CAPÍTULO 39

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—La Emperatriz Muhe acaba de fallecer. Hermana Shu, ¿no crees que tratar así a la hija de la Emperatriz es una decepción para tus hermanas?
—¡Padre! ¡Chun'er tiene algo que decir! —Una voz aguda de repente hizo eco desde afuera de las
puertas. Todos en el pabellón miraron hacia afuera con sorpresa, con extrañas expresiones en sus caras.

El Emperador Xia pensó por un largo tiempo antes de finalmente decir:

—Déjala entrar.

El viento entró en el pabellón a través de las puertas. Zhao Chun'er llevaba una túnica roja brillante, con el pelo desordenado al correr. La cara de la pequeña dama estaba pálida. Bajo la atención de todos, entró en el pabellón. El viento soplaba en su túnica, haciendo parecer que había mariposas en el aire. Era un espectáculo desordenado, pero su magnificencia era visible.

—¡Padre! —La joven se quedó en el pabellón, de repente cayó al suelo y se arrodilló pesadamente—. Por favor retira tu orden. ¡Chun'er ya no quiere casarse! ¡El pabellón entero se sorprendió por completo al escuchar estas palabras! En este instante, todo el Pabellón Fang Gui cayó en un silencio absoluto durante un largo rato.

Posteriormente, comenzaron a aparecer ruidosos sonidos de discusión, ahogando lo que Zhao Chun'er había dicho.

—¡Qué tontería! —Siseó la Noble Consorte Shu, con una expresión fría en su rostro. Tras la desaparición de la Emperatriz Muhe, la boda de Zhao Chun'er fue manejada exclusivamente por ella. Al escuchar a la pequeña Princesa pronunciar palabras tan rebeldes y absurdas, estalló de rabia.

Zhao Chun'er se arrodilló en el suelo.

Miró hacia arriba, con los ojos inyectados en sangre, la cara
pálida. Hizo un puchero e hizo una reverencia de nuevo, repitiendo:

—Padre, retira tu orden. Chun'er ya no quiere casarse.

La Noble Consorte Shu frunció el ceño, respondiendo fríamente:

—El séquito del Príncipe Yan ha llegado. Están fuera de las puertas de la ciudad ahora. Su boda se ha
hecho pública durante más de un mes. Ahora, en presencia de todos los enviados diplomáticos, ¿te niegas a
casarte con él? ¿Te enseñó la hermana Muhe a ser así?

—Los difuntos se han ido. Hermana Shu, no necesitas mencionar sus nombres de nuevo. —Zhuge
Lanxuan miró a Zhao Chun'er con una sonrisa—. Chun'er, ¿no puedes soportar soltar a tu padre? Sé buena.

Aunque estés casada, puedes venir a casa a visitar Su Majestad a menudo.
—Lady Xuan, Chun'er no se siente así. Es solo que ya no deseo casarme. Por favor, ayúdame a suplicarle a mi padre que retire sus órdenes. —Zhao Chun'er se arrodilló en el suelo. Levantó la vista, las lágrimas brotaban de sus ojos. Ella estaba decidida.

—Hombres, llevaros a la princesa.

Vestidla y esperad al carruaje de Yan Bei.

El Emperador Xia ni siquiera la miró a los ojos. Bajo las luces brillantes, el rostro del Emperador era indistinguible. Su voz era sombría, como si no hubiera escuchado nada de lo que Zhao Chun'er había dicho.

Las doncellas fuera de la puerta entraron al pabellón, tirando del brazo de Zhao Chun'er.

—¡Soltadme! —La pequeña Princesa tembló. Apartó a las doncellas, se arrodilló en el suelo y gateó.

Lágrimas empezaron a rodar por su rostro. Estiró la mano para limpiarse las lágrimas, mirando a su padre, al
que había temido desde joven. Su voz temblaba, pero intentó mantener la compostura, murmurando lentamente—: Padre, por favor, retira tu orden.

—¡Chun'er! —Zhao Che frunció el ceño y bramó—: ¿Qué estás haciendo? ¡Detente! Hubo una extraña expresión en las caras de todos. En el gigantesco Pabellón Fang Gui, solo los
sonidos del viento podían oírse.

Continuará

💔THE LEGEND OF CHU QIAO (TOMO 3 FINALIZED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora