29. Recordar para avanzar

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Ya no habrá distancias que no hayan dolido, 

nos encontraremos lejos del olvido."

*.*  

La arena ya no le reconforta como siempre. El ruido de las olas romper se vuelve insoportable cuando lo único que se apodera de la mente de Agoney es un rubio de metro y medio. El viento despeinando los mechones color chocolate ya no le devuelven la energía de siempre.

Ese ya no era su lugar de calma. Ese mar delante de sus ojos no era su refugio. Su lugar de escape siempre seria la voz grave de Raoul acompañada de las olas de Barcelona.

Miriam, a su lado, agarra su mano y lo dirige a la gran casa que resalta en ese paisaje.

Las dudas quedan a un lado cuando ponen un pie en La Academia. El olor a limón los recibe trayendo a su memoria los recuerdos que ya parecían muy lejanos. Agoney mordió su labio inferior y con la valentía naciendo en su cuerpo se dirigió al despacho de la directora. Mientras su hermana lo acompañaba de cerca hasta separarse, brindándole un fuerte abrazo en donde el moreno estuvo seguro que le curó todas las partes que todavía estaban sin sanar.

Con pasos decididos, Agoney atravesó toda esa ala de la casa hasta llegar a la puerta blanca que iba a cambiar todo. Cerró los ojos para revivir las imágenes de las últimas semanas con Raoul. Se recrearon esos momentos de dedos uniendo lunares en un cuerpo de miel, la boca limpiando el resto de chocolate caliente alrededor del lunar catalán, los besos lentos y los apasionados, y por últimos los "te quiero" desprevenidos.

Suspiró y se adentró en esa oficina de ventanal amplio.

Victoria, sentada en su asiento de cuero, lo miró ni bien se abrió la puerta. La mirada verde lo examinó en silencio mientras sus piernas empezaban a temblar más de la cuenta. Con pasos lentos, acortó la distancia sentándose justo en frente de la directora.

Tragó saliva inflando su pecho para soltar las palabras que tanto temía decir.

- No pude hacerlo - negó - pagare las consecuencias.

Libre. Se sintió libre.

- Gracias – la sonrisa sincera de Victoria demolió todos los futuros escenarios que su mente se hacía creado.

Agoney alzó las cejas siendo incapaz de entender aquella respuesta del todo.

» Hiciste lo que muchos de tus hermanos no se atrevieron – se explicó - enfrentaste tú solo a toda una Asamblea. Tal vez no lo entiendas ahora, pero tu pequeña acción provocó una gran revolución.

No se lo creía.

¿Victoria le estaba dando las gracias por desobedecer?

- Solo seguí a mi corazón - respondió mientras sus propias manos se entrelazaban por encima de la mesa.

- Agoney – la sonrisa se mantuvo en pie en el rostro ajeno – hiciste que muchos de tus hermanos se cuestionen cosas que se daban por normales.

Las palabras simplemente abandonaron su mente. No era capaz de razonar lo que la directora le estaba diciendo.

¿Realmente había hecho un mínimo cambio?

Visibles | ragoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora