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-¿Samu? ¿Que pasa? —Rubius acariciaba la espalda de su compañero.

-Es lindo que me digas Samu. —Sonrió Vegetta, levantándose del chico— Me gusta.

-¿Ah sí? —Ruben vio los ojos morados del contrario, eran muy lindos.

-Sí, siguelo haciendo. —Pidió el mayor con un puchero por debajo de su traje de ninja.

-Lo que tu digas Samu. —Rubius puso la mano en la cara del ninja, olvidando lo que había pasado con su compañero y queriendo confortar a Lobo nocturno.— ¿Hoy no vas a robar nada?

-Esperaba que fuéramos al bosque, quiero un perrito.

-Vamos. —Contestó el castaño levantándose de su lugar y ayudando a su compañero, para irse a perder al bosque.

-¡Lobo nocturno, mira! —Rubius estaba señalando a un perro que estaba en la entrada de una mina.

-Vaya que lo encontramos rápido. —Dijo Vegetta mientras bajaba por el pequeño animal.

-¿Rapido? Pasaron casi 4 horas. —Rubius veía a Samuel reír por su comentario para enseguida levantar al perro pero este chilló de inmediato.— ¿Que le has hecho?

-¡Nada!... Parece que esta lastimado, lo cargare. Vayamos a curarlo.

-¿A donde?

-Conozco un lugar.

Los chicos llegaron al pueblo e iban directo a casa de Vegetta.

-Oye, oye, oye, espera, esa es la casa de Vegetta. No podemos ir allí, no lo conoces, su casa esta llena de seguridad. Además ve lo alto que es, ¿como vas a subir? —Rubius estaba preocupado por si atrapaban a lobo nocturno.

-Tranquilo, he estado aquí antes. Volveré, ¿sí? —Vaya que si había estado ahí antes. Vegetta dejo al chico y al perro debajo de las escaleras para que nadie lo viera, después subió a su casa.

-Todo estará bien. Pronto vendrá Samuel y te curará, él es muy lindo. Miralo, va a curarte y adoptarte, serás un lindo perrito. —Rubius hablaba con el animal para tranquilizarlo, ya que estaba estresado.— Pero me siento mal con Vegetta... Tu no sabes quien es Willyrex pero es mi compañero y me besó pero a mi me gusta Vegetta. Y ahora estoy dejando que un extraño entré a su casa. Soy de lo pe...

-Aquí estoy. —Un lobo nocturno apareció de repente a un lado de Rubius, quien dio un saltito por el susto.— Lo siento si te asuste.

-Disculpate con ambos. —Habló Rubius como si de un niño se tratara, protegiendo al perrito.

-Lo siento Ruben, lo siento lobo plateado. —Vegetta acarició al perro y de paso la mano del castaño, quien se sonrojo por el contacto.

-¿Que ya hasta tiene nombre? —Rubius cambió el tema rápidamente.

-Claro, el tiene que ser mi otro compañero de robos. Y si yo soy lobo nocturno, el tiene que ser lobo plateado. —Vegetta habló orgulloso de él y su nueva mascota, en lo que lo curaba.

-Parece que ha peleado, ¿cierto? —Rubius seguía acariciando al ahora llamado lobo plateado.

-Sí, tal vez se defendía de algo, parece muy tranquilo. Miralo, llevas acariciándolo todo este rato y no te ha hecho nada. Tal vez es un súper poder tuyo calmar a las personas. —Los ojos de ambos otra vez conectaban.— Y-y eh, bueno. Gracias por ayudarme.

-No es nada. Pero tengo que irme, ¿tu y lobo plateado estarán bien?

-Claro, soy Lobo Nocturno, nada podrá pasarme.

-Oh... Hablando de eso... —Rubius evitaba la mirada del contrario, era triste y vergonzoso decirle eso.— La... La hermandad quiere atraparte... ¡Te juró que he tratado de evitarlo! Por eso te lo digo, para que tengas cuidado, ¿si?

-Claro, soy el mejor ladrón de aquí. Nada ni nadie podrá dañarme. —Vegetta tomó a Rubius de la cintura, sus cuerpos quedando juntos pero no sus rostros, no aún.

-Ah... Samuel... —Rubius tenía sus ojos cerrados, su aliento chocaba con el del contrario.

-Je vais prendre soin de nous. (Cuidaré de nosotros). —Vegetta igual tenía los ojos cerrados, susurrando a los labios del otro.

-¡Hey, tú! —Una tercera voz se oyó a lo lejos, alertando a los otros dos chicos quienes reconocieron la voz de inmediato. El ladrón huyó con su perrito por detrás de la fortaleza, para después subirse.

-Fa-fargan... ¿que haces aquí? —Rubius estaba sorprendido por Fargan y por la velocidad en el que Samuel se fue.

-¿Tu que haces aquí? Ustedes dos estaban casi besándose. —Hablaba un Fargan molesto.

-N-no, no es eso. E-el trataba de seducirme y me tomo muy fuerte, n-no podía quitarmelo de encima. Que bueno que llegaste. —Rubius abrazó a Fargan para que este no notará que estaba mintiendo.

-Bien. Que no vuelva a pasar. —Fargan no creyó ni una palabra— Vete a tu casa.

Rubius se fue casi corriendo, nunca dijo que sí o que no, solo quería irse de ahí de inmediato.

[...]

[Mangel: Ehhh, Rubius, no dijiste que te gustaba Vegetta?

Rubius: , ¿porque?

Mangel: Acabo de escuchar que anoche te vieron enrollandote con Willy. Es cierto?]

❝ lune volée ; stolen moon ❞ 【Rubegetta】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora