Thirteen.

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Luzu aún seguía durmiendo cuando se escuchó varias voces en el interior de su casa. El castaño sin entender el porqué de los murmullos, despertó lentamente.

Se sorprendió al ver a tres de sus amigos frente a él. Estos no se habían dado cuenta que el mayor ya estaba despierto. Estos estaban discutiendo.

Eran Alex, Willy y Fargan. El castaño confundido decidió darse a notar aunque no tenía mucho ánimo de tratar con ellos.

Tosió falsamente para llamar la atención de los tres chicos— se podría saber... ¿porqué están aquí?

Los tres se miraron entre sí, recordando lo que les dijo el de orbes morados antes de dejarlos solos. Hablo el de antifaz— Ehh, bueno Vegetta dijo que tenia algo que hacer así que...

—Así que dijo que te acompañaremos —completo el que usa casco al ver que el mayor no continuaba— haremos el desayuno hasta entonces sigue descansando —Dijo con una pequeña sonrisa

El castaño no dijo nada al respecto y vio como se retiraban de su habitación para irse a la cocina. Suspiró, no quería ver a nadie pero no tenía otra opción.

Luzu se dirigió a su baño y se miró en el espejo. Su apariencia era descuidada, su cabello estaba desordenado y tenía ojeras. Decidió  tomar una ducha, la cual había necesitado mucho, apenas el agua recorrió su cuerpo sintió sus músculos relajarse a la vez que su mente despejarse.

Al terminar de hacerlo, volvió a verse en el espejo. Ahora parecía el mismo que hace una semana. En sus labios se dibujó una pequeña sonrisa.

Al salir, sentia un delicioso aroma. Reconoció qué quien cocinaba era Alex. Él menor aunque no lo demostrará tenía unas grandes dotes en la cocina.

Aun se sentía mal y con pocos ánimos de hacer algo. Se acercó a la cocina donde los tres chicos estaban, el de casco cocinando, el albino ayudándolo y el de máscara sentado viendo lo que hacían los otros dos.

Decidió dejarlos y salió a su patio, junto a su mascota. El clima estaba fresco y hermoso. Hace mucho que no sentía la brisa golpearle a la cara. Suspiró mientras cerraba los ojos.

Recordó al pelinegro. Ambos caminando por el pueblo, colocando carteles por todas las casas. Sonrió inconscientemente, pero aquella sonrisa se desvaneció rápido al recordar el porqué estaba así.

Volvió adentrarse a su hogar, escuchaba las voces de sus compañeros. Fue con ellos.

—Oh Luzu —Dijo Fargan al verlo— Ven toma asiento que los huevos revueltos están deliciosos

—Ya lo creó —Murmuró tratando de olvidar al azabache, se sentó al frente del de antifaz

El de casco, le sirvió la comida al mayor— Espero que esto te anime un poco —Dijo al ver el semblante del castaño

El mayor solo le sonrió. Después de todo ellos no tenían la culpa de nada, no tenían que aguantar su mal humor o pena.

Los cuatro chicos se pusieron a comer, mientras conversaban tratando de animar al castaño. Se sentía un poco mejor.

Por otro lado, en casa de uno de los integrantes del grupo, más específicamente el de un chico con máscara de oso. Se encontraban el resto de muchachos.

—Y bien... ¿cómo podemos ayudarte Vegettita? —preguntó el pelirrojo del grupo

—Si, dinos —Agregó el de lentes— En que somos bueno Vegetto

—Miren, como sabrán Luzu y Auron estan teniendo problemas en su relación —dijo el nombrado— Así que como buenos amigos que somos, vamos a ayudarlos

InexpugnableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora