Aquel túnel parecía infinito. Una gota resbaló desde el techo, se escurrió por una estalactita, y golpeó el suelo. Al poco rato Kurumu pisó un charco, y poco más tarde pisó otro. Esos charcos aparecían más seguido cada vez. A partir de ese punto el grupo, y especialmente Moka, tuvieron que moverse con mayor cautela. No tardaron en llegar a un verdadero problema.
Paso tras paso, Andy se movía entre agua que le empapaba los tobillos. Kurumu lo sintió también y se detuvo, y detrás de ella, el resto del grupo.
--No podemos seguir-- Dijo Moka--. Yo no me puedo mojar.
Tsukune hace rato que en la oscuridad le tomaba la mano so pretexto de guiarla. Tsukune tanteaba el suelo con el pie para cerciorarse de que el camino era seguro para la vampiresa. Sabía el daño que sufrían los vampiros al entrar en contacto con el agua.
-- Te puedo cargar-- Dijo Tsukune.
Moka dudó, no quería aprovecharse de Tsukune en una situación así. Las demás chicas también desaprobaron la idea celosas de la cercanía de ellos dos.
--No será necesario--. Intervino Mizore congelando unos metros del suelo. El agua se había convertido en una pista de hielo liso, atrapando hasta los tobillos a Andy. Las paredes y el techo también se habían congelado. Ya no se oía aquel goteo constante. Andy concentró el calor en sus pies por un momento, apenas para liberarse sin descongelar el suelo–. Pero tendrán que guiarme.
Continuaron caminando. Mizore al frente, seguida de Andy quien con una mano en su hombro le decía cada tantos metros que el hielo había terminado. Ella sentía el tacto de la palma del chico en su hombro, era cálido y suave. Se alegró de darle la paleta –mejor dicho, de que Kurumu se la arrebatara--. En ese momento se dio cuenta que había desarrollado sentimientos hacia el chico. Cuándo y por qué, no lo sabía. Pero allí estaban.
Detrás de ellos estaban Kurumu y Yukari tomadas de la mano, Kurumu guiaba el camino para la brujita. Tenían miedo, quizá de perderse, pero mantenían siempre en mente el tesoro. El jugoso tesoro que las haría ricas. Desde que habían escuchado la palabra tesoro por primera vez en la sala de profesores se imaginaron lo maravilloso que sería vivir en un magnifico castillo, rodeadas de sirvientes –elegantes mayordomos y graciosas maids—que les dieran la bienvenida a la voz de "goshujin-sama". También imaginaron vestidos y autos lujosos. Fiestas con champagne y licores caros. Incluso viajes y hospedajes en hoteles de la más alta categoría.
Finalmente, Tsukune y Moka los seguían. Aunque apenas podían verse el uno al otro sentían su presencia. Respiraban su aroma, oían sus pasos y su respiración, sentían su calor –acentuado por el contraste con el frío que desprendían las paredes, el suelo y el techo congelados--. Tsukune sentía el cuerpo de Moka presionando su brazo temerosa de alejarse y perderse en la oscuridad infinita. Estaban juntos y eso bastaba para poder continuar.
De pronto, a lo lejos, divisaron la luz al final del túnel. Por un momento quedaron cegados, pues sus ojos se habían acostumbrado a las penumbras. Cuando lograron enfocar se toparon con un pantano. La salida de la cueva estaba a mitad de las aguas. Mizore congeló el camino hasta la orilla y continuaron.
Estudiaron el mapa, seguían en camino correcto. Pero en dónde estaban? Qué tan lejos de la academia Youkai?
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Ah! Chester, te extrañamos. Este capítulo va por ti.
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Ice and Fire
PertualanganAndy llega a estudiar a la Academia Youkai. Da una buena impresión al grupo de amigos de Moka y Tsukune, excepto con Mizore Shirayuki. Pues el día que se conocen Andy provoca un accidente tras otro. Uno de ellos los lleva a un extraño mapa a un teso...