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[Recuerdos de la niñez de Hoseok]

;;angst

La niñez. Esa parte de tu vida en la cual eres demasiado inocente e indefenso, cómo un muñeco de porcelana que debe cuidarse con cuidado. Eres demasiado feliz que no te das cuanta de lo que pasa en el exterior.

Y eso me pasaba a mi, pero yo me daba cuenta de lo que sucedía tanto en las calles cómo en mi casa; no era un niño estúpido que creía todo lo que decían. Me daba cuenta de cómo mi padre dejaba moretones en el cuerpo de mi madre, cómo la insultaba y la trataba de sirvienta, siendo ella quien traía la plata para la casa.

Aún recuerdo cuando apareció el primer golpe, el primer moretón y la primera vez que vi a mi madre destrozada.
Fue cuando tenía ocho años que mi madre entró a mi cuarto en la noche llorando, teniendo el ojo morado y el labio partido, pero aún estando así no dejaba de sonreír. No dejaba de mostrar la sonrisa que más adoré en mi vida. Lo único que recuerdo que me dijo ese día fue que no le dijera a nadie de lo que pasaba en casa, ni a mis abuelos.

Esa noche durmió conmigo, y yo estaba viendo sus lágrimas bajar de sus ojos, llorando del dolor y el miedo que le causaba mi padre.

Luego volvió a suceder cuando cumplí mis once años, esta vez se había excedido y llegó a tirarle una botella de vidrio; exclamando que no sea tan fácil y deje de restregarse en su jefe, siendo toda una mentira porque mi madre no era así, nunca lo fue y nunca lo será.
Puedo recordar que me había pedido ayuda para curar los pequeños cortes que le ocasionó la botella. Y odiaba que después de todo lo que le hacía mi padre, ella aún siga sonriendo, pero que al final del día terminé llorando por todo.

Yo me preguntaba por qué aguantaba todo eso, cuando podría agarrar sus ahorros y marcharse de ahí conmigo. Y un día le pregunté, su respuesta fue que ella no tenía un lugar a donde ir, porque sus padres no la querían ni al hombre con el cual se había casado en su casa.

Así pasaron los días hasta que pude notar que mi mamá ya no quería aguantar lo que le sucedía, ni a sus gritos, sus insultos y sus golpes. Ya se había cansado hasta de vivir.

Recuerdo que la última vez la que vi fue un sábado, mi mamá no tenía trabajo y me mandó con mis abuelos a pasar una semana con ellos; supuestamente hasta que se calmen las cosas en casa. Y cuando pasó la semana, estaba volviendo muy feliz a mi casa en el auto de mis abuelos, cantando una canción que empezó a sólo ser eco en el auto con vi un par de patrullas de la policía frente a mi casa.
En es momento todo se había sentido tan pesado.

Ese día me dijeron que mi madre se había suicidado después de asesinar a mi padre, y yo había llorado en silencio frente a la tumba de mi madre, teniendo al lado a mis abuelos y unos cuantos familiares.

Mis abuelos habían tomado mi custodia y me criaron, teniendo por lo menos una pequeña parte de mi niñez con recuerdos felices.

Sigo teniendo cómo recuerdo la sonrisa de mi madre y lo que siempre me decía cuando yo estaba triste o llorando por golpes que ocasionaba mi torpeza.

"¿Sabes que tú sonrisa es mi favorita, no? Así que hazle un favor a mamá de sonreír a pesar de todo, ¿okey, bebé?"

Y mis más profundos deseos es poder decirle que su sonrisa era mi favorita y que la sigue siendo aunque hayan pasado los años.

yo terminé llorando lpm :(

perdonen, pero quería hacer eso desde siempre, así que disculpen si es corto y triste.

mañana tal vez tengan el capítulo oficial, éste era cómo de relleno, para que algunas personas entiendan porque Hobi lloró mirando la foto. Sólo por si no entendieron.

─peaches