END GAME [Navia] [+18]

❁━━━━━━✧II✧━━━━━━❁

Cada parte de tu cuerpo es un rompecabezas que quiero completar —Natsu.

Se miro al espejo una vez más antes de entrar a la oficina de aquel hombre  que la volvía completamente loca. El juego había empezado a partir de ese día. ¿Cuánto iba a durar? Quién sabe, solo hasta que alguien se rinda.

Esto sería una nueva experiencia para ambos, solo deseaban que la amistad no sea rota por algo como eso... Aunque esa realidad es algo muy lejana solo que aún no lo saben.

—¿Qué te parece el café? —pregunto con una sonrisa aún con la bandeja en la mano.

—Perfecto, Jushi.

El dio un sorbo sintiendo como el calor recorría su cuerpo. Observó a esa mujer tan atrevida de forma disimulada. Esa falda le llegaba por encima de su rodilla, la blusa blanca le quedaba de maravilla y ese cabello joder le encantaba como caía hasta su cintura como cascadas de agua pura.

Se levantó de su asiento, agarrando unos documentos y se acercó a ella.

—Puedes llevarle esto a Erza y decirles que ya los he firmado. Luego preguntarle cómo va el artículo de la revista Jackson —mostro una leve sonrisa, Juvia asintió ante aquello. Estaba algo decepcionada pero no lo quiso demostrar.

Ya acercándose abrir la puerta se sorprendió de sentir las manos grandes del Dragneel en su cintura. Ella estaba de espaldas así que lo sintió cerca de su oído.

—¿Creiste que te dejaría marchar así? Si lo creíste estabas muy equivocada, My Lady —su voz fue ronca y un poco brusca, pero fue suficiente para hacerla estremecer.

Sus mejillas la delataron aquello le había gustado tanto para avergonzarla y Natsu sonrió de forma juguetona.

Un gemido bajo escapó de sus labios, ella cubrió su boca con una mano. Natsu estaba acariciando su muslo, lentamente subió hasta sus bragas frotando dos dedos de alante hacia atrás.

—El juego empieza... Y ya te estás mojando que linda eres —admitio sin dejar de acariciarla.

—A-Ah~ —volvio a gemir dejando caer los documentos al suelo —Detente...

Más bien sigue... Quiero todo de ti.
Maldita sea ves como pones a Juvia.

—Tu cuerpo pide más, My Lady —Le dio la vuelta y la pego en la puerta. Ella empezó a temblar al sentir el bulto rozar su intimidad, Natsu la tomo de las caderas y la cargo rodeando sus piernas en su cintura.

—Huh.. —Abrazo su cuello, enrededando sus manos en su cabello
—Estamos en la oficina Natsu-sama.

—Es temprano, aún no llegan todos y de verdad te quiero poner muy cachonda —subio sus manos hasta sus pechos y desabotono la blusa mostrando el brasier de encaje, lo bajo y saco uno de sus pechos.

—Es injusto que usted empiece primero —la situación le gustaba pero eso no se lo diría aún.

—Que rica estás —acerco su rostro al pecho libre de aquella mujer hermosa y empezó a lamerlo y chuparlo una y otra vez.

Sus gemidos... Eran muy bajos pero le resultaba tan placentero.
Estaba despertando y ella lo sabía.

Bajo la mirada, observando como el disfrutaba chuparla con fuerza hasta que quedara su piel roja por sus marcas.

Uh, si esto estaba más que caliente para ella. Gimió pero de placer, hasta que él se detuvo y bajo su mano hasta sus bragas acariciando en medio de la tela frotando con sus dedos.

—Te gusta. Vamos dilo, no me sentiré mal por ganar el juego tan rápidamente —esos ojos verdes que tanto le encantaban se clavaron en los suyos como explorando sus más oscuros pensamientos.

—Sigue soñando, Darling —no se quedó atrás, aprovechando el bulto que la rodeaba movió su trasero de alante hacia atrás simulando embestidas.

—Uh, preciosa no me provoques —respondio ante sus movimientos y la imitó simulando que salía y entraba dentro de ella... Olvidándose del hecho que podía acabar con el pantalón húmedo si se corría...

Aunqje solo era una simulación para calmar sus deseos... Pero ese calor no se apagaria.

Sin resistir acabaron por unir sus labios mientras aún se movían de la misma forma, otra vez en medio del beso el pelirosa tocó su pecho libre para masajearlo. Sus bocas se encontraban en un delirio de placer, jugaban con sus lenguas sin parar de "embestirse".

Que buena forma de empezar el día. Si así fuera todos los días no le molestaría nunca ir a trabajar ni los sábados.

—¡Juviaaaa! —se escucho cerca de la oficina del Dragneel.

Se separaron del beso agitados mirándose con una sonrisa maliciosa.
Hasta que Juvia escucho como Erza la llamaba por los pasillos y decidió alejar al chico con sus manos cosa que casi se le hace imposible.

—Tks... A veces detesto a Erza —lo escucho murmurar con molestia. Pero qué lindo estaba cuando se molestaba de esa forma.

Erza-san, a veces eres muy inoportuna, pero admite que esa expresión de Natsu-sama es tan joder... Ojalá la castigara así de molesto.

Arreglo su apariencia aunque sus bragas se sentían húmeda luego se encargaría de eso. Acomodo los papeles que estaban en el suelo para llevarselos. Natsu la seguía con la mirada.

—Que tengas buen día Darling. —Le dio una mirada divertida señalando el desordenado cabello de su jefe y luego ver aquel bulto que tanto la había rozado hace unos momentos, una risa burlona se le escapó.

—Creo que ahora sí siento que son buenos días, My Lady. —Le guiño un ojo antes de verla salir. Esa mujer es mejor de lo que sus sueños le mostraban. Ahora tenía que calmar a su amigo fiel.

<<Definitivamente se encargaría de que fuera suya y de nadie más>>