CAPÍTULO 60

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una mano y sonreía con ternura.

Mirándose el uno al otro, sus emociones se desbordaban. Tras ocho años de compañía a través de la vida y la muerte, su relación había sido grabada profundamente en sus almas.

Los ojos de Yan Xun estaban muy serios, y susurró:

—Ah, bueno, nunca te dije esto antes.

Solo diré esto una vez, así que escucha con atención. Quiero
agradecerte por acompañarme todos estos años en el infierno. Gracias por no abandonarme durante los días
más oscuros de mi vida. Gracias por estar a mi lado. Si no fuera por ti, Yan Xun no es nada, y probablemente
habría muerto en esa noche de nieve hace ocho años. AhChu, esta será la única vez que digo estas palabras.

Hablo con acciones y te lo compensaré con el resto de mi vida.

Hay algo entre nosotros que no necesitamos decir para entender. AhChu, eres solo mía, y te protegeré. Me iré contigo.

Desde el momento en que sostuve tu mano hace ocho años, nunca planeé soltarte.

Chu Qiao cerró los ojos lentamente. El viento nocturno soplaba como un gusano de seda, y en ese instante, su corazón se sentía como si una morera se fuera comiendo lentamente.

Yan Bei, las Planicies Huo Lei, las Montañas Hui Hui...

—Yan Xun, no tengo hogar. Porque estabas conmigo pensaba en tu hogar como mío.

El hombre inhaló profundamente, y afirmó sus brazos. Su corazón era como un gran lago que se fundía con el calor de la primavera.

—AhChu, confía en mí.

Suspiró ligeramente. No le había dicho en qué tenía ue confiar, pero AhChu entendió. Ella le dijo en
su corazón que por supuesto lo haría.

Si no, ¿en quién más confiaría? En este mundo, solo se tenían el uno al
otro.

—AhChu, hay que he querido hacer durante mucho tiempo.

La prístina cara blanca de la joven de repente se tiñó de rojo, que claramente no era debido por el
reflejo de las llamas de la guerra. Ella alzó su cabeza, y le sonrió tiernamente.

—¿Entonces a qué estás esperando?

—¡Jaja! —El joven rey rió galantemente, y se inclinó hacia adelante.

Gentilmente, presionó sus labios contra los de ella.

En ese momento, Chu Qiao cerró los ojos y perdió las riendas de su mente y emociones. Toda emoción en sus pasados ocho años rumiaron en su mente.

Mientras tanto, en la distancia, los gritos de guerra sacudieron la tierra y, más cerca de ellos, los sonidos de las cuchillas resonaron. Toda la ciudad de Zhen Huang temblaba bajo sus pasos, y sonaba como los últimos gritos de una bestia acorralada. El majestuoso embellecido Palacio de Sheng Jin había sido envuelto en
llamas, junto con las torres y palacios de oro circundantes, hundiéndose en un infierno ardiente. Los corruptos
ancianos y nobles del imperio se frotaban los ojos con incredulidad, incapaces de creer lo que veían.

Hace ocho años, nadie hubiera creído que dos niños frágiles e impotentes tendrían tanto valor y fuerza. Ahora, ocho años después, nadie lo dudaría, que los cachorros del pasado habían crecido, y que habían estado puliendo sus garras, listos para destrozar las paredes de la capital para escapar de esta tierra de
degeneración hacia el mundo exterior.

—¡AhChu, espérame!

—Claro. —Dejando ir al hombre, la cara de Chu Qiao se iluminó con una sonrisa—. Cabalgaremos por las planicies de Yan Bei, iremos a la nieve en las Montañas de Hui Hui.

¡Te esperaré, Yan Xun! En el violento viento nocturno, con un chasquido de su lengua, la joven le indicó al caballo que se moviera. ¡Con un equipo de escoltas, corrieron hacia la Puerta Oeste!

Continuará

💔THE LEGEND OF CHU QIAO (TOMO 3 FINALIZED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora