Capítulo Nueve

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El silencio reinaba, sólo se escucha los balbuceos de la pequeña Especie. El bebé miró a Hyperion y le ofreció su peluche. Éste, entre aturdido e indeciso, lo recibió para después encontrarse con las manitos del bebé hacía él.

—Te ofreció a Turk, eso es muy raro porque no le gusta que nadie lo coja. —La mujer habló pasándole al niño—. Y quiere que lo cargues, supongo que, aunque no te haya visto nunca, sabe que eres su padre.

El niño empezó a balbucear además de tocar a su padre mientras reía y resoplaba. Le tocaba la cara, el cuello y hasta se metió un mechón de su cabello a la boca.

Hyperion lo miró mientras estaba en sus brazos. Pocas veces se había visto en un espejo, pero sabía que lucían como dos gotas de agua.

Él sonrió. Tenía una cría, como alguna vez quiso. Tuvo una cría con su flor, pero ella no estaba ahí, con ellos. Miró detrás de la mujer para buscarla, pero no había nadie, cerraron la cabina del aparato y las Especies se dispersaron.

—Vamos, tenemos que llevarlos al Centro Médico para un chequeo general. —Jerichó habló al lado de Hyperion.

Empezaron a caminar y el bebé no paraba de parlotear, dando balbuceos, tocando a su padre. Hyperion, por su parte, no paraba de sonreír. Tenía un hijo, era el mejor regalo que podía recibir de Anahí. Lo sostenía contra su pecho sintiéndolo. Era tan suave como su compañera, el olor de ella estaba sobre él y eso lo calmó un poco.

Al entrar en el consultorio, Trisha los recibió junto con otra humana, una médica llamada Jessica Jonas. Trisha quiso coger al bebé, pero el macho le gruñó y se apartó de ella.

—No gruñas. —Le reprendió Slade.

—Déjalo, es su hijo. Tú eres muy protector con Forrest. Además, él lo acaba de conocer. —La médica sonrió hacia Hyperion—. Puedes sostenerlo mientras lo reviso, se ve en buen estado. Está muy gordito.

El primate, cauteloso, se sentó sobre una camilla. No desconfiaba de Trisha, pero quería encerrarse en su casa con su hijo.

Trisha se acercó y el bebé le gruñó haciendo los sonidos como Hyperion aferrándose a él junto con su peluche.

—Sacó lo antisocial de su padre. —Bufó Brass.

Trisha lo miró mal y empezó a revisar el corazón del niño, después hizo que lo sentaran en la pesa.

—Va a ser un macho grande. —Trisha miró al padre—. Igual que tú.

—¿Cómo se llama? —Slade preguntó.

—Maximum, porque Anahí decía que era lo más grande que le había pasado en la vida. Aunque ella muchas veces le decía "Eme". —Habló la mujer que venía en el helicóptero.

Todos la miraron.

—Ya puede doblar el brazo. —Le dijo Jessica que le había sacado sangre.

—¿Fecha de nacimiento? —preguntó Trisha mientras escribía en el formulario.

—22 de Julio, nació en la madrugada, a las 2:20. —dijo la mujer y sonrió débilmente—. Por cierto, me llamo Jane Harrison, y conmigo fue que Anahí estuve ese año y cuatro meses.

Trisha terminó de hacer revisar al niño que poco a poco se quedó dormido en los brazos de su padre. Resoplaba un poco y el macho le apartó el cabello que tenía sobre la cara.

Jessica también terminó de revisar a la mujer y salió dejándola con Salde, Brass, Jerichó e Hyperion con su hijo en brazos.

—Ahora díganos como Anahí Linetti llegó con usted y se mantuvo resguardada. —Brass se cruzó de brazos.

Hyperion. Nuevas Especies #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora