Jungkook ha escuchado un montón de veces a su mejor amigo, SeokJin, decir que él necesita algo dulce en su vida. ¿Y por qué no llevarlo a una tienda de dulces donde capaz que conozca a su alma gemela?
❝─¡Bienvenido a Sweet Place! ¿Qué desea ordenar...
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El día había llegado a su fin esta mañana, sus abuelos se quedaban un día en su departamento y al otro se iban devuelta a su ciudad natal. Y ahora mismo se estaban despidiendo de los abuelos, se les veía felices de poder volver a ver a su nieto comenzando una nueva vida lejos de Gwangju.
─ Oh, realmente disfrutamos pasar con ustedes queridos ─ Kwan, abuelo de Hoseok, abrazaba alegremente a los dos jóvenes mientras recitaba esas palabras con mucha felicidad mientras se despedían afuera del edificio donde les esperaba un taxi que los llevaría al aeropuerto.
─ Nosotros también disfrutamos pasar el tiempo con ustedes ─ Está vez hablo Jungkook, ya teniendo la suficiente confianza con los mayores para hablar sin titubear frente a ellos. El hombre se separó de ellos con una sonrisa plasmada en su rostro lleno de arrugas y, en ese mismo instante, Mi-suk rápidamente fue a abrazarlos cuando su marido se alejó de los chicos, y empezó a decirle a Hoseok lo orgullosa que estaba de que se convirtiera en el hombre que es ahora y que obviamente haya conseguido a alguien tan bondadoso y respetuoso como lo era Jungkook.
Cuando se despidieron, sus abuelos se permitieron soltar unas cuantas lágrimas de alegría y tristeza, ya que se estaban despidiendo de su único nieto. Pero Hoseok tampoco se quedó atrás, él también lloró cuando la puerta del auto fue cerrada, viendo partir a sus abuelos y únicas personas que lo apoyaron en su travesía por la vida cruel y ruda.
De un momento a otro su cintura fue rodeada en un abrazo, sintiendo peso en su hombro izquierdo junto con pequeños besos.
─ Tranquilo bebé ─ Susurró el menor en su oído y se permitió relajarse en los brazos cálidos de su novio. ─ Mejor vayamos a dentro, ya está haciendo frío afuera y no quiero que te enfermes ─ Hoseok asintió y camino con Jungkook hasta su departamento con las manos enlazadas.
Al cerrar la puerta del departamento, Jungkook se posó frente suyo con una sonrisa.
─ ¿Qué sucede? ─ Preguntó, pero no recibió respuesta, simplemente el menor se agachó un poco, y justo ahí, sus pies dejaron de sentir el suelo en un segundo para ser alzado cómo un costal de papas. ─ ¡¿Jung-Jungkookie?! ─ Chilló cuando una mano libre de su novio estrelló fuerte contra una de sus nalgas, dejando un dolor palpitante.
─ Vamos a terminar lo que empezamos ayer bebé ─ Y ahí Hoseok entendió porque ese tipo de comportamiento ahora mismo.
─ ¿Qué?
En su posición, escuchó cómo Jungkook subía las escaleras y abría la puerta para después dejarlo delicadamente sobre la cama y posarse arriba suyo.
─ Ayer claramente me dijiste que podíamos hacerlo hoy, cuando tus abuelos se fueran ─ La cara de Hoseok estaba roja, él pensó que no lo había escuchado y que su traserito estaría a salvo del dolor.
