Drabble

223 5 0
                                    

Yo misma.

Rusia y Estados Unidos habían estado corriendo desesperadamente años atrás en la conocida carrera espacial, pero cientos de años después, unirían fuerzas para ir en búsqueda de un nuevo planeta; ser una astronauta rusa tenía grandes privilegios, el entrenamiento, la fama, el orgullo y prestigio que automáticamente se le daba a la familia y por supuesto las metralletas, todos los astronautas rusos llevaban ametralladoras al espacio porque cuando regresaran a tierra corrían alto riesgo de caer en la tundra enfrentándose a osos y lobos. Aquellas eran los cientos de cosas que pasaban por mi cabeza mientras giraba, y giraba, y giraba, abrazada a mi misma aún temblando, la sensación de ingravidez era similar a cuando contienes la respiración y dejas que el agua te arrastre hacia abajo, la diferencia era que aquí simplemente flotaba. Uno de los motores había explotado, llevándose consigo la mitad de la nave el alimento, y lo más importante, el oxígeno, cortando toda comunicación con la base en la tierra, allí flotaba en shock, las treinta y seis horas de oxígeno se habían transformado en tres, Peter había salido herido en la explosión y el área de enfermería ya no existía.
Podía ver por la ventana circular la cercana lejanía de terra 251, la única diferencia con nuestra tierra era que el verde era azul y el azul rosado, las cientos de pruebas realizadas mostraban que era un lugar habitable, en medio del caos y la alarmas una idea atravesó mi cabeza.

La cápsula de escape aparecía como habilitada en el status de la nave, atando a mi compañero con algunas cuerdas lo arrastré por los pasillos maltrechos de la máquina luchando con la ingravidez; el tiempo avanzaba y el oxígeno escaseaba.
– Aquí acqua oxi 3-2-2 – Hablé esperando vanamente qué control respondiera, sabía que no lo harían, pero el protocolo lo exigía – aquí acqua oxi 3-2-2, conteste – Aseguré a Peter al asiento para luego sentarme – acqua oxi 3-2-2 capitán Natasha Brennam preparando cápsula para escape de emergencia con destino a terra 251 – Expliqué mientras encendía los controles revisando el reloj de pulsera que anunciaba que solo quedaban sesenta minutos de oxígeno – el teniente Peter Bhfgu está herido e inconsciente y contamos con sesenta minutos de oxígeno para el aterrizaje – tomé aire – si no morimos por la falta de oxígeno probablemente lo hagamos en terra 251 con su atmósfera, esperemos que haya oxígeno realmente.
La cápsula se separó de la nave madre para comenzar a caer en picada directo al circular planeta desconocido, alarmas sonando, la cápsula agitándose, mi corazón saliéndose por mi garganta, el oxígeno a treinta minutos, veinte, diez, cinco, tres, aterrizaje ¡¡explosión!! La puerta de la cápsula salió disparada, me quité el cinturón y salí apresurada para encontrarme con la tierra de un color dorado.
– Lo que sea – El casco se abrió, silencio absoluto, respiré. Oxígeno, levanté la mirada al escuchar el sonido metálico, ahí estaba yo misma, apuntándome con un arma.

One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora