END GAME [Navia] [+18]

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Estoy perdiendo todos mis sentidos —Natsu.

Juvia no quería salir del baño, aquello había resultado muy vergonzoso seguro él se burlaría. Aunque su reacción le resultó extraña.
No veía la hora de sacar ese objeto de su interior, intento calmarse, respiro profundo lavándose la cara. Se encontraba más calmada... Pero seguía con esa sensación incomoda debido al vibrador.

Se acomodo la ropa, con sus manos peino un poco sus cabellos para verse más decente asegurándose también que el objeto no fuera visible.
Salió del baño mirando a sus alrededores, no quería ver a su jefe pero tenía que ir a su sitio de trabajo, después de todo que haría sin su secretaria.

—¡JUVIA LOCKSER! —eso no era bueno, esa mujer estaba enojada como siempre.

—¡SI! —exclamo asustada, eso ya era normal en esa empresa.

—¿Donde crees que vas? ¡Aún tienes que realizar los informes, observar como se encuentran los números sobre la nueva publicidad! —la mujer empezó a regañarla mencionando miles de cosas, Juvia solo asentía pidiendo disculpas.

—S-Si... —decia tímida.

—Ahora regresa al trabajo —dijo molesta, Lockser solo camino con prisa hacia el lugar. Aún no estaba acostumbrada a los regalos de Porlyusica.

—Siempre haces lo mismo con Juvia. Aún no entiendo por qué no puedes ser más amable con ella —comento Erza quién había presenciado la escena —¿Acaso la odias?

La mujer no mostró reacción —Eso es algo que no te incumbe, regresa al trabajo mocosa.

Scarlett sonrió —Claro jefa, aunque si me lo preguntan, diría que es por algo más.

Porlyusica no dijo nada más y simplemente se marchó. Pero Erza fue capaz de notar un ligero cambio en su rostro, es como si esa anciana supiera algo sobre Juvia.

—Me preguntó, ¿qué estará ocultando? —pensó una última vez para seguir con lo suyo.

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Los besos se volvían cada vez más candentes, a este paso su cuerpo sería inestable. Todo porque Natsu había aumentado la intensidad del vibrador y Juvia cayó al suelo indefensa cubriendo su húmeda intimidad.
Por suerte, solo Dragneel había notado eso al salir de su oficina y entro a tiempo para que nadie la viera, cerrando la puerta con seguro.

De todas formas, nadie notaría lo que hacían era normal que Juvia se encerrara a trabajar cuando estaba su jefe o cuando tenía mucho trabajo.

Aunque está vez era otra clase de trabajo.

El pelirosa la vio tan indefensa que atacó sus carnosos labios, ella no tuvo más remedio que aceptar gustosa aunque avergonzada. Otra vez, volvería a ponerla excitada, una tortura muy placentera pero al mismo tiempo la condenaba.

Sus grandes manos entraron en la blusa jugando con sus pechos luego de alzar el sostén. Sus lenguas danzaban saboreando sus salivas mezcladas.

—Que cara tan erótica, My Lady —su voz era seductora y muy gruesa. Juvia se sonrojo sintiendo ahora como los dedos del chico jugaban con sus labios.

—E-Eres... M-molesto... —alcanzo a responder agitada.

—¡Aahh! Así que eso es lo que piensas de mí. Muy bien —ahora su modo travieso lo obligó alzarla hasta la pared que se encontraba cerca de la puerta.

—¿Qué estás...? —fue interrumpida cuando el chico bajo sus bragas, lo vio desabotonar su pantalón y sacar su gran y erecto miembro.

—Jugare un poco contigo, quizás así me digas lo que ya sabes~ —susurro en su oído lamiendo su cuello lentamente.