Two.

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Un nuevo día comenzaba en Karmaland, el ambiente era tranquilo o al menos así permanecía por el momento.

Auron se encontraba desayunando junto con Frederick a su lado cuando escucho una explosión, el sonido provenia de un lugar bastante cercano. Se asomó a su ventana para visualizar de dónde pudo haber venido exactamente dicha explosión, una vez lo hizo, salió de su casa velozmente.

Corría a casa de Luzu, agradeciendo el hecho de que vivian cerca. Apenas llegó, vio al castaño tirado en el suelo, este tenía una montón de rasguños y heridas.

Se acercó rápidamente al mayor, estaba inconsciente, lo tomó en brazos y se lo llevó a su casa ya que no podía entrar al del contrario por las seguridades que tenía.

Ya estando dentro de su casa, lo acomodó en su cama con cuidado. Se dirigió a uno de sus cofres para tomar un par de banditas y alcohol. Curó sus heridas.

Pasaron alrededor de unas 5 horas cuando Luzu se despertó un poco adolorido y confundido. Reconoció la habitación en la que estaba de manera inmediata pero no entendía que hacía allí. ¿Qué había pasado?.

El de cabello oscuro estaba en su jardín recogiendo algunas patatas cuando escucho un fuerte estruendo en el interior de su casa.

Preocupado, entró a su hogar y se dirigió a su habitación, el castaño se encontraba de rodillas en el piso.

—¡Luzu! —Dijo alterado el menor

—Ouch, Auron ¿qué hago aquí? —Se quejó el menor por sus heridas

—Te traje a mi casa después de que fueras víctima de una mina —Respondió— Estabas herido así que te cure y deje que descansaras

—Oh, gracias —Le sonrió débilmente

El de orbes oscuros ayudó al mayor a recostarse de nuevo en su cama.

—Es mejor que sigas descansando, no tardará en atardecer y no es seguro estar fuera —Dijo suavemente

—Bueno tampoco es como si mi casa fuera segura —Bromeó— ya ves como estoy

—si, estas guapo —bromeó, o eso creyó el castaño— Venga, sigue durmiendo. Yo aún tengo cosas que hacer

—Gracias, de verdad —Acariciaba a Frederick, quien se había subido a la cama— No me gusta ser una molestia

—Y no lo eres —Dijo seguro— Iré a cocinar la cena, te dejo en buenas manos— Miro a su mascota— Cuidalo

Luzu solo rió leve por la situación. Auron acababa de encargarle a Frederick que cuidara de él. Realmente estaba en buenas manos.

Se acomodó mejor en la cama y en tan solo unos minutos quedó dormido, con una gran sonrisa en los labios.

InexpugnableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora