La texture de tes lèvres💄|| Reddie [CANCELADA]

💄• Manchas y Extraños

La cafetería estaba completamente llena, la mayoría de alumnos se refugiaba de la fuerte tormenta entre las paredes azules, por lo tanto, todos aprovechaban para comprar algún alimento o snack y así pasar los quince minutos que tenían libres.

El característico grupo de amigos se encontraba sentado en el suelo de una de las esquinas del lugar, debido a que unos idiotas les obligaron a levantar sus traseros de su mesa habitual por las "buenas". Si su forma de sacarlos por las buenas era insultándoles, no querían saber como era por las malas.

Los únicos ausentes eran Ben, quien probablemente había decidido escapar a la biblioteca, y Richie. Ninguno de los perdedores compartía la primer clase de ese día con él, y Eddie comenzaba a sentir cierta ola de nervios al no saber su ubicación.

─Odio a esos tarados ─Beverly observó a los cuatro chicos reír en su mesa y clavó el tenedor con fuerza en su ensalada─. ¿Por qué no me dejaron decirles que se sienten en el pene de alguien?

Stan y Bill rieron al unísono, al instante se miraron y sonrieron, éste último más tímido que el otro. Agradecieron a las mentes distraídas de sus amigos como para notar eso.

─No somos como ellos, Bev ─Mike alzó sus hombros desinteresadamente, aunque se mostraba molesto.

─¡Pero ella tiene razón! ¿Sabes cuántos gérmenes hay en el suelo? ¡Cientos de personas caminaron justo aquí! No me sorprendería si en unos días me diagnostican sida por alguna estúpida gota de sangre que seguro está debajo de mí ─acotó rápidamente Eddie, tratando de no tirar su pequeña bocha de crema, la cual comía con una cuchara para no arruinar su labial rojo con una clase de mancha blanca cayendo por el labio superior.

Sus pensamientos no lo dejaban disfrutar su helado, una rara mezcla entre el asco de estar comiendo en el piso de su escuela ─pero aún sentado sobre él, por la simple vagancia de mantenerse de pie─ y nervios al no saber la estancia de su amigo, que parecían no mejorar.

¿Y si Richie estaba hablando con el director? ¿Y qué tal si se fue? ¿O si se lastimó y estaba en la enfermería sufriendo?

Su respiración comenzó a agitarse y el aire se volvió pesado, no lo suficiente como para necesitar de su inhalador, pero aún así lo utilizó.

─Ben me envió un mensaje ─la pelirroja observaba atentamente su teléfono mientras su sonrisa se iba ensanchando cada vez más─. Dice que Richie está en la biblioteca... con una chica.

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La decepción y el mal humor le hicieron perder totalmente el apetito, no quería seguir consumiendo de su helado; sin embargo, lo mantenía aferrado a su mano como si fuese un cuchillo afilado y estuviese a punto de utilizar como arma.

Sólo se oían pasos rápidos en el largo y desolado pasillo que finalizaba en la entrada de dos puertas de la biblioteca, ambas de madera barnizada y ventanas cubiertas por cortinas bordo, abiertas de par en par.
Sólo había un detalle inusual en tal entrada: Richie parado junto a esa chica, quien tenía una revista en sus manos, ambos platicando animadamente sobre quien sabe qué tema.

La mandíbula de Eddie se apretó, reemplazando la acción de apretar el frágil cono en sus manos para evitar destrozarlo.

Sus pasos distrajeron al de lentes, provocando que éste interrumpiera la anécdota de la muchacha y dirigiera toda su atención al menor.

Eddie no lo supo inmediatamente, pero estaba feliz por eso.

Eddie: 1

Chica que a nadie le importa: 0

─¡Hey, Eds! ─abrió sus brazos, feliz de verlo por fin─. ¿Qué te trae por estos oscuros lugares? ─preguntó, haciendo referencia a la biblioteca.

─Más bien, ¿qué haces tú aquí?

Observó de arriba a abajo a la castaña a un lado de ellos, nunca había visto a una persona tan notablemente nerviosa como ella; no dejaba de revisar su reloj de muñeca y su vista viajaba hacia cualquier rincón del pasillo, excepto a los ojos de Eddie. ¿Qué le sucedía? Ni siquiera él se ponía así de nervioso.

─Oh, Abby sólo me mostraba un catálogo de camisas ─giró sonriente hacia la nombrada.

Ésta se limitó a sonreír dos cortos segundos, pero borró tal expresión al instante en que finalmente conectó sus asustados y turquesas orbes con los de Eddie. En ese momento, el más bajo supo que Richie decía la verdad y que sólo había un 20% de probabilidades de que su amigo estuviese cortejandola.

─Será m-mejor que me vaya ─le entregó la revista al más alto─. Espero te sirva. Adiós, Eddie.

Kaspbrak frunció su ceño, la actitud de la chica de su misma altura lo tenía confundido, es decir, no tenía razones para reaccionar así, desde su punto de vista. Era la primera vez que interactuaba con ella. Además, ¿por qué sólo se despidió de él y no de Richie?

─¿De dónde la conoces?

Richie rodeó la cintura de su amigo con sus brazos y observó el helado a punto de convertirse en crema bebible. El pecoso aceptó el medio abrazo inconscientemente, todavía pensando en Abby.

─Se sienta junto a mí en Ciencias de la Tierra y siempre lee estas revistas ─alzó su hombro derecho─. ¿Acaso eso es un cono con tu semen?

Eddie miró a Richie como si su rostro estuviera lleno de gusanos y saliera excremento por sus ojos, totalmente asqueroso, y luego vio apenado lo que quedaba de su helado. Quería tirarlo.

Realmente parecía semen en un cono de helado.

Comenzó a sonreír y una carcajada salió de sus labios. No podía parar de reír por todo, es decir, su día estaba siendo más extraño de lo esperado. El bocazas, por su parte, se mantenía sonriéndole y observando su lindo labial.

─Eds, tienes una mancha de crema ahí ─las risas se detuvieron.

─¿Dónde? ─preocupado, tocó su rostro en busca de algo húmedo.

─En tu labio de arriba ─susurró. Su sonrisa formándose poco a poco─. Aunque... Con todo este asunto del semen, me gustaría que esa mancha fuese de otra cosa.

Ojos saliéndose de sus órbitas fue la única expresión de Eddie antes de empujar a Tozier y alejarse apresuradamente de él con sus mejillas tan rojas como frutillas. Las fuertes pisadas volvieron a resonar en el pasillo.

─¡Eds, vuelve aquí! ¡Sé que también lo deseas!

Oh, sí que lo hacía.

─¡No olvides la reunión en el rancho de Mike!

Eddie sonrió y, sin voltear, alzó su dedo corazón hacia Richie.