Capítulo Dos

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Anahí escuchó la puerta sonar y supuso que era Gina que había olvidado las llaves. Cuando abrió la puerta, se encontró con un macho Especie.

—Anahí, soy Brass. —La Especie le sonrió dejando ver sus colmillos.

Ella había aprendido muchas veces a ocultar el miedo o la impresión, porque había muchas culturas que parecían sacadas de un libro de historias de fantasías.

—Hola. —Le sonrió de vuelta. La simpatía tenía que ser primero.

—Estaba cerca y decidí visitarte —El macho miró su cuello—. ¿Qué es eso que tienes en tu cuello?

Anahí estaba apenada que sólo segundos después captó la pregunta. Se fijó en lo que preguntó el macho.

—Ah, esto es un collar que una mujer de la tribu Turkana me dio. Es hermoso, ¿cierto? —Anahí sonrió tímida.

Todos los regalos que recibía de las tribus eran muy preciados por ella. Esa tarde vestía un turbante de la tribu Wodaabe, el collar de la tribu Turkana, brazaletes de otras tribus, una blusa de tiras blanca y una falda con tela roja de la tribu Masai. Ella sabía que nada de eso combinaba, y que posiblemente se veía ridícula pero no le importaba.

—Sí, aunque tu ropa es curiosa. —La Especie la miraba de arriba abajo. Nunca se acostumbraría a que la repararan tanto, como si fuera un bicho raro.

—Entonces, Brass, ¿Vienes por algo en específico? —Anahí se estaba sintiendo incomoda, pero no quería mostrarlo.

—Quería invitarte al bar. Podríamos ir, comer y bailar, si quieres.

La humana se sorprendió. Muy pocas veces los hombres le hacían ofertas como esas y no eran directos.

—Sí, yo creo que puedo. Y Gina estaría encantada.

—Esperaba que fuera una cita. Sólo tú y yo. Sé que los humanos hacen eso.

Ella se quedó mirándolo sin saber que decir. En ese momento no estaba interesada en citas o nada de eso. Su vida estaba patas arriba y no quería involucrar a nadie. Ya era un riesgo enorme estar con Gina en sus "vacaciones".

—Creo que podría ser después; tal vez la otra semana. —Trato de sonreírle.

No sabía cómo decirle que no.

—Me parece razonable. —El macho le sonrió—. Me voy, espero que descanses y disfrutes tu estadía.

El macho se fue y Anahí suspiro de alivio. No sabía que estaba conteniendo la respiración.

Cerró la puerta y siguió preparando la cena.


~*~

Anahí se movió en la cama y sonrió. Ya había pasado una semana de su estadía en La Reserva y por fin había dormido una noche completa sobre el colchón sin despertarse en la madrugada.

Anoche había tenido una conversación con su prima que la había preocupado. Ella le había preguntado el verdadero motivo por el que estaba ahí, con ella. Casi sucumbe al pánico. Había evitado la pregunta y su prima lo dejó ir. Sin embargo, le había ofrecido conseguirle trabajo en la ONE, pero ella se negó.

Ella sabía que tendría que decirle a Gina la verdad. Estar a la deriva la preocupaba, pero también tenía miedo de meterla en lo que ella estaba involucrada. Y finalmente decidió contarle todo esa noche. Tal vez ella podría darle un consejo.

Cuando bajó, encontró una nota de Gina diciéndole que tenía mucho trabajo y que por eso se había ido temprano. Y que probablemente llegaría tarde. También le recomendaba salir con Brass esa noche para que no estuviera sola y se aburriera.

Hyperion. Nuevas Especies #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora