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Era demasiado divertido ver a mis hermanos de rodillas duplicando el perdón de mamá.
Puede que crean que es porque los hermanos siempre disfrutan de los castigos de los otros, pero en realidad es que su fachada de chicos malos se derrumban completamente en esta escena. Por supuesto que debo grabarlo.

—¡Mamá, lo lamento! No estés molesto. — rogaba el primogénito aferrandose a las piernas del castaño que aún mantenía esa postura firme.

—Mamita hermoso, amable, comprensivo, lleno de luz...¡Perdóname!— continúo el platinado menor.

—Bien, tienes mi perdón. — se refirió a Peter, quien se levantó de un salto haciendo un extraño baile de festejo.

—¡Si baby!

—¿Y yo qué? ¿Estoy pintado o que chingados?— colocó una mano en su pecho demostrando la indignación en su sistema.

—Pietro, si me dejaras terminar, podrías saber. — lo observó, haciendo que se sienta como un perrito regañado. —Los perdono, pero estarán castigados. Ambos. — aclaró.

—¡Eso les pasa por idiotas!— se burlaba la bruja con una grabadora en mano. Seguro eso valdría millones en un futuro.

—Van a cocinar, limpiar, atender por completo lo que es la casa para que quede reluciente como el primer día que la vieron. Pero claro, tú. — señaló al vengador. —No irás a ninguna misión próxima con los Avengers. Por mientras tú. — ahora su vista fue dirigida al menor. —Las salidas con tus amigos quedan estrictamente prohibidas.

Pietro gruñó pero asintió, sintiendo que ello lo tenía merecido. —¿Y papá qué? Bien que se reía y no quiso ayudarte.

—Seguro lo hizo usar a Manuela. — le murmuró el velocista menor a su hermano, provocando la risa de la tercia más joven.

—Ya larguense a cocinar, por favor. — y cuando colocó la vista en ellos, solo observó sus características estelas. —¡Esto durará unos buenos meses! ¡Menos lo de la cocina!

—Mamá, casi cometes una intoxicación dejando que ellos nos cocinen hasta que se te pase el enojo. — habló la castaña hacia su progenitor, quien había tomado asiento en el sofá procediendo a beber su té.

—Casi. — afirmó, y después la miró analizandola. —Wanda, ¿Quien esa tal Natasha?

Yo, que estaba bebiendo el jugo que hace tiempo me habían traído, lo escupí en el rostro de Hades ante la sorpresa de la pregunta.
Me disculpé con el pequeño cachorro (mascota de Pietro) pues me miraba ladeando su carita.

Wanda tosió nuevamente para recomponerse de aquella sorpresa. —¿Q-Qué?— ahora, aprecio al pastor alemán haciendo un ademán de silencio, provocando solo que este moviese la cola. —Hades, esto nunca pasó.

—Por favor, ella siempre está en tu mente.

—Mamá, por dios. No hagas eso de entrar a mi mente. — volteó la mirada con un ligero sonrojo.

Y al final, la bruja tuvo que confesarle todo al mayor. Desde sus sentimientos, hasta las confusiones que tenía sobre la mujer.

(...)
Ahora llegó la hora menos esperada por la pareja casada, y quizás la única fémina; la cena.
Enserio que Charles se arrepentía de haberles dado la tarea de cocinar, ¿Que pasaba por su mente?

—¿Tenemos que comer esto?

—Nos asesinan con la mirada, claro que debemos. — respondió el telepata en un susurro. —Además, Wanda fue al baño y la ví llevarse las sobras de pasta. Es claro que no saldrá en un rato.

—Vamos, no que le hayamos puesto veneno. — comenzó el Maximoff mayor con una amplia sonrisa.

—Incluso se ve delicioso, ¿No creen?— le siguió su hermano.

Ambos menores, ya cansados del drama y excusas que sus padres ponían para no comer, decidieron actuar por ellos mismos.
El de chamarra de cuero, se encargó de su madre poniendo con rapidez el tenedor (con comida, claramente) dentro de su boca, y no le soltó hasta que sintió que empezaba a degustarlo.
Lo mismo sucedió con Erik, quien tampoco se hizo del rogar cuando la mueca de satisfacción de su amado esposo se hizo ver.

—Hey, no está mal. — halagó el mayor de la familia para empezar a sacar su lado hambriento y parecerse bestia con su sopa.

—Vaya, niños. Realmente me impresionaron. — el ojiazul comía con más moderación, riéndose con suavidad por las acciones de su esposo. —Vamos, vengan a cenar.

—Ya regresé. ¿La comida tuvo una buena aceptación?— preguntó la melliza minutos después de que la sala se quedase en silencio.

—Averigualo, hermanita. — le sonrió su mellizo y le hizo una seña a Peter para que se encargara de ello cuando vió que tenía intenciones de darse la media vuelta.

Y gracias a él, Wanda terminó sentada en su silla, pero gracias a su mellizo, acabó con un tenedor en la boca y demasiada comida.

—B-Bueno, está rico. — volvió a toser cuando una pequeña arveja le pasó mal.

—Aww, gracias. — agradecieron los dos platinados al únisono, antes de volver a comer.

Y así continúo la cena, con charlas triviales, anécdotas, y burlas sobre lo ocurrido en la piscina.
Si, podría decirse que muy normal para esta familia.

(...)


Él es Hades, el cachorro de Pietro.
Fue adoptado por Clint, y dado a su mocoso meses después de la rehabilitación de este, como una muestra de que cuando su anciano no se encuentre junto a él, Hades lo cuidará.

MUTANT  FAMILY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora