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Los dos jovencitos estaban sentados uno al frente del otro, uno de ellos no tenía problemas para nada, mientras que el otro no se cansaba de lanzarle miradas llenas de rencor.

—¿Y bien? ¿Puedes comenzar y TERMINAR, ahora sí tu presentación?

—Creo que sí, ahora sí. Gracias Hwanwoong —su lengua tocó levemente sus labios, a lo que el ajeno rodó los ojos rápidamente—. Bueno, ¿Por dónde empiezo? Ya te dije que soy un demonio, vengo a comerte y que te ayudaré a cometer todo tipo de actos maléficos que planees.

—¿Eso es todo? —sus brazos se recostaron ligeramente en la mesa.

—Dime qué más quieres saber —lo imitó el joven de cabello negro.

El rubio se notaba nervioso con lo que dijo el otro, mas de inmediato se revolvió el cabello.

—¿Por qué a mí? ¿Qué hice? —RAVN lo observó en silencio sin una sonrisa, volviéndose aterradoramente serio y frío.

—No lo sé desgraciadamente, pero créeme Hwanwoong —se acercó a él lo más que pudo por sobre la mesa, y lo miró directamente a los ojos—. No eres un simple mortal, no al menos desde el punto de vista de allá abajo —señaló—. Ya no más. Tú debiste tener algo como para que me enviaran —en cuanto terminó de hablar, regresó a sentarse en su lugar.

Desde la inesperada visita, habia sido la primera vez que el ajeno veía al supuesto demonio tan frío con alguna pregunta que le hacían. Lo que muy contrariamente a tranquilizarlo, solo lo empeoró y le dio una sensación extraña en el estómago.

—¿Algo más que quieras preguntarme? —dijo el más alto de los dos juntando sus manos.

—Sí...—respondió con tono bajo—...¿cómo es que me encontraste? —poco a poco salía de su trance— Quiero decir, he visto varias películas pero en ningún momento te dije la dirección ni tampoco firmé nada, así que es imposible que seas un demonio ¿o sí? —cruzó los brazos expectante.

Una sonrisa se dibujó momentáneamente por el rostro del joven.

—Bueno Hwanwoong, dime tú. Has visto como soy capaz de cambiar de forma, un gato, una mariposa, una serpiente, un perro...

—¡Espera, espera! —fue interrumpido por una voz diferente— ¿Puedes transformarte en una serpiente? —de un momento a otro, unos ojos felinos lo veían penetrantemente— Bueno, solo, es...es que...solo decía...—su rostro era un libro abierto, haciendo que una risita baja se escuchase.

Y así como lo dijo, el humo negro regresó dejando ahora una serpiente negra sobre la mesa. Siseaba y se enroscaba maravillosamente, dejando sin palabras al rubio quien con asombro no dejaba de verla. Repentinamente y sin que se diese cuenta, ya habia una mano tocando la cabeza del reptil y el cual siseaba relajadamente, logrando enroscarse en el delgado brazo de Hwanwoong.

—¡Increíble!

—Si eso te parece increíble, no quiero pensar qué pasaría si te mostrara mi verdadera forma —habló una voz sin aparente procedencia, haciendo que la cabeza del ya mencionado voltease en varias direcciones—Tranquilo mi lindo tigre, no estoy en ningún lado. Sigo siendo la serpiente, pero cuando cambio de forma puedo usar la telepatía para comunicarme contigo. Ya sabes, cosas de demonios.

—Así que eso era —contestó, antes de hacer una mueca de dolor.

—¿Qué sucede Hwanwoong? ¿Pasó algo? ¿Viste algo?

—No, no, no es eso —miró su brazo—, solo creo que es tu peso. Mi brazo se siente cansado, es todo —intentaba no tomarle mucha atención a lo que él mismo decía, y únicamente limitándose a sonreír maravillado por el ser.

Esto no pasó desapercibido por todos pues pese a la intensa mirada del rubio, la serpiente se desenrolló velozmente dejándose caer al suelo, en tanto un par de ojos miraba aterrado aquel acto. Y en menos de un parpadeo, ya habia de nuevo otra persona en el cuarto.

—RAVN, pero qué...

𝐁𝐢𝐭𝐞 𝐌𝐞 #RedMoon2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora