-Entonces... ¿Tú cocinaste? -Anahí quiso pegarse en la cara.
Hyperion la miraba fijamente en todo momento, y simplemente asentía o negaba a las pocas preguntas.
La mujer comía, sentía un hambre voraz, pero estaba nerviosa. Estaba claro que no podría bajar por sus propios medios de la casa en el árbol, necesitaba ayuda. Su plan se había ido al carajo fácilmente. Pero no pudo evitar la sensación que le provocaba el macho. La había salvado, le había dado orgasmos, algo inexistente en su vida; la había curado, la trataba amablemente y hasta le cocinó de todo.
De pronto Hyperion se levantó y fue a la puerta. Anahí se levantó, y caminó despacio detrás de él y por debajo de su brazo, vio un auto y unas personas. ¡Finalmente habían ido por ella para sacarla de ahí!
Él la abrazó e hizo un pequeño gruñido, pero nada más. Vio como dos hombres subieron sobre su espalda a dos mujeres, y empezaron a subir por la soga. En segundos saltaron en la puerta. Eso había sido impresionante.
-Hola, Hyperion. Me alegra volver a verte y con una compañera esta vez. -Una mujer rubia y baja, habló.
Las palabras se registraron lentamente en la mente de Anahí. Había dicho compañera, al igual que la otras Especies. Ella sabía lo que significaba, su prima se lo había explicado.
-Yo no soy su compañera -dijo la mujer.
Hyperion gruñó cuando la escuchó.
-Está en la fase de negación -dijo la mujer pelinegra.
Se formó un silencio incómodo. Todos se miraban entre sí. Anahí notó que las dos mujeres y ella estaban ligeramente escondidas detrás de los machos, y que las parejas tenían anillos: eran esposos.
-Bueno, déjame revisarte, así terminó rápido y dejo a los tortolitos solos. -Trisha avanzó.
Anahí quiso negar la parte de que fueron tortolitos, pero decidió pasarlo, hablaría con ellas cuando estuvieran solas.
Trisha le dijo que fueran al cuarto. Ahí, insistiendo mucho, Hyperion la dejo sola con las dos mujeres.
-Por cierto, soy Alexandra, cuidadora de las Especies Regalos ―La mujer blanqueó los ojos-. Como aborrezco ese nombre, mejor diles chicas. El rubio con el que estaba es mi compañero, Huffy. -La mujer le ofreció una sonrisa.
―Y yo soy Trisha, soy la médica de La Reserva y mi compañero se llama Slade.
Trisha movió la rodilla de Anahí y está se quejó.
-Cuatro, tres, dos... -Alexandra contó.
Después se escuchó: -¿Mi flor? -Y como la puerta se trataba de abrir.
Anahí miró a Trisha, después a Alexandra. Las mujeres asintieron.
-Estoy bien, no entres. -Se escuchó un resoplido y después la puerta dejo de intentar abrirse.
-Siempre son tan exagerados. La otra vez me estaba depilando las piernas, me corté y Slade llegó corriendo con terror en su cara diciendo que olía sangre y que quién me lo había hecho. -Trisha hablaba mientras buscaba en su maletín.
Alexandra blanqueó los ojos.
-De verdad te entiendo.
Anahí pasaba sus ojos de una a otra.
-Necesito irme de aquí, ya -dijo de pronto y las dos mujeres la miraron.
Alexandra se acercó y Trisha de sentó a su lado.
-¿Te está obligando a quedarte con él?
-Pensé que ya eran compañeros.
Anahí se lamentó. Todos asumían que Hache la estaba obligando y aunque no lo estaba haciendo del todo, no le gustó que ellos pensaran que era como un secuestro.
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Hyperion. Nuevas Especies #3
Fiksi PenggemarAnahí dedicaba su vida a ayudar a los que más lo necesitaban, y eso puso en riesgo su vida. Mientras hacia su trabajo como voluntaria en Irán con la ONU, descubre quién es el verdadero patrocinador de las guerras más recientes en la región donde est...