《Existe un campo de rosas... todas ellas son de color blanco...
Una pequeña mariposa llegó a ese campo esparciendo su Néctar de colores...
los capullos se abrieron y sus pétalos estaban manchados de sangre y dolor.
La pequeña mariposa abandonó el c...
Hace unos días que todo estaba tranquilo y a la vez muy agitado, el festival de la temporada de otoño se acercaba a pasos agigantados
La fría brisa amenazante del invierno próximo hacía erizar la piel descubierta del mayor de los hermanos Kochou, había olvidado la sin fin de veces que acabó tirado en el suelo debido a la gran diferencia de poder entre él y el abuelo
—Creo que lo dejaré...—murmuró levantándose lentamente del suelo
—¿Qué!— el abuelo le miró con nervios
—No importa como entrene, no logró hacer ninguna postura de tu básica respiración de agua...— suspiró irritado
—Pero...¡Yasushi!...
—Lo recuerdas ¿no?... lo dejaré cuando quiera...—murmuró mirando de soslayo al abuelo que se quedó tieso
¿Que era esa mirada tan venenosa? nunca había visto semejante expresión en el menor, su cuerpo entero se veía congelado, como si aquella mirada era la de una serpiente venenosa; no... sus ojos brillaban con delicadeza elegantes y estoicos... era como ver...
Una mariposa de aleteo débil y triste, hipnótica...
—De...De acuerdo...—susurró el abuelo bajando la mirada
—Gracias por entender abuelo... recuerde tomar la medicina hoy...—murmuró el joven dejando el bokken en el suelo y dirigiéndose a la salida
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Quizá era la fría brisa de aquella noche silenciosa de otoño o puede que simplemente era el sentimiento abundante de soledad que sentía en ese momento, como si algo faltara en su pecho pero... ¿Que podría ser?
Mientras se preguntaba eso su mirada estaba perdida en el techo, suspiró al ver que posiblemente esa noche no dormiría correctamente. Con pasos arrastrados entró a su laboratorio aspiró el denso aroma a fármacos
—Es extraño... —murmuró mirando la brillante luna que se colaba por la pequeña ventana del lugar
Caminó con cuidado por ese lugar mientras sus dedos acariciaban los frascos de tacto gélido, cuando su presencia se quedó frente a la ventana
—Hola...—murmuró extendiendo su dedo índice a aquel visitante
Una linda mariposa de color amarillo se posó en su dedo, sus alas brillaban por la fuerte luz de luna que chocaba en ellas, era singular... sus alas eran asimétricas pero eso no le impedía surcar el cielo de manera gloriosa
—Pequeña mariposa...—murmuró cerrando sus ojos
¿Como podía llenar ese vacío?
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