Capítulo 53

46 9 2
                                    

Hilary: -Wow ¿Con que ahora sabes de diversión?
Leo: -Cuanto tiempo hay que quiero mostrarte algo ahorita mismo- se inclinó sobre mí.
Hilary: -¿Faje?
Leo: -Faje tendrá un nuevo significado para ti- mojó sus labios, esto me provocó.
Hilary: -Muéstrame- lo reté.
Leo: -¿Recuerdas cuando nos conocimos y tú me tentabas?- yo sonreí y asentí- Mira- sacó un sirope de su bolsa.
Hilary: -¿Me quieres hacer diabética?
Leo: -Te quiero hacer mía- se abalanzó sobre mis labios y comenzó a devorarlos sin piedad, sentí como la piel de mi cuerpo se erizaba.
Leo deslizó mi camisa y se deshizo de ella, yo hice lo mismo con la suya, extrañaba su torso, su piel perfecta que moría por sentir.
Hilary: -Enseñame lo que puedes hacer, hazme perder el control.
Leo: -No me retes.
Hilary: -Te reto a que me muestres que tanto placer puedes dar.
Leo sonrío y mordió su labio inferior. Bajó su rostro a mi cuello y lo besó intensamente, quitó lo que me restaba de ropa, yo hacía lo mismo con la suya.
Leo devoraba cada centímetro de mi cuerpo con una pasión inigualables.
Leo: -No sabes cuánto te necesité.
Hilary: -Muéstrame cuánto.
Leo: -Con gusto.
Leo bajó su rostro hasta mi pelvis y me daba lamvidas constantes que me hacían estremecer y gemir de placer, presionaba sus manos contra mis muslos y me aferraba a él.
Leo: -¿Te gusta?
Hilary: -Si- dije en un gemido.
Leo: -No te escucho.
Hilary: -¡Sí!
Leo: -¿Quieres más?
Hilary: -Sí, Leo, queiro más- solté un grito de placer cuando continuó- Oh por Dios- gritaba.
Leo se levantó me penetró con fuerza después de dar un ligero masaje entre mis piernas con su 'amigo'.
Era incontrolable, no podía detener los quejidos de placer que escapaban de mi boca.
Leo: -Pídeme más.
Hilary: -¡Leo! ¡Te estás aprovechado!- reí.
Leo: -Hazlo o paro.
Hilary: -No no, no pares, continúa.
Leo: -Dime ¿Quién es mi niña mal?
Hilary: -Yo- decía en un gemido.
Leo: -¿A quién le gusta portarse mal?- solté una carcajada.
Hilary: -¡A mí!- seguía con su vaivén.
Leo: -Di que sólo yo te hago sentir esto.
Hilary: -Sólo tú me haces sentir tanto placer- me retorcía de placer.
Leo: -¿Quién manda?
Hilary: -Yo- se detuvo.
Leo: -¿Qué dijiste?- me miró serio, lancé una carcajada.
Hilary: -Sigue.
Leo: -No.
Hilary: -¿Qué? ¿Como que no?
Leo: -Hasta que me digas quien manda.
Hilary: -Yo- sonreí malévola.
Leo salio de mí- ¿Qué pasa?
Leo: -Di que yo mando.
Hilary: -No.
Leo: -Entonces se acabó el faje.
Hilary: -¡Noo! ¿Cómo que se acabó el faje?
Leo: -Hasta que digas que mando yo.
Hilary: -¿Qué edad tienes? ¿5?
Leo: -Estamos jugando.
Hilary: -Sí, no entiendo porque te molestas.
Leo: -No estoy molesto.
Hilary: -¿Y por qué te vas?
Leo: -Porque yo mando.
Hilary: -¿Tengo que decir que tú mandas para que sigas?
Leo: -No, ya no quiero.
Hilary: -¿Ves? Si estás molesto.
Leo: -Piensa lo que quieras- dijo poniéndose la ropa.
Hilary: -¡Leo que te pasa!
Leo: -Nada.
Hilary: -¿Sólo te vas y ya?
Leo: -Sí, a menos que digas que yo mando.
Rodeé mis ojos, él enserio estába molesto. Se sentó en la cama, yo me arrodille a la par de él y me acerqué a su oído.
Hilary: -Tú mandas en mí corazón, en mi cuerpo y en todo de mí- le susurré sensualmente- Toda yo soy tuya, de pies a cabeza- Tomé su mano y la deslicé por mi cuello, luego la bajé entre mis senos hasta llegar a mi pelvis, luego a mis piernas y las presioné un poco hasta noté que el rostro de Leo se iba suavizando.
Leo: -Eso no me convence.
Hilary: -¿Y qué tal esto?- quité sus boxers comencé a lamer su hermoso amigo, Leo soltaba gemidos que me erizaba la piel.
Leo: -Sigue.
Hilary: -Lo que usted me pida, jefe.
Leo: -No te detengas.
Hilary: -No lo haré, usted manda y haré lo que me diga- noté como le causaban satisfacción mis palabras. En cualquier otra situación no hubiera cedido con tal de salirme con la mía, hubiera sido muy fácil pero no lo hice porque Yebin tenía razón, ceder de vez en cuando es recompensado. Me evité una gran discusión con Leo sólo por ceder en algo que ambos queríamos.
Leo: -Te aconsejaría que te apartes.
Hilary: -¿Me lo aconsejas o me lo ordenas?
Leo: -El volcán está a punto de explotar.
Hilary: -Pero que experimentado te has vuelto.
Leo: -Tuve la mejor maestra.
Hilary: -Quiero ver la erupción- continúe hasta que Leo salió por completo al mismo tiempo que yo. Nos recostamos en la cama uno junto al otro.
Hilary: -Felicidades, me sorprendiste.
Leo: -Tú nunca me dejas de sorprender a mí- me besó en la frente.
Hilary: -Te amo- lo miré a los ojos.
Leo: -No sabes cuánto deseé este momento.
Hilary: -Nunca imaginé que pasaría.
Leo: -Debes alistarte, tenemos una cita.
Hilary: -Wow, faje antes de la primera cita.
Leo: -Merezco un premio, por lo general en la primera cita se llega a primera base.
Hilary: -Tú ya llegaste a home antes de la cita.
Leo: -¿Dónde quieres ir?- me abrazó.
Hilary: -Quiero quedarme aquí abrazada contigo todo el día.
Leo: -Sí hacemos eso nunca nos detendremos.
Hilary: -Todos felices ¿No?- lo besé.
La puerta se abrió.
Señor Ann: -¡¡Qué significa esto!!
Hilary: -¡Papá!
Yebin: -Lo siento Hilary. Tuve que decirle.
Señor Ann: -¿Para esto mandaste a mi hija aquí? ¿Para seducirla?
Leo: -Señor, no es lo que piensa.
Yebin: -Deberia dejarlos vestirse.
Señor Ann: -Tienen treinta sehundos- se volteó- 1...2...- Leo y yo nos levantamos y nos vestimos lo más rápido que pudimos.
Señor Ann: -...24...
Hilary: -¡Ya!
Señor Ann: -¡Hilary! ¡Baja con Yebin al auto!
Hilary: -Papá, debo explicarte.
Señor Ann: -¡No hay nada que tengas que explicarme! ¡Tú, Leo... Ya verás, hablaré con tu padre! Aparté que te demandaré por violación.
Hilary: -Pero él no me estaba violando.
Señor Ann: -Tienes 17 años, el 22 eso se considera violación.
Leo: -¡Déjeme explicarle.
Señor Ann: -¡Eres un degenerado!
Hilary: -No es ningún degenerado ¡Papá yo amo a Leo!
Señor Ann: -¿Qué? ¿Y qué hay de Hongbin?
Hilary: -Yo no quiero a Hongbin ¡Quiero a Leo!
Señor Ann: -Arruinaste el futuro matrimonio de mi hija con alguien que nunca la dejó.
Leo: -¿El qué?
Señor Ann: -¡Cómo lo oyes! Ellos dos ya vivían juntos y Hongbin iba a proponerle matrimonio.
Yebin: -¡Hongbin es un hijo de puta!
Señor Ann: -¿Tú estás de su lado?
Yebin: -Por favor, señor. Escúchelos.
Leo: -¿Por qué no me contaste eso?- me miró.
Hilary: -Iba a decírtelo.
Señor Ann: -Te regresas ahora mismo a Las Vegas conmigo y te casas con Hongbin.
Hilary: -¡No! ¡¡No me quiero casar con él!!
Señor Ann: -No me importa lo que quieras o que no, te casarás con él te guste o no.
Leo: -Oiga, usted no pude obligarla a hacer eso.
Señor Ann: -Yo la puedo obligar a hacer lo que quiera.
Leo: -¡Tiene 17 años! Una vida por delante que disfrutar no puede arruinarla atándose así.
Hilary: -Papá, Hongbin no es a quien yo quiero.
Señor Ann: -No me interesa lo que pienses, tú no volverás a ver a este cuidador que se aprovechó de ti ¡Te vas a casar con Hongbin así tenga que amarrarte hasta la iglesia!

Niña Mal (leo & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora