Me desperté, estaba todo todavía a oscuras. Escuchaba algún ronquido de mis compañeros y la respiración tranquila de Anne justo en mi oreja. Me rondo la cabeza el pensamiento de que esto en algún momento se acabaría, algún día me nominarian y me iría de aquí. Y todo esto que se estaba creando entre Anne y yo desaparecería, volveríamos a la vida normal. Saldríamos allí a fuera y cada una seguiría con su vida, yo volvería a Galicia y ella a Pamplona. En tres meses como mucho la iba a perder y eso me daba miedo, mucho miedo. No le he dicho a nadie lo que estoy empezando a sentir, mucho menos a ella, le haría gracia, no quiere nada serio, supongo que solo quiere tener un apoyo aquí dentro. Pero en momentos como ahora, teniendola en mis brazos, notando su respiración, siento que quiero estar así toda la vida. Quizás si no la hubiera conocido en estas circunstancias todo sería más fácil. Pero durante todo el día nos graban, luego para ella solo soy como una amiga más, es imposible una relación con ella. Estoy sufriendo por adelantado y me esta doliendo el simple hecho de pensar en perderla.
Mientras pienso esto empiezo a apretar más fuerte a Anne sin querer, con la idea de que no se separe nunca de mí.
-¿Estas bien? ¿Has tenido una pesadilla?-me dijo abriendo lo ojos ligeramente
-No, tranquila estoy bien -dije en un hilo de voz
Ella se quedó tranquila y dejandome un beso en la frente volvió a cerrar los ojos para dormir hasta que sonará la alarma.
-Anne -susurre
-Eva -dijo sarcástica
-Anne, de verdad
-¿Que quieres mi niña? -dijo abriendo los ojos de nuevo
-No te vayas nunca, por favor
Me miro fijamente a los ojos. Y para mi sorpresa no hizo ni dijo lo que yo me hubiese esperado. No susurro un "nunca" como yo quería. Me cogió de la mano en silencio y a hurtadillas salimos de la habitación.
En absoluto silencio, sin apenas mirarme salimos a la terraza.
-Mira esto -dijo señalando al cielo
-¿El que? Anne vamonos, hace frío
-No, miralo -volvió a señalar al cielo
Yo cumpliendo su orden me asome y mire las estrellas, se veía realmente precioso.
-Eso no, eso -dijo girando mi cara hacia la derecha
En ese momento la vi, la Luna, era noche de Luna llena, se veía preciosa, iluminaba a todo el cielo, me dió un escalofrío.
En ese momento sentí que me rodeo con sus brazos apartandome un poco del frío que empecé a sentir.
-¿La ves ya? -preguntó
-Si, es preciosa -susurre
-Lo sé, pero eso no es lo importante, yo la utilizó como una referencia, ya sabes que me gusta mucho viajar, conozco a muchas personas. Bien, pues hace 3 años fui a Irlanda, conocí a Alexis, fueron dos semanas espectaculares, no paró de hacerme reír
-Y ahora estas enamorada de él, lo entiendo, no pasa nada -la interrumpí
-¿Pero que dices? Si es gay, dejame acabar. Es un chico increíble y cuando quedaban apenas 24 horas para que yo volviera a España me entró un mini depresión. No quería volver. Si volvía que él viniese conmigo. No quería perderlo, me había marcado mucho en muy poco, habiamos conectado. Me negaba a volver a una vida sin él y sabía que cuando el avión despegase no lo iba a volver a ver. Sufrí mucho. Muchísimo. Y él esa misma noche me llevó a un parque y nos tumbamos en el suelo, estuvimos una hora mirando el cielo, abrazandonos sin decir nada. Él ya se tenía que ir a su casa y no lo volvería a ver, yo a la mañana siguiente cogía el avión. Y antes de irse me dijo "For many kilometers that separate us, for many turns that our lives will take, remember will always illuminate us the same Moon. After all, we will not be so far away." Y ahora te digo lo mismo, no te preocupes por el futuro, no importa si nos separamos en 1 semana o en 20 años o nunca. Da igual donde estemos o como hayan cambiado nuestras vidas, siempre nos alumbrará la misma Luna. Y siempre podrás mirarla con la seguridad de que aunque yo este en la otra punta del mundo también la estoy mirando. Cuando aprendemos a disfrutar de las cosas más pequeñas de la vida es cuando somos realmente felices. Y yo soy completamente feliz cuando me despierto y te tengo al lado durmiendo, o cuando pones esas caras tan raras, cuando me sacas una sonrisa sin querer, y no me importa si mañana se acaba. No me importa volver a la vida normal, porque algún día mirare de nuevo al cielo, te recordaré y me saldrá una sonrisa, sin reconocer que en una noche estrellada fui incapaz de dejar de mirarte a ti.
¿Que acababa de pasar? Estaba casi llorando.
-Eso de siempre nos alumbrará la misma Luna suena un poco a despedida -dije notando una lágrima resbalar por mi mejilla
-Para nada, suena a una promesa sin fecha de caducidad, es el mayor para siempre que puedo jurarte. Una eternidad a tu lado, porque por mucho que la Luna quiera alejarse, siempre acaba lo suficientemente cerca para que nosotros la admiremos, lo suficientemente cerca para asegurarnos de que esta bien.
-Osea que te alejaras de mí pero te seguirás preocupando
-Tampoco significa eso, yo no decidí que la Luna estuviese tan lejos de mí, quizás ella tampoco lo decidió, son circunstancias de la vida. Y lo que yo quiero decirte es que no importa lo que nos pase, que siempre me brillaran los ojos al hablar de ti, porque has llenado un hueco que ni sabía que tenía. Y en mí siempre podrás encontrar un apoyo real y sincero, no importa lo que haya pasado, el sol siempre alumbra a la Luna aunque las nubes se interpongan.
-Anne, te amo
Y la abrace, dejandole un delicado beso en lo labios. Dandome cuenta que lo primero que haría al salir de la academia no sería alejarme de ella, sino hacerme un tatuaje, ya lo tenía muy claro.
Me subí encima de ella, para mi sorpresa no nos caímos, me llevo a la cama y entre el frío de las sabanas y el calor de su piel me quedé dormida, soñando en un cielo que solo la alumbrará a ella.
