💄• Arcoirís confuso

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Eddie se sentía más feliz que nunca.

Esa mañana del primero de Octubre decidió pintar sus labios de un lindo multicolor brillante, en honor al orgullo LGBT+.

Salió rápidamente de su hogar para dirigirse hacia su escuela, no sin antes despedirse de su madre. Luego de cerrar la entrada, guardó las llaves en el bolsillo de su overol blanco y acomodó su fino suéter rojo mientras buscaba su bicicleta.

Cuando la posicionó en el asfalto, oyó el sonido de la puerta de su casa abrirse. Se volteó algo extrañado, Sonia nunca salía tan temprano y menos con aquel frío.

─¡Eddie! ¡¿Por qué hay un cigarrillo en la basura?!

El castaño se sobresaltó ante el tono fuerte e intimidante de su madre, quizás había despertado a todos sus vecinos.
Frunció el ceño y analizó las palabras, observando las manos con guantes de plástico de su madre. ¿Cigarrillo? Pero si él nunca fumó y-- Oh...

Richie.

Comenzó a pedalear con rapidez cuando los pesados pasos de Sonia se hicieron presentes, lista para sermonear a su hijo y no dejarle dar explicaciones. Eddie odiaba cuando hacía eso, odiaba sentir la impotencia acumularse en su cuerpo por no tener justicia; era como si te condenaran diez años de cárcel por un crimen que no cometiste.

─¡Eddie! ¡Dañarás tus pulmones si vas tan rápido! ─gritó desesperada, pero él ya se hallaba lo suficientemente lejos como para comprender sus regaños.

Simplemente sonrió y de sus labios coloridos salió una linda risa.

No volvería a casa temprano.

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La clase de Literatura, una de las que compartían Richie, Stan, Bill y Eddie, sería bastante tediosa para un par de ellos y la profesora ni siquiera había llegado.

Todos se encontraban en la entrada del salón, Stan se dedicaba a jugar con los dedos de Bill sin decir ni una palabra, ambos solo disfrutando de su compañía con una pequeña sonrisa. Eventualmente el tartaja acariciaba los suaves dedos contrarios con delicadeza.

Y por otro lado se hallaban Richie y Eddie, siendo el de lentes el más concentrado en el rostro y expresiones del castaño, quien se veía molesto y platicaba sobre un regaño de su madre. Nada nuevo.

Según Richie, Eddie era increíblemente perfecto a un nivel que tendría que ser ilegal. La manera en que los colores se amoldaban a su piel, sus pecas con pequeños brillitos gracias a la crema que el menor tanto amaba, sus pestañas aleteando de arriba a abajo con fuerza y... las manchas de nacimiento en sus labios, esas que casi nunca veía pero siempre tenía presente.

Suspiró. Richie se sentía la persona más enamorada y gay de Derry.

─Eds ─detuvo su plática.

─¿Si?

Eddie le observó confundido por la manera en la que le miraba. Al parecer Richie tendría que poner un cartel de "estoy enamorado" en su frente.

─Todavía no es día de muertos y ya estoy muriendo por ti, bebé.

Las palabras del menor quedaron estancadas en su garganta por unos segundos. Amaba cuando su novio amoldaba sus chistes malos con cumplidos para él, lo que básicamente eran piropos pero prefería verlos de aquel modo.

La texture de tes lèvres💄|| Reddie [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora