CAPÍTULO 59

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—¡De ninguna manera, quiero estar contigo! —Chu Qiao negó obstinadamente con la cabeza e
insistió.

Yan Xun puso cara de aspereza y la reprendió con severidad:

—Chu Qiao, esta es una cuestión de gran importancia, ¡no seas infantil ahora!

—Hay peligro en todas partes en esta capital, y la 12ª División y la 36ª División nos están mirando
fijamente, esperando una oportunidad para atacar en cualquier momento. ¡¿Cómo puedo dejarte aquí para enfrentar esto solo?!
Yan Xun sonrió.

—Estúpida, ¿cómo que estoy solo? Aun quedan diez mil soldados de Xi Nan. ¡No necesitas preocuparte por mí!

Chu Qiao de inmediato respondió:

—Simplemente cambiaron de bando, ¿quién sabe si volverían a capitular? ¿Cómo puedo confiar en ellos?

—Si las fuerzas de Xi Nan no son confiables, incluso si permaneces, no escaparemos de nuestro destino. AhChu, uno no debe confiar en alguien de quien duda, y no debe dudar de alguien en quien confía.

Esa frase fue lo que me enseñaste.

Chu Qiao miró con desconfianza a Yan Xun y expresó sus dudas:

—Yan Xun, ¿realmente confías tanto en ellos?

—¡No confío en ellos, confío en mí mismo!

Sonidos de gritos de guerra atravesaron el cielo nocturno una vez más. Fue otra ronda de ataques y
contraataques. Las flechas salpicaban el cielo, y la ciudad estaba manchada del color de la sangre. Sus túnicas
negras todavía revoloteaban, la mirada de Yan Xun era aguda como una espada, y observó pacíficamente el choque de cuchillas frente a él.

Lentamente, afirmó, como si fuera un hecho:

—A parte de capitular debajo de mí, no tienen otra forma de sobrevivir.

Luchan a muerte, todavía
tienen un rayo de esperanza de supervivencia. Pero si se rinden al imperio, serán vistos como traidores tanto por Yan Bei como por el Imperio Xia.

—Pero esta batalla es demasiado sangrienta. Me preocupo por tu reputación de benevolencia.

—¿Benevolencia? —Se burló Yan Xun—. Padre era demasiado benévolo, y así fue como murió en las tierras altas de Yan Bei. Me aseguraré de no ser como él.

De repente, fue como si la cara de Yan Xun estuviera cubierta por una capa de niebla negra.

Sorprendida, Chu Qiao levantó la cabeza y miró hacia él, y le preguntó suavemente:

—¿Yan Xun?

Yan Xun bajó la cabeza y miró a Chu Qiap. Todavía a caballo, abrió los brazos y envolvió con fuerza
a su frágil figura en su abrazo.

—AhChu, confía en mí. Espérame en Chi Shui. Nos iremos juntos.

El viento se intensificó, y Chu Qiao de repente sintió escalofríos. Se estiró y le devolvió el abrazo, con un notable temblor en su voz:

—Yan Xun, si te sucede algo, me aseguraré de vengarte.

El murmullo del viento barrió el camino y los gritos de guerra de lejos parecían muy lejanos. Cabello
negro de tinta ondeaba en el hermoso rostro del rey de Yan Bei, mientras levantaba la barbilla de la dama con

Continuará

💔THE LEGEND OF CHU QIAO (TOMO 3 FINALIZED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora