Brillas como una estrella

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Y ahí se encontraba el pequeño YeoSang, bajo la lluvia, con lágrimas en sus ojos, un vacío en su corazón.

SeongHwa, terminaba de follar con una chica. Tomó sus cosas y dejo a la fémina en aquel cuarto de hotel sola. Caminó en dirección a la parada de autobús más cercana y subió en el primer transporte sin importarle el rumbo, al fin y al cabo, otra noche más durmiendo en la calle no le afectaría. Se bajó del camión en su última parada de ruta y deambuló por las calles cercanas, reconociendo territorio y buscando donde era seguro dormir. Pasó cerca de un complejo de departamentos y vio a un lindo chico paralizado, se le quedó viendo a una distancia alejada, un lugar en el que la lluvia no lo podía mojar. El peli rosa, dio medio giro y caminó en dirección a donde se encontraba SeongHwa, con la cabeza gacha, dudando de sus pasos.

YeoSang decidió regresar a casa, esperar a su padre y seguir como siempre, no esperaba decirle nada sobre lo sucedido con Élia.

Poco le importaba que la lluvia le mojara, poco le importaba si un coche le pasaba por encima, solo quería dejar de sentir que su corazón había sido roto.

Trataba de que su llanto no sonara tan alto ni lastimero, quería pasar desapercibido lo más que pudiese.

Su caminar se escuchaba debido a los charcos de agua que se formaban en la banqueta.

Pasó cerca de un grupo de chicos, para su mala suerte, uno le empujó y cayó en frente de ellos, lo que causo sus risas y un llanto más notorio en YeoSang.

—Eres un marica Sangie ¿Cómo es posible que sigas llorando por cosas tan insignificantes?

Sin levantar la cara, quien yacía en el suelo, pudo reconocer la voz. Se levantó limpiando sus lágrimas, que a decir verdad no se diferenciaban entre la lluvia y estas. Decidido en marcharse. El chico le hizo pararse en seco.

—Oh, vamos ¿No pensarás dejarme así? ¿verdad?

YeoSang guardó silencio.

—Prefieres guardar silencio—El chico caminó en dirección al pelirosa—Teñiste tu pelo, Cheonsa—Dijo acariciando este—Tu cara sigue siendo igual de radiante, pero estas triste ¿Quién te hizo mal mi pequeño bebé?

—No debería de importarte Seong—Respondió en un tono frio, retiró la mano del contrario y siguió caminando.

—Eres un bastardo.

SeongHo se abalanzó sobre el pelirosa y comenzó a golpearlo. Los demás chicos, se acercaron, pero no eran capaces para detener la pelea.

SeongHwa, vio toda la escena desde su escondite, y aunque estuviera cerca de 50 metros alejado del bullicio, corrió para poder salvar al más indefenso. Se metió entre la pequeña multitud, llegó hasta el centro, jaló de la cintura al que estaba golpeando la cara del chico que estuvo observando y le propinó un puñetazo en la mejilla a SeongHo.

YeoSang se levantó y vio como el desconocido había golpeado a su atacante.

SeongHwa, se alejó, tomó de la mano a Yeosang y lo alejó corriendo del grupo.

A lo lejos se escuchaba que SeongHo les maldecía.

Cuando se detuvieron, los golpes en la cara de YeoSang comenzaban a doler.

—Gracias—Logró articular apenas

—De nada. Probablemente hubieras estado muerto si no hubiese interrumpido.

—Lo sé—Dijo en un tono tímido—Gracias de nuevo—Dijo dirigiéndose a su casa.

—Espera—YeoSang se frenó de golpe y giró al chico—SeongHwa. Me llamo SeongHwa

𝘪𝘧 𝘸𝘪𝘵𝘩𝘰𝘶𝘵 𝘺𝘰𝘶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora