"Borja" escuchó el de cabellos claros a sus espaldas, volteando se casi al instante para ver al dueño de aquella voz.—¿Auron? —No estaba acostumbrado a que lo llamasen por su nombre más no le dio mucha importancia
—Hola Luzu, disculpa si te distraigo... —el castaño quería refutar lo ultimo aunque fuera cierto— pero me preguntaba si tú...
—¿Si yo? —Pregunto intrigado ante el silencio del menor— venga no me puedes dejar en suspenso
—Qué si estás libre —dijo mirando hacia otro lado— Pensé que podríamos salir a hacer algo pero si tienes algo mejor que hacer no importa
—Si —Dijo sin más acercándose al contrario con una leve sonrisa
—¿Si qué? Si estás libre o si tienes algo mejor que hacer —El pelinegro estaba tan nervioso que no veía lo evidente
—Que si estoy libre Auron —Respondió algo burlesco— Así que ¿a dónde me llevarás guapo?
—Pues antes de decírtelo debemos ir a mi casa —Comenzó a caminar escaleras a bajo yendo a su hogar. El castaño lo imitó
Cuando ambos llegaron en solo cuestión de minutos, el menor invitó a pasar al de orbes marrones. Ya en el interior, se encaminaron donde los cofres.
El azabache se acercó a uno de estos y antes de comenzar hablar de nuevo fingió estar buscando algo en concreto— Sabias que... la única persona que ha entrado a mi casa desde que llegue —El castaño solo lo miró de reojo mientras seguía jugando con la hada del menor— que no a querido hacerle algún daño... ha sido tú
El mayor sin saber que responder a eso solo se mantuvo en silencio.
—Como también has sido tú, el único que siempre ha estado para mi —Dijo con algo de pena mientras cerraba el cofre para luego ir hacia la puerta— Ya he tomado lo que necesitaba ¿vienes?
Luzu, quien se encontraba flipando fue con él. No sabia que le había picado al de ojos oscuros pero no podía quejarse.
Ya fuera de la propiedad del azabache, ambos caminaron en silencio hacia el pueblo. Cada uno metido en sus pensamientos hasta que Auron se dio cuenta que habían llegado a la casa del alcalde, un lugar importante.
Extrañado, el castaño vio como el de camiseta negra se adentraba a la casa— ¿Pero qué haces Auron? —Cuestiono siguiéndole— Mira si vas hacer alguna ilegalida-
Más el azabache le interrumpió— ¿Recuerdas que la primera vez que nos encontramos fue aquí? —Dijo observando todo el lugar para luego ver al castaño— Yo me había llevado los ocho panes que habían aquí —Señalo el cofre y lo abrio
—Si lo recuerdo —Se puso a su lado sin mirar el interior del gran objeto— Como también recuerdo que te dije que no los tomarás
—Lo sé, lo sé —Rieron recordaron aquel momento— Pero ya los he devuelto mira —Dirigió su mirada al interior para después mirar de reojo al mayor
—Me alegro Auron —Sonrió— ¿También dejaste las flores?
El menor vio como el castaño las tomaba en sus manos con suavidad— Quizás las habré dejado por que no tenía espacio o algo —El mayor las olisqueo— Deberías quedarte las después de todo se morirán guardas allí
—Tienes razón —ambos se miraron a los ojos unos segundos antes de desviar la mirada algo avergonzados
—Vámonos antes de que alguien crea que estamos haciendo algo ilegalissimo —Menciono el azabache esperando a que el contrario saliese para cerrar la puerta