Narra Anne :
Baje la cabeza ante la mirada de Marco y me cruce de brazos
-dijimos que iríamos juntos- asentí
-si, pero me preocupe y yo también podía llevarla con...- me interrumpió
-regui- termino
-si, con regui, mi amigo, tu amigo y compañero- añadi
-sabes algo, no me está gustando para nada esa amistad- puse mis manos en la cintura
-¿estás celoso?- pregunte riendo
-si, la verdad si estoy celoso y con mucho derecho- negue
-¿vez esto?- le pregunte mostrando el anillo
-soy tuya y si me lo diste es porque te e dado la seguridad para ello- explique
-¿sabes como veo a regui?- le pregunte
-como mi hermano, como veo a Maximilian y si te preocupa que te vaya a ser infiel, tranquilo que se respetar una amistad y no confundir las cosas- termine y voltee para salir
Su mano tomo mi muñeca y me quede quieta
-yo...- voltee
-lo siento Anne, se como eres y que con regui no pasa nada solo que...- pasó su mano por su cara, comencé a preocuparme
-El entrenador me dijo que mi lesión no está del todo bien y que quizá no pueda ir a Estados Unidos con el grupo- negue y puse mis manos sobre su cara
-tú irás a esa gira y tu lesión no será un obstáculo- hable con calma
-¿donde está mi Asensio? Tú me haz demostrado que "rendirse" no está en tu vocabulario, ahora demuéstrale al entrenador que eres más de lo que esperaba- sonrío
-algo demasiado bueno tuve que hacer para merecerte- negue y lo abrace
-gracias anita de mi vida, te amo- dijo en mi oído
-de nada futbolista de mi vida- sonreí y lo apreté con más fuerza
-porfa no quiero tener esta discusión otra vez- pedí
-no volverá a pasar- tomo mi mano
-¿como estuvo lo de Mariana?- preguntó
-dijo que era normal, que los recién nacidos normalmente se la pasen durmiendo- sonrío
-me alegra que la peque esté bien- asentí y me pegue a su pecho
-¿ya haz hecho alguna maleta?- negué
-bueno, la de kendal que siempre está lista por cualquier cosa pero mia nada- este sonrío
-vamos- comenzó a jalarme hasta el pasillo
-¿a donde? Marco tenemos tres niños en casa- le recordé
-lose, tu solo sígueme- tome mi móvil y bajamos hasta la sala
Miro a todos lados asegurando que nadie nos viera, es el momento menos indicado para reír pero no puedo evitarlo
-Anne, silencio- cubrí mi boca pero la risa, es la risa
Caminamos a la cocina y de allí por la puerta que quedaba justo al Ferrari negro
-sube- obedecí
-¿me dirás a donde iremos?- me miro y sonrío
-sorpresa- rodé los ojos y me puse el cinturón