Twenty.

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Auron veía el mensaje del pelirrojo de su amigo con cara de pocos amigos. No sé sentía listo para hablar de nada con el mayor aunque fuera lo que más quisiera. Estaba nervioso.

Guardo su móvil y tomo asiento en una de las mesas del establecimiento, no sabía muy bien que hacer ni mucho menos como iniciar una conversación. El contrario, el cual se encontraba en la misma situación, solo deambulaba por el sitio como si fuera lo más nuevo y curioso que había visto jamás.

Ninguno parecía querer dar el primer paso y eso les estaba agobiando. Luzu, impaciente, decidió que él sería quien lo haría si así era la única forma de arreglar las cosas. Él no era tonto, así que suponía perfectamente el porqué los habían encerrado.

Iba a hablar, cuando un mensaje le interrumpió. Extrañado vio de quien se trataba y vaya sorpresa la que se llevó al ver el remitente.

Auron: Hola... ¿hace mucho que no hablamos no?

El castaño, incrédulo, subió su mirada del celular y vio hacia donde se encontraba el menor. Este tenía su móvil en la mano. Inconscientemente, sonrió.

Aunque le parecía estupido lo que estaban por hacer, pensó que era la manera más tierna y tonta de comenzar a algo importante. Le respondió el mensaje.

Auron, nervioso por lo que acababa de hacer, esperaba ansioso alguna contestación por parte del mayor. Cuando sintió su movil vibrar entre sus dedos, supo que había hecho bien.

Luzu: Si, ha pasado mucho... ¿debes tener muchas cosas que contar no?

Sonrió, y apenas terminó de releer por tercera vez el mensaje, le envió otro en respuesta.

Luzu solo veía al menor de reojo, extrañaba estar cerca de él aunque eso no lo admitiría por el momento.

Al ver que el pelinegro termino de probablemente e escribir lo que le iba a enviar, dijo su vista en la pantalla de su teléfono esperando la llegada del mensaje. Solo fue cuestión de segundos para que no solo sino varios mensajes aparecieran en esta.

Auron: Pues la verdad es que no ha pasado mucho. Los temas que envuelven a la alcaldía no son tan interesantes o abundantes como aparentan.

Y en mi casa no habido nada nuevo de lo cual haya que comentar aunque brett ha desaparecido desde ya un tiempo.

En el ayuntamiento, estamos haciendo una que otra reforma después de la explosión de esta, tengo mi propio despacho y todo aunque apenas pasó alli.

Pero la verdad es que nada a resaltar... ¿y tu Luzu? ¿Algo mejor que contar?

El castaño estaba por responder cuando alzó su mirada encontrándose con la del menor, este la desvió rápidamente hacia otro lado. Eso hizo que tomara valor.

Se acercó a donde estaba el azabache, apoyándose en la ventana. Viendo a través de esta, el pueblo. Decidió hablar.

—Además de lo que todos llaman "fase" —Dijo enfatizado lo último— Pues no tengo mucho que contar. Más bien debería confesar algunas cosas...

—Soy todo oídos —Y sin añadir más espero que el contrario continuara

—Well... para empezar debo tomar créditos por la obra magnifica que le hice al ayuntamiento —sonrió

—Ok, prosigue —Al menor no le sorprendía mucho que el castaño fuera el autor de dicho atentado. De hecho, ya lo sospechaba pero nunca dijo nada

InexpugnableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora