CAPÍTULO 47

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Su Majestad! —Una voz nerviosa repentinamente hizo eco desde fuera del pabellón. Un eunuco entró lentamente, se arrodilló en el suelo, llorando y dijo—: Su Majestad, la Princesa Chun… la Princesa Chun... Ella... —¿Qué le pasó a la Octava Hermana? —Zhao Song se levantó y reprendió.

El eunuco estaba en el suelo. Él replicó en voz alta:

—La Princesa Chun... ¡ella se escapó!
—¿Qué? —La Noble Consorte Shu levantó las cejas, reprendiendo—: ¿Cómo huyó? ¿A dónde? ¡Hay
tanta gente mirándola, pero todavía la dejas huir! ¿De qué sirve manteneros a todos? —¡Merezco morir, merezco morir! —Gritó el viejo eunuco—. ¡Su Majestad, perdone mi vida, por favor! Cuando la boda se acercaba, la novia se fugó. Todos se quedaron mirando entre sí, alucinados.

Zhao Che se levantó, declarando con tono profundo:

—Callaros. Aclárate. ¿Cuándo huyó la Princesa, y a dónde? Cuando el viejo eunuco iba a hablar, fue interrumpido por los sonidos de tambores del exterior. Una aguda sirena sonó. En medio de la urgencia, una tormenta estaba a punto de estallar.

—¿Qué está pasando afuera? —El Emperador frunció el ceño, preguntando en tono profundo.

—¡Informando! —Un sonido largo hizo eco desde lejos. Un guardia imperial, vestido de verde, irrumpió en el pabellón sin previo aviso y dijo con firmeza—: Su Majestad, las concubinas imperiales, los
príncipes reales y todos los ancianos, diríjanse a un lugar seguro. Un incendio ha estallado en palacio. Es un gran incendio, y está fuera de control.

—¿Un incendio? —El tercer Príncipe, Zhao Qi, se congeló. Comentó con incredulidad —: ¿Dónde?
¿Dónde están los Bomberos? ¿Por qué no hay nadie que apague el fuego?
—Hemos enviado a alguien a los Bomberos, pero no hay noticias de ellos. En cuanto a la ubicación
del incendio, no sé. Solo veo llamas por todas partes. Su Majestad, vamos.

El fuego se está extendiendo al
Pabellón Fang Gui.

—¡Qué descarado! —Reprendió Zhao Qi—. ¿Sun Yunpu ya no quiere su trabajo?

—No tiene sentido culpar a nadie ahora. Padre, el fuego se está saliendo de control, Dejemos este
lugar. —Comentó profundamente Zhao Che.

El Emperador Xia frunció el ceño y asintió, preparándose para ponerse de pie. Los dos eunucos de su
lado se apresuraron a enderezar sus mangas, pero antes de que pudieran hacerlo, otro grito hizo eco.

Otro soldado, arrodillado en el suelo, gritó:

—Su Majestad, por favor, no abandone el Pabellón Fang Gui. No es seguro afuera. Un grupo de
asesinos acaba de infiltrarse en el palacio y mató a más de sesenta de nuestros hombres. ¡La cifra de muertos sigue aumentando!

Continuará

💔THE LEGEND OF CHU QIAO (TOMO 3 FINALIZED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora