Capitulo 128 (okay)

46 0 0
                                    

Narra Anne :

Baje la cabeza ante la mirada de Marco y me cruce de brazos

-dijimos que iríamos juntos- asentí

-si, pero me preocupe y yo también podía llevarla con...- me interrumpió

-regui- termino

-si, con regui, mi amigo, tu amigo y compañero- añadi

-sabes algo, no me está gustando para nada esa amistad- puse mis manos en la cintura

-¿estás celoso?- pregunte riendo

-si, la verdad si estoy celoso y con mucho derecho- negue

-¿vez esto?- le pregunte mostrando el anillo

-soy tuya y si me lo diste es porque te e dado la seguridad para ello- explique

-¿sabes como veo a regui?- le pregunte

-como mi hermano, como veo a Maximilian y si te preocupa que te vaya a ser infiel, tranquilo que se respetar una amistad y no confundir las cosas- termine y voltee para salir

Su mano tomo mi muñeca y me quede quieta

-yo...- voltee

-lo siento Anne, se como eres y que con regui no pasa nada solo que...- pasó su mano por su cara, comencé a preocuparme

-El entrenador me dijo que mi lesión no está del todo bien y que quizá no pueda ir a Estados Unidos con el grupo- negue y puse mis manos sobre su cara

-tú irás a esa gira y tu lesión no será un obstáculo- hable con calma

-¿donde está mi Asensio? Tú me haz demostrado que "rendirse" no está en tu vocabulario, ahora demuéstrale al entrenador que eres más de lo que esperaba- sonrío

-algo demasiado bueno tuve que hacer para merecerte- negue y lo abrace

-gracias anita de mi vida, te amo- dijo en mi oído

-de nada futbolista de mi vida- sonreí y lo apreté con más fuerza

-porfa no quiero tener esta discusión otra vez- pedí

-no volverá a pasar- tomo mi mano

-¿como estuvo lo de Mariana?- preguntó

-dijo que era normal, que los recién nacidos normalmente se la pasen durmiendo- sonrío

-me alegra que la peque esté bien- asentí y me pegue a su pecho

-¿ya haz hecho alguna maleta?- negué

-bueno, la de kendal que siempre está lista por cualquier cosa pero mia nada- este sonrío

-vamos- comenzó a jalarme hasta el pasillo

-¿a donde? Marco tenemos tres niños en casa- le recordé

-lose, tu solo sígueme- tome mi móvil y bajamos hasta la sala

Miro a todos lados asegurando que nadie nos viera, es el momento menos indicado para reír pero no puedo evitarlo

-Anne, silencio- cubrí mi boca pero la risa, es la risa

Caminamos a la cocina y de allí por la puerta que quedaba justo al Ferrari negro

-sube- obedecí

-¿me dirás a donde iremos?- me miro y sonrío

-sorpresa- rodé los ojos y me puse el cinturón

Después de la EntrevistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora