Capítulo 8

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- ¿Es el olor de Mista, verdad? - preguntó Narancia.
- ¿Qué? - dijo Bucciarati.
- La solución al apocalipsis. Vamos a hacer que los zombies huelan a Mista y se desmayen porque, uh, oh, apesta.

Abbacchio empujó su silla hacia delante y se inclinó para chocarle la mano a Narancia.

Bucciarati relajó su expresión.

- Buen chiste. Sí, resulta muy gracioso pensar que los zombies tan solo se desmayarían, y no morirían instantáneamente debido al hedor.
- ¡Chicos! - se quejó Mista - No tiene gracia.
- No es un chiste - dijo Trish -. De hecho, lo del apocalipsis era solo una excusa. En realidad esto es una intervención. Mista, hueles mal. Realmente mal.
- Nuestra primera pista es Giorno- prosiguió Bucciarati -. Por algún motivo que desconocemos, él es inmune al virus. Si eso está relacionado con la última voluntad de su madre, entonces tenemos una pequeña posibilidad de deshacer todo esto. Giorno, ¿qué te dijo exactamente?
- Me dijo que él era el culpable y que ya había intentado antes algo parecido. Me pidió que fuese a la mansión de los Joestar y me entregó una imagen suya. No os la puedo enseñar porque es una fotografía erótica - añadió rápidamente -, pero el caso es que si lo viese en persona lo reconocería. Es rubio y... atractivo.
- Como tú entonces - dijo Fugo.

Mista silbó y Abbacchio soltó una carcajada.

- Me refiero. Si es tu padre es normal que te parezcas a él - se corrigió Fugo.

Los silbidos de Mista comenzaron a reproducir Careless Whisper de George Michael. Abbacchio se balanceaba haciéndole la burla.

- Esa es nuestra primera opción - los cortó Bucciarati, preocupado por la salud mental de su segundo hijo -. Es algo fantasiosa, pero si la información resulta ser veraz lo más seguro es que podamos terminar con el apocalipsis. La segunda opción tiene que ver con lo que le pedí a Abba que hiciera en la casa de apuestas.

> Diavolo, como excéntrico paranoico que os expliqué que era, contrató hace tiempo a un médico igualmente extravagante. Al principio supusimos que era para cuidar de su salud y seguridad, pero la forma que tenía de utilizar su espacio de trabajo nos hacía sospechar otras cosas. Nunca estaba con Diavolo y nos pedía los objetos y substancias más extrañas que os podáis imaginar.

> El hombre era un genio, pero utilizaba su inteligencia para hacer el mal; creó verdaderas aberraciones vivientes y nadie podía objetarse porque se encontraba bajo el amparo del jefe. Su desaparición unos días antes del apocalipsis me hizo pensar que tenía algo que ver. Cuando fuimos a la casa de apuestas, estaba seguro de que él era el culpable de alguna u otra forma. Había creado mutaciones genéticas similares con anterioridad, por eso no sería raro. Pero ahora que sé que el responsable es el padre de Giorno, tengo otra idea en mente.

> Podríamos utilizar su mente prodigiosa para crear una cura. Si alguien es capaz de hacerlo, ese es él. Y si no hay un antídoto todavía, es porque él probablemente no quiera hacer uno, así tendríamos que obligarlo. No creo a su novio le hiciera mucha gracia. Y muerde.

- Bucciarati, no necesitábamos detalles sobre la vida sexual de ese señor - dijo Fugo.
- No es nada sexual. Literalmente va por ahí mordiendo a la gente. Y ladrándoles.
- Eso suena muy sexual.
- Tienes que admitirlo, Bruno - coincidió Abbacchio -. Probablemente sea algo sexual.
- Me niego a creerlo - dijo Bucciarati agitando la cabeza -. Lo siento. Ya tengo normalizado que un hombre semidesnudo se pasee por la habitación a cuatro patas con un collar de perro.
- ¿¡¿¡Abbacchio!?!? - gritó Mista.
- ¡Se refiere al señor ese! - dijo Leone con la cara roja.
- Exacto - rio Bucciarati -. No creo que Abbacchio estuviese muy cómodo con un collar para perros. Le sentaría mejor un arnés.

Bajo la luna de sangre (jjba fanfiction)Where stories live. Discover now