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Y sin decir más, se levantó del sofá, dejó el cojín y cogió unos libros que tenía cerca de ellos. Eran de física avanzada, cálculo y estudios avanzados, casi tirándoselos en la cara al otro joven de ojos gatunos.

—Te alabaré si puedes resolver todo eso —sonrió muy confiado, juntando sus brazos entre sí.

—No hay de qué preocuparse, ya lo tengo todo planeado —sin dejar de lado su carisma, chasqueó los dedos haciendo que un humo negro apareciese en la habitación.

En cuanto los ojos del rubio se alzaron de nuevo, contempló a otro jovencito de gran altura, pero con un rostro mucho más joven al de él, con facciones muy bellas y un delicado cuerpo. Como si se tratase de un cisne bellamente dibujado.

Su cabello era plateado, lo que concordaba perfectamente con sus ojos semi apagados, pero bastante profundos al mismo tiempo, sin olvidar que sus labios se encendían como el fuego mismo; todo ese bello cisne, estaba parado frente a él y al demonio.

—Oh, Xion, que gusto verte.

—Qué bueno, porque para mí no —respondió sin el dejar de sonreír tiernamente.

La risa que Hwanwoong dejó escapar, hizo que ambos demonios volteasen a verlo.

Haciendo que se callase de inmediato.

—¿Y este quién es RAVN? ¿Nueva presa? ¿Tan rápido? —sus pasos no eran lentos y elegantes como el contrario; estos eran apurados y llenos de energía, lo que hizo rápidamente retroceder al ya mencionado— Sí que tienes gustos muy variados ¿eh? Bueno era de esperarse, el Señor no deja que te quedes con uno solo porque teme que te encariñes con ellos —su risa era tan malvada como sus palabras.

Hwanwoong arrugó la nariz, dispuesto a hablar ciertas cosas, hasta que una voz los hizo separarse.

—Xion déjalo en paz —la mirada no era seria ni elegante, era fría y cortante como nunca antes la habia dirigido a alguno de los presentes.

—Ya abuelito, no te enojes —levantó los hombros, sonriente el de cabello plateado—. Y tú tampoco niñito, eres tierno y todo —sujetó la cara del rubio con sus manos—, pero no te creas demasiado por ser el nuevo favorito de RAVN —los ojos cafés del mencionado, se paralizaron en tanto el ajeno, retiraba sus manos del rostro.

—Xion, hablo enserio —dejó los libros a un lado y se puso de pie—. Mejor ve con estos libros y resuélvelos cuanto antes ¿de acuerdo?

Los ojos negros del otro jovencito más alto fueron a cada uno de los presentes y luego rió momentos después sin aparente razón.

—Ten cuidado —volvió a observar a Hwanwoong—, te puede parecer muy tierno y amable, pero él es capaz de hacer cosas que jamás habrías pensado —se notaba muy orgulloso de inspirar terror.

—Qué bueno que lo digas, porque no es el único que puede hacer cosas imposibles —retó el otro sin despegar sus ojos de los ajenos.

—Bien, bien, ya basta ustedes dos —un par de brazos se interpusieron en sus caminos—. Xion llévate estos libros y complétalos, ahora mismo. Y tú —apuntó al otro—, mejor siéntate en el sofá.

—¿Física y cálculo? —preguntó arqueando una ceja, cuando unos libros pararon en sus brazos— ¿Me crees Aristóteles o algo así? Ni si quiera sé de Pitágoras y me mandas a ver esto —su queja era insuperablemente difícil de medir.

Y al parecer no era el único que estaba perdiendo la paciencia porque sin que el menor parara de hacer sus berrinches, un chasquido sonó y un humo lo envolvió en completo silencio.

Cuando ambos jovencitos volvieron a estar solos, se miraron y comenzaron a reír por la broma que habían hecho. Como si fuesen niños o amigos de toda la vida.

—¿Quién era ese? —preguntó ya, segundos después Hwanwoong con curiosidad mientras volvía a sentarse en el sofá.

—Xion, uno de mis sirvientes en el inframundo. Ya sabes, nada nuevo —sus brazos se habían vuelto a colocar sobre su cabeza, y tan solo dejaba un agujero para poder hablar con normalidad—. Oh, bueno...considera normal, tener que aguantarlo desde antes de los 3000 A.C.

En cuanto dijo eso, el rubio no pudo aguantar la risa y comenzó a reír a todo pulmón, sin poder detenerse, en tanto su compañero de al lado lo imitaba.

—¿Enserio? —las risas no parecían poder detenerse— ¿Enserio lo soportas desde hace tanto tiempo? Pero si se ve como un niño —sus ojos parecían querer dejar salir lágrimas, en tanto el chico de cabello más oscuro abrazaba un cojín como soporte.

—Sí, sí, eso parece...pero...pero no es así, el siempre habla mucho...y es súper desesperante —era demasiado incluso para él, jamás pensó que podría llegar a reírse así con alguien. Lo que lo hacia preguntarse si era normal que un demonio riese tanto.

𝐁𝐢𝐭𝐞 𝐌𝐞 #RedMoon2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora