Pᴀᴛɪᴇɴᴄᴇ |Axl Rose|

Capítulo 10.

Lafayette (Indiana).

27 de junio, 1978.

—Llegamos —Darla aparcó el auto a un costado,apagó el motor y volteó a mirar a la castaña en el asiento del copiloto.

—No quiero bajar,no con este vestido —se quejó Patience encogiéndose en su puesto.

Estaban ahí,aparcadas una cuadra antes del parque porque William le había dejado una nota donde la citaba a ese lugar para hablar de asuntos importantes. La castaña tuvo que recurrir a su mejor amiga para que la ayudara con su outfit de conquista y por supuesto le aconsejara al respecto.

—¿Tienes miedo? —cuestionó la morena,recibiendo un asentimiento de cabeza por parte de su amiga—. ¿Temes que él te diga algo malo? —preguntó y una vez más la castaña asintió.

—No quiero ir —insistió.

—Si no vas a donde te citó, nunca sabrás para que lo hizo —la morena se encogió de hombros.

—Pero yo quiero saberlo —se quejó Patience.

—¡Entonces lleva tu culo al maldito parque y enfréntalo! —Darla empezaba a exasperarse.

Patience suspiró, preparándose mentalmente para lo que sea que William fuese a decirle, y bajó del auto como alma que lleva el diablo,caminando hacia el centro del parque mientras se acomodaba el vestido.

—Estaré en la heladería del frente por si llegas a necesitar algo —le gritó Darla,dando un bocinazo que la hizo sobresaltar.

Patience hizo caso omiso y continuó caminando a paso apresurado, una ráfaga de brisa fría sopló y la castaña se abrazó a sí misma, frotando sus brazos rápidamente.

¿Por qué la había citado William en aquél lugar y a esa hora?

Miles de preguntas bombardeaban su cabeza, empezando a aturdirla y espantarla. De repente había perdido las ganas de encarar a su amigo el pelirrojo por miedo a lo que este fuera a decirle.

Regresó a la realidad cuando tropezó con una parte más baja del piso del parque y fue entonces cuando vio que había un trío de chicas a las que conocía muy bien, aguardando por ella casi en el centro del sitio. La castaña comprendió todo, le habían tendido una trampa. 

Retrocedió instintivamente, huiría en ese preciso instante pero ya era demasiado tarde pues aquél trío de chicas más altas que ella la habían visto y ahora corrían hacia ella para atraparla. La castaña no lo pensó dos veces, también echó a correr lo más rápido que sus zapatos altos le permitían, no se dejaría atrapar tan fácil, si la atrapaban se iban a desquitar con ella.

—¡No huyas, zorrita! —escuchó a una de ellas gritar, las otras carcajearon.

Lo siguiente que sintió fue un jalón fuertísimo en su cabello y una patada en la parte trasera de sus piernas provocando su caída.

—Gina las envió ¿cierto? —la castaña estaba muerta de miedo, intentó levantarse del suelo pero el pie de una de ellas la obligó a quedarse tirada en el suelo.

—Pareces estar bien informada —se burló ella.

Entre dos le sostuvieron de las piernas y brazos mientras que la tercera de ellas sacaba una tijera del bolsillo de su abrigo. Patience reconoció sus intenciones al instante, le iban a cortar el cabello y por supuesto que no iba a permitirlo.