El “¿Qué tenemos aquí?” fue dicho por una mujer, aunque eso no fue
inmediatamente perceptible con las gafas, el pesado sombrero Ruso en su cabeza, y el abrigo de piel gruesa, con su suave y esponjoso cuello.
—¿Vas a matarme? — Teena imagino que así ella podría conseguir aclarar la
situación de una vez.
—Depende. ¿Eres parte de la trama para matar a mi hermano? —
—¿Quién es tu hermano? —
Moviendo las gafas para ponerlas sobre su cabeza, la mujer de ojos azules,
mostraba un gran parecido con cierto marido desaparecido.
—Eres la hermana de Dmitri. —
—Sí, soy Sasha. Y tú debes ser su nueva esposa, — dijo, echando un vistazo a
Teena con el ceño fruncido. —Soy yo, ¿o eres notablemente parecida a la última novia de mi hermano? —
—Probablemente porque soy la hermana gemela de Meena. —
—¿Gemela? — Sasha rió. —Confiaba en que mi hermano no se daría por
vencido. ¿Y es verdad?, ¿están casados?
—Sí. —
—Mencionó que había adquirido una nueva novia, sin embargo, se olvidó de
decirnos quien era. Ahora veo por qué.
—Fue algo repentino. — Fue la respuesta de Teena.
—Por lo que he oído, — dijo Sasha con una risita. —Estoy sorprendida de
encontrarte sola. ¿Dónde está mi hermano? No hay manera de que te permita pasear por tu cuenta.
La observación podría haberla molestado si Teena no hubiera sentido la ansiedad en sus palabras.
—Me caí del trineo de perros. —
—¿Y Dmitri no regresó por ti? — Las oscuras cejas se arquearon.
—Estaba muy ocupado tratando de mantenerse fuera del alcance de los tipos que le perseguían disparándole. —
Sasha se tomó un momento para absorber esta información antes de
responder,
—Veo que la maldición que sigue a tu hermana también te sigue a ti. —
—Sí. —
—Excelente. A Dmitri le vendría bien un poco de emoción en su vida. Ahora
basta de hablar. Tengo que ir a rescatar a mi hermano. Quédate aquí y espera. Otro de mi equipo vendrá a recogerte. — Sasha le arrojó una caja negra que sacó de un bolsillo. —Aférrate a esto. Es un dispositivo de localización. Les ayudará a encontrarte.—
—¿Por qué no puedo ir contigo? —
—¿Conmigo? ¿Por qué harías eso? —
—Para rescatar a Dmitri, por supuesto.
—¿Quieres salvarlo? — ojos azules se fijaron en ella con una intensa mirada
que conocía demasiado bien.
—Sí. Por supuesto que sí. Él es mi esposo. — Por alguna razón, su respuesta pareció agradar a Sasha porque ella le sonrió.
—Ven, mi nueva hermana. Vamos a seguir las pistas y ver a dónde nos llevan.
Donde les llevaron fue a una escena llena de huellas pero sin Dmitri.
Sasha se quejó mientras recorría las pistas.
—Tomado por humanos. Madre tendrá un gatito
.— De hecho, la madre de Dmitri resultó estar menos que impresionada por la
noticia.
—La vergüenza. El horror. Mi hijo, abatido por — sus labios se curvaron —
humanos. Su padre estará, sin duda, revolviéndose en su tumba. —
—Le incineraste, madre, — fue la respuesta de Sasha.
Estaban actualmente en una gran carpa, hecha para soportar el frío. Cuando un fuerte viento y nieve que caía espesa cubrieron las pistas, tuvieron que darse por vencidas. Se reagruparon en el campo base que la madre de Dmitri había instalado,
una madre que estaba menos que impresionada cuando conoció a Teena.
—¡Tú! Qué descaro tienes al volver después de dejar a mi pobre niño plantado en el altar. —
Teena suspiro.
—Esa no era yo. Esa fue mi hermana gemela.
—No importa. Misma familia significa que es probable que lo abandones
también. —
—En realidad, quiero ayudar a salvarlo.
—¿Quieres ayudar? — Su madre resopló. —Encuentro eso difícil de creer. Lo más probable es que permitas que mi pobre Dmitri muera para poder llegar a ser viuda y escapar de él como tu torpe hermana. —
—Nunca haría eso. — Teena no necesitaba fingir indignación.
—¿Por qué no? No has venido a este matrimonio de buena gana. Apostaría que tu familia está buscándote activamente, y eso significa que debes haber hecho algo para provocar su malestar. ¿Tal vez en secreto les has llamado para que te rescaten?
¿Son ellos los que están detrás del secuestro y el rescate de mi hijo? —
—Mi familia no habría hecho todas esas cosas. Mi padre podría ser un poco
violento, a veces, — eufemismo del año —pero nunca me pondría en peligro, al igual que él no haría daño a mi marido. — Ella esperaba.
—¿El es tu marido? —
—Más o menos. Quiero decir, tuvimos un cura para hacer lo suyo, y firmamos
los papeles. Sólo que no hemos llegado a la parte de la consumación, que les aseguro que no es por falta de intentos. Ya que soy virgen, Dmitri sigue insistiendo en que hagamos las cosas bien. Algo sobre asegurarse de que la experiencia este a la altura de las expectativas. — El brandy que Sasha le había dado de un frasco había hecho más que calentar sus congelados huesos; le había aflojado la lengua.
—No me lo creo, — interrumpió Sasha con un bufido. —El hermano mayor
tiene miedo escénico. Eso no tiene precio. —
—Pero no es importante en este momento. Debemos planificar su liberación.— Teena tomó otro trago de valentía de la botella.
—¿Cómo podemos planificar su liberación si no sabemos dónde está? ¿Ha recibido una petición de rescate o una pista sobre su paradero? —
—No habrá rescate. — La madre hizo un gesto con la mano despidiéndola.
—¿Cómo que no hay rescate? ¿No tienes suficiente para pagarlo? —
—En primer lugar, no han pedido ninguno. Y segundo…— Sasha miró a su
madre, y las dos se echaron a reír. —¿Pagar? Nosotros nunca pagaríamos un solo rublo a nuestros enemigos. —
—¿Tu le dejarías morir a cambio? — Teena se preguntó si se veía tan aterrada como sonaba.
—Bah. Dmitri no va a morir. Tenemos un plan. — Hablar con estas mujeres era como arrancarse un diente. Lento y agonizante.—¿Y el plan es? —
—Rescatarlo nosotras, por supuesto. —
Así tan racional para todo, y sin embargo Teena previó un gran problema.
—¿Cómo puedes rescatarlo cuando no sabes dónde está? —
—No lo sabemos todavía, pero lo haremos. Estamos a la espera de que el
satélite se ponga en la posición correcta de nuevo. La localización por GPS de un
huésped orgánico se encuentra todavía en la fase de prueba. Con el fin de hacer que los chips sean lo suficientemente pequeños para evitar ser detectados, son más difíciles de seguir y coordinar, por lo que necesitan un satélite muy bien coordinado.—
—¿Le has implantado un microchip? ¿Al igual que un animal de compañía? — Teena estaba asombrada con la madre de Dimitri.
—No dejes que empiece, — murmuró Sasha. —Ella piensa que es espantoso
que no todos les pongan chips a sus hijos pero garantizara la protección de Fido y Fluffy. —
—Entonces, ¿Cuánto tardara el satélite en estar en posición? — ¿Cuánto
tiempo hasta que pudieran ir a rescatar a Dmitri? Era curioso cómo ella no albergaba pensamientos acerca de su fallecimiento o lo fácil que sería dejar que las cosas siguieran su curso. Ella lo quería de vuelta. Quería darle a todo este asunto del matrimonio un giro.
De alguna manera en su corto noviazgo, había llegado a olvidar que él había salido con Meena primero. En realidad, cuanto más oía hablar de Dmitri y su hermana,
más observaba cuan inadecuados eran.
Nadie pareció aprobar aquel apareamiento, y era cosa de ella, ¿o compartían ella y Dmitri una relación completamente diferente? Teena fácilmente podría admitir
que él le gustaba, y ella iba a llegar al extremo y decir que ella le gustaba, también. No le importaba lo que su familia pensara o dijera.
Él le había dicho suficientes veces y le había demostrado de bastantes maneras que ella significaba algo para él. Aún más sorprendente, tenía la ligera sospecha de que a su hermana y a su madre ella les gustaba, también, al menos una vez que habían discernido que realmente no quería que muriera.
No permitiría que muriera, y por eso cuando Sasha dijo, “Debemos ser capaces de captar su señal, si él no está al otro lado del planeta, en las siguientes ocho horas,”
Teena sabía que tenía que actuar.
—¿Ocho horas? — Teena no pudo evitar repetirlo. —No, no podemos esperar
tanto tiempo. ¿Quién sabe lo que podrían hacerle en ese período de tiempo? —
—Entonces, ¿qué sugieres? Ya tenemos equipos moviéndose en círculos
alrededor de su última posición conocida. La tormenta está haciendo que sea imposible encontrarlo. —
Fuera oyó un grito, seguido de un ladrido agudo.
Teena tropezó en la tienda, olvidándose de cerrar la cremallera de su chaqueta
o de agarrar un sombrero. Ella no quería retrasarse, no si había oído bien.
Al entrar en el pequeño torbellino que había formado la tormenta, los copos
húmedos se le pegaron a la piel, parpadeó y luego sonrió.
—Hola. ¿Habéis venido a buscarme? — Dando unos pasos hacia adelante, ella
tendió la mano al líder del trineo de perros. Su único ojo azul y otro amarillo la miraron
de manera constante.
Ella le acarició el hocico con la mano.
—Tan buen chico. Muy inteligente, también. Lo suficientemente inteligente
como para encontrarme en una tormenta. Y apuesto que lo suficientemente
inteligente como para encontrar tu camino a casa. —
No fue necesario el bajo gruñido del líder de la manada para que Teena supiera que Sasha se había unido a ella.
—¿Qué son estos? — preguntó ella.
Teena sonrió.
—Estos son nuestro boleto para encontrar a mi marido. —
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La Novia Del Tigre •||Saga El Orgullo Del Leon 4||•( Terminanda)
General FictionCuando al principio no tengas éxito intenta con el secuestro