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Mi desesperación se hace más grande, verte no es suficiente para calmarme. —Natsu.

Sus ojos se posaron en los de ella, estaba de vuelta como secretaria. Con esa sonrisa tan tierna, mirando la agenda mientras espera su orden.

—¿Listo? —Preguntó la peliazul.

—Juvia programo la reunión que Natsu-sama pidió. —Escribía en la agenda. —Zeref-san, Minerva-san y Silver-sama están de acuerdo en apoyar con sus fondos al desfile de Lady Layla, su nueva colección de ropa será magnífica.

—Te ves emocionada por ello. —Admitio sonriendo.

—La ropa de Lady Layla es asombrosa, Juvia le alegra poder ayudar en esto a Natsu-sama. —No dejaba de mostrar su sonrisa, algo que no pasó desapercibido para el Dragneel.

—Me alegra que te diviertas con esto Jushi. A propósito... —Se levanto de su asiento, con una leve molestia tomo a Juvia de una de sus mejillas, la chica chillo.

—D-Duele... N-Natsu-sama... —Se quejó.

—Ayer luego de que despertaste decidiste simplemente dejarme solo e ir a la celebración... —El tono de voz, le aseguraba que no estaba muy contento.

—Pero Juvia era la encargada tenía que estar presente... —unas pequeñas lagrimas se le escaparon.

—El problema es... Tú bebiste junto a los demás y no te acuerdas lo que hiciste. —Eso le molestaba aún más.

—J-Juvia recuerda... Fue un accidente. —Se disculpó. Por supuesto que recuerda cómo contó algo que no debia sobre él. Natsu estaba entre molesto y sonrojado.

Juvia había contado algo tan vergonzoso, de como jugaban de niños a la princesa en peligro del monstruo y el príncipe que va a rescatarle. El problema es que el monstruo era Erza, la princesa Natsu y Juvia el apuesto príncipe. Y quería que jugaran otra vez en la fiesta, todos se reían de Natsu por haber tenido el papel de doncella en riesgo, no lo pudo evitar si Erza estaba ebria.

Ahora la tomo con ambas mejillas y un tick de enojo se formo en su frente por recordarlo. —¿Qué voy hacer contigo?

Juvia levanto un dedo con una gota en la cien estaba ligeramente asustada. —N-Na... Na su... shama geldone a Ju... via

El chico la soltó. Juvia sobó sus mejillas sin dejar de mirarlo preocupada. —Claro que lo haré...

Eso la hizo sonreír, por lo que se abalanzó abrazarlo hasta que un pequeño sonido llamó su atención, Natsu había asegurado la puerta.
—Te perdonó Jushi, pero que casualidad es hora del almuerzo. Y yo tengo que saciarme.

—¿Q-Qué quiere decir? —Esto no sería bueno.

La cargo en sus brazos de forma nupcial, eso la hizo sonrojar, los fuertes brazos de su chico la sostenía como se imaginaba en sus sueños. No pudo evitar fantasear un segundo.

 No pudo evitar fantasear un segundo

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