El acantilado era el límite del mapa. Parados como estaban a la orilla de éste solo se veía el mar en su extensión. Haría falta más que un esquife para atravesarlo si se lo propusieran. Yukari miró al abismo, allá abajo las olas golpeaban las rocas con furia. El día que Tsukune había salvado a Mizore, esta estaba decidida a tirarse al vacío, consiente de que era una muerte segura. Por suerte, él la había salvado y le había dado un motivo para seguir viviendo. La otra Moka, la que Andy no conocía aún, también lo había hecho,aunque a su manera.
--Qué frío hace!—Dijo Andy
--A mí me gusta—Dijo Mizore--. Es lo que más se parece a estar en casa.
--En ese caso te gustará Inglaterra –Reconoció Andy--. De alguna forma, esto es como estar en casa para mí, también.
Tsukune admiraba a Moka. La vista era hermosa, pero más aún lo era ella.
--Leer un mapa es más difícil de lo que creí—Dijo Kurumu--. Quizá desde un lugar más... alto.
Con el cráneo en manos, desplegó sus alas y emprendió el vuelo. Andy había visto esas alas antes, pero no en acción. Ver a Kurumu explorar, aún a cierta velocidad y distancia, era magnifico. Era como si hubiera algo en ella, una gracia inherente en cada acción que realizaba. Cada giro, cada aleteo.
--Nada—dijo al fin aterrizando.
--No creo que haya que subir, más bien hay que bajar--. Yukari aún miraba el abismo.
Todos se reunieron alrededor de ella y buscaron. Había que saber qué y dónde buscar. Una entrada construida de manera bruta para poder soportar la embestida de las olas cuando la marea subía.
--¿Cómo llegaremos allá?—Preguntó Andy con vértigo. Una cosa era mirar hacia abajo y otra era bajar.
Sin avisar, Kurumu lo tomó por detrás. Sintió sus manos en su pecho, y sus pechos, suaves y cálidos, en su espalda. En dos aleteos se separaron del suelo. La primera reacción del chico fue intentar alcanzar el suelo con la punta de los dedos, pero Kurumu lo apretó más fuerte. Cayeron en picada por el vacío. La entrada, era un arco debajo de dos piedras que sobresalían. A la entrada se veían dos estatuas de dos hombre sosteniendo el dintel de aquella boca oscura. El calor que desprendía Andy comenzó a elevarse llegando a ser insoportable para Kurumu. Ella lo dejó caer. Las piernas del chico fallaron y cayó rodando por el suelo. Aquello apagó sus brazos que comenzaban a incendiarse. Todo eso pasó en unos segundos, pero para Andy fueron como minutos enteros.
--Ya vuelvo--. Dijo Kurumu. Él intento decir "lo siento" mientras se sacudía el polvo, pero ella ya se había alejado.
En la penumbra, sus ojos ámbar resplandecieron. Podía ver en la oscuridad. Echó un vistazo a la entrada. Era un túnel hasta donde alcanzaba a ver. No sabía si el mapa entero era subterráneo si en algún lugar el túnel salía a la superficie. Como fuera, no había vuelta atrás. Ese era su punto de no retorno.
Kurumu apareció con Mizore en brazos. Esta vez con un aterrizaje mejor ejecutado, más delicado y lento. Mizore hizo un intento ocultar sus bragas bajo su falda, pero Andy las había visto --Blancas con rayas moradas verticales--. Su rostro enrojeció, y de su cabeza salía humo, así como de su nariz con cada respiración. Ambos evitaron el contacto visual.
--Ustedes, chicos. Tienen que hacer algo con todo esto--. Dijo la súcubo con los brazos extendidos, uno a Mizore y el otro a Andy. Se refería a la temperatura que sus cuerpos despedían--. Cargarte a ti fue como un infierno, y a ti también...solo que frío.
Uno a uno, Kurumu transportó a sus amigos a la entrada del túnel.
--Qué oscuro está aquí--. Dijo Moka.
Yukari se quejó de lo mismo, como casi todos los demás. Solamente Kurumu y Andy podían ver en la oscuridad. Veían a sus amigos entornando los ojos tratando de divisar algo más allá de sus brazos extendidos frente a ellos con forme se adentraban en el túnel. Los nervios de Andy lo habían hecho comenzar a elevar su temperatura de nuevo. Kurumu que caminaba detrás de él, pues ambos guiaban el camino, más que notarlo se sentía desesperada como una rana en agua hirviendo.
--¡Dios! Eres como un termostato--Dijo ella consciente de que debía hacer algo si no quería morir en aquel horno --. Cierra los ojos.
Andy obedeció. Todo el grupo se detuvo. Kurumu se acercó a Mizore, aunque esta no la veía, y entonces le quitó la paleta de la boca. Mizore no dijo nada, sabía lo que iba a hacer, y lo aceptaba pues su condición de Yuki-onna la hacía más sensible al calor.
--Abre la boca--. Volvió a hablar Kurumu. Andy la obedeció.
Lo siguiente que sintió el chico fue un caramelo macizo en su lengua sabor coca-cola. Cerró la boca y entre sus dientes quedó el palo de la paleta. Cada respiración se sentía como la vez que había tomado una menta e inmediatamente había tomado agua helada. Aquello había sido un experimento de su hermano.
Kurumu dejó escapar un suspiro de alivio. Andy abrió los ojos y vio a Mizore sacar una nueva paleta de la bolsa de su sudadera.
Ya habían reanudado la marcha cuando Mizore, acercándose a Kurumu, le susurró al oído pensando que Andy no la escucharía.
--Tenía una extra, pudiste haberme preguntado--.
--Me pareció más sexy de esta forma--. Contestó ella.
No hubo respuesta por parte de Andy más allá de la exhalación de un poco de vapor por la nariz. Y Siguieron caminando. Las paletas que Mizore solía tener en la boca la ayudaban a regular su temperatura.
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Ice and Fire
AventuraAndy llega a estudiar a la Academia Youkai. Da una buena impresión al grupo de amigos de Moka y Tsukune, excepto con Mizore Shirayuki. Pues el día que se conocen Andy provoca un accidente tras otro. Uno de ellos los lleva a un extraño mapa a un teso...