💄• Salvar

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Tozier entró al salón y tropezó con uno de los bancos al ver que Eddie se hallaba allí, sentado en su lugar mientras garabateaba en su cuaderno.

Maldijo mentalmente por la remera y el short color salmón pálido que su amigo vestía, ambos con detalles en blanco; Richie casi pudo sentir su miembro moverse ante tal vista.

Las horas de clase aún no comenzaban, por lo que la habitación sólo albergaba sus cuerpos y tenía tiempo de platicar con él... y ganar la lucha contra sus instintos para no besarlo.

Se acercó y notó que los labios del castaño tenían un brillo transparente, dejando al descubierto su color natural.

─¡Eds! ¿Cómo es que eres tan sencillo y sigues pareciendo apetecible? ─relamió sus labios─. ¿Estabas tan ansioso por verme que no hiciste la producción de todos los días? ─Se sentó junto a él.

─No ─hizo un puchero, ignorando el hecho de que le llamó por su apodo especial y la pequeña insinuación─. Mamá me castigó porque no tomé mis medicamentos y prohibió que usara labiales ─Hundió su cabeza de forma dramática en su cuaderno.

─Oh, descuida. La gorda de tu madre sólo tiene envidia de tu belleza y no tolera verte lucir esos labiales. Aunque, no los necesitas para verte bien ─Acarició su cabello pero fue alejado gracias al manotazo que recibió del contrario.

─¡No le digas así! ─gritó, pero se relajó al instante y murmuró:─. ¿De verdad me sigo viendo bonito?

Richie sonrió, se acercó al rostro del menor y acarició su mejilla.

─Mis palabras son tan reales como el olor a alcantarilla de los calzones de tu mami ─susurró

Apretó uno de los mofletes de Eddie, mientras éste tomaba con fuerza el antebrazo del pelinegro en un acto de alejarlo.

─¡Me estás lastimando, idiota! ─Richie lo soltó de inmediato y, en cambio, acarició con su pulgar la piel afectada.

─Lo siento, Eddie Spaghetti. Déjame solucionarlo. Ven aquí.

Richie tomó delicadamente ambas mejillas sin borrar su sonrisa, los ojos del azabache casi que se salían de sus órbitas por lo asustado que estaba, pues no quería ser castigado por las ocurrencias de Richie, pero confiaba en que sus ancestros harían algo para que eso no sucediera. Al menos eso quería pensar.

Sorpresivamente, el de lentes comenzó a plantar pequeños besitos en sus dos mejillas y barbilla, logrando sacar un par de risas a Eddie. Se detuvo, observó sus ojos fijamente y esta vez unió sus labios a los del menor en un beso casto, manteniéndose así unos cinco segundos y separándose justo en el momento en que su profesor de Historia ingresaba a la habitación.

Ambos rieron y saludaron al hombre, quien en realidad había tenido que salir de la habitación al ver al par muy cariñosos, y fingir volver a entrar unos minutos después, como si no estuviera muriendo de incomodidad por las miradas traviesas fijas en él.

Eso definitivamente había salvado el día de los adolescentes, aunque... los besos de Richie hicieron mucho más que salvar el día de Eddie.

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-ᴍ.

La texture de tes lèvres💄|| Reddie [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora