "eso" llegó a boca de todo el pueblo. Y eso no me gusta nada.
-¿Entonces que hacemos? —preguntó el castaño.
-Seamos "novios" —Dijo Willy haciendo las comillas con las manos.
-¡¿Que?! —contestaron los otros chicos a la vez.
-Solo estaríamos fingiendo. No es nada del otro mundo. —Dijo indiferente Willy, aunque por dentro esperaba que Rubius aceptará.
-¿Porque harían eso? —dijo Fargan.
-¿No crees que sospecharían? —Rubius se cruzo de brazos y se recargo en el sillón.
-No si te pintas el cabello igual que yo. Así se vería que "me quieres". —contestó el peliblanco.
-Hagamoslo. —Afirmó el del antifaz mientras se acercaba al castaño.— Recuerda que conozco tu secreto, no quisieras que ese ladronzuelo saliera herido, ¿o sí?
Rubius no tuvo más remedio que aceptar.
-Tranquilo Rubius, no lo haremos nosotros. Lo hará la bruja, solo será cosa de segundos. —Willy hizo una seña a uno de los ayudantes para que la trajeran.
La bruja de la hermandad llegó en minutos, se acerco a Ruben y en segundos su cabello cambió de castaño a blanco. Fargan tenía el ceño fruncido de celos, Willy por otro lado estaba feliz.
[...]
-Los reuní aquí en mi casa por los rumores que han escuchado. —Habló Willy serio. Todos los héroes de Karmaland estaban ahí, esperando.— Y confirmarlos. Sí, Rubius y yo estamos en una relación.
-Pero bueno, el rumor solo decía que se habían besado. —Rió Auron.
-Me alegro por ustedes chicos. —Luzu codeo a su prometido y después sonrió sincero.
Rubius y Vegetta solo se miraban, uno con vergüenza, otro con tristeza y enojo.
-Pues felicidades. —dijo alexby.
-Gracias chicos, solo quería decirles eso para que no volvieran a hablar de nosotros. —Amenazó el peliblanco.
-¿Podemos irnos? —Mangel se paró de su lugar.
-Claro, gracias por venir.
Todos los héroes se fueron, incluyendo Rubius, quien fue felicitado por su nuevo color de cabello y también interrogado por sus amigos sobre su nueva relación. Pero el ahora peliblanco sólo veía a un Vegetta yéndose hasta que su vista ya no lo pudo ver.
[...]
El sol se estaba ocultando, Rubius se había quitado de encima a sus amigos y ahora se dirigía a una casa que conocía bien.
[Rubius: ¿me abres?
Vegetta: ¿porque habría de hacerlo?
Rubius: Solo hazlo.]
En minutos la gran puerta de piedra se abrió, dejando ver a un Vegetta con cara seria y un Rubius con cara triste.
-¿Puedo pasar? —Rubius estaba sonrojado, avergonzado.
-Claro. —Rubius pasó y cuanto la puerta se cerró, el pelinegro acorraló a Rubius en la pared de al lado.
-¿Ve-vegetta? —Rubius estaba más que sonrojado, cuando Vegetta se enojaba casi no hablaba y este era el caso.
-Dime que no es cierto. —Vegetta no veía a Rubius, hablaba bajo.
-Lo-lo es, perdón... —Rubius bajó la mirada.
-Pero tú... y yo... Rubius... —El castaño tomó el rostro del mayor para que lo mirara.
-Siempre te voy a querer Vegetta. —Rubius por fin besó al pelinegro, el beso que habían esperado desde hace tanto tiempo.
