El primer impulso de Dmitri cuando Teena voló del trineo fue parar y dar la
vuelta, excepto que no había donde dar la vuelta, no aquí, donde los árboles
agrupados hacían cualquier tipo de giro agudo peligroso.
Sin mencionar, que sus perseguidores habían dejado de lado a su esposa para
venir detrás de él.
Que vengan detrás de mí en lugar de ella. Tendría que confiar en que ella podía manejarse mientras él se hacía cargo de los negocios. Hablando de cuidar...
Él programo su salto a tiempo, saltando del trineo en movimiento hacia la
gruesa rama que colgaba sobre su cabeza.
Balanceándose, se puso en cuclillas, un depredador en la oscuridad esperando
a su presa.
Y allí venían sus víctimas intencionadas, su equipo de perros a la cabeza, el trineo ligeramente más grande que el suyo y llevando dos hombres.
Cuan deportivo.
En silencio, Dmitri se dejó caer sobre ellos.
Dos humanos contra un gato. No había grandes posibilidades, para ellos.
Sus gritos estridentes de sorpresa fueron molestos por corto tiempo. Los mató demasiado rápido.
Ahora ¿cómo van a decir al resto de sus amigos que estoy aquí y a la caza?
Arrojó sus cuerpos desde el trineo en desaceleración. Los perros sin una mano guiándolos iban al trote y luego caminaron hasta pararse.
Despojando rápidamente a los hombres de su equipo cálido y armas, silbó a los
perros mientras tomaba ventaja. Se volvieron a sus órdenes, obedeciendo a las señales universales que les enseñaban en lugar de a una sola persona.
Antes de que pudiera ponerlos en movimiento y regresar hacia Teena, una voz
detrás de él le detuvo.
—Hola, gatito. ¿Marchándote tan pronto? —
¿Marcharse cuando alguien pedía una patada en el culo? Nunca.
Dmitri dejó caer las riendas y se volvió a ver a alguien vestido con camuflaje
blanco y gris saliendo detrás de un árbol, el rifle dirigido directamente a él.
—Aquí, humano, humano. Ven con papá gatito, — canturreó Dmitri.
En la mayoría de los oponentes, esto provocaría rabia por su descarada falta de respeto. No en este hombre. Asimismo, no jugaba con honor o según las reglas.
Disparó desde la distancia. Dmitri ignoró la pequeña picadura. Haría falta más que eso para que él cayera.
—Cobarde. Acércate para que te pueda herir. —
Pero el humano se mantuvo fuera de su alcance. Y se rió. Se rió burlonamente
el maldito.
El golpe a su honor casi asombró a Dmitri. Su madre seguramente lloraría en desgracia. Pero sólo si él fallara en matar al humano que lo insulto.
Por supuesto, los planes asesinos trabajaban mejor si un tigre se mantenía despierto. Varios dardos le pegaron a la vez, y si bien no eran balas, fueron impregnados de un agente somnífero, lo suficiente como para hacer caer su gran culo.
Creo que ahora entiendo por qué la pequeña gatita estaba un poco molesta, la pérdida de control apestaba, y nada podía detener la oscuridad que lo absorbía.
ESTÁS LEYENDO
La Novia Del Tigre •||Saga El Orgullo Del Leon 4||•( Terminanda)
General FictionCuando al principio no tengas éxito intenta con el secuestro