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Volver al mundo humano lo habia puesto demasiado en duda, y darse cuenta de eso le habia puesto de mal humor.

Cuando llegó, las luces estaban prendidas y el cuarto de Hwanwoong dejaba escapar pequeños ruidos de diversas cosas. El ya mencionado caminó esperando lo peor por parte de Xion o de Leedo, mas en cuanto entró se topó con otra cosa muy distinta.

—Oh, vaya RAVN lo siento mucho creo que debí decirte de esto antes...—su mano fue directo a su mejilla, limpiándola levemente—...Sonará raro, pero tengo una llave de repuesto en caso le pase algo a Hwanwoong. No atendía su teléfono así que vine cuanto antes, toqué unas cuantas veces, pero tampoco respondió así que decidí entrar.

El demonio escuchaba atentamente la historia mientras se posicionaba junto al cuerpo de Seoho y posicionaba sus ojos en el cuerpo debilitado de Hwanwoong.

—Disculpa si te molestó, juro que no volveré a hacerlo y de hecho...no debería pues...—RAVN podía sentirlo claramente; el cuerpo de Hwanwoong estaba inconsciente aún y su aura denotaba deterioro en el alma, como si cierta bondad en él se hubiese esfumado. Le parecía raro...pero si lo que suponía era cierto, entonces era buena señal—...pues ahora tiene un nuevo compañero, y uno fuerte así que no hay de qué preocuparse —rió el otro con ojos más chiquitos.

Su alma era clara y nueva, como la de Hwanwoong en un inicio. Aunque eso era lo último que hubiese visto, pues no solo denotaba el alma perfecta para los demonios, sino que su cuerpo mismo era bastante claro con lo que decía sin que este lo notara.

—Lo bueno es que tiene buenos amigos como tú. Te agradezco por cuidarlo por mí, mientras no estaba, eres muy amable —sus labios sonreían, en tanto sus manos se movían por entre los dedos de las manos del contrario.

Seoho rió avergonzado levantándose rápidamente del suelo y alejando sus manos de RAVN, quien no hizo más que seguir mirándolo complacido.

—Yo...ya, debo...debo irme, hasta otr...otra.

—¿Seguro te quieres ir ahora Seoho? —su mano sujetó fuertemente el delgado brazo del jovencito de cabello dorado— Si algo pasara, nadie lo sabría...nadie lo diría...—se acercó un poco más—...sería como si nadie lo supiese.

La cabeza del ya mencionado giró lentamente, solo para toparse con una sonrisa conocida y unos grandes ojos felinos.

Había caído, y eso era lo único que le importaba al demonio.

Con una fuerza no vista, levantó al otro chico de las ropas y lo elevó por el aire hasta empujarlo hacia el sofá más cercano. Donde se posicionó sobre él sujetándole los brazos y empujando sus labios contra los de este.

Ambos comenzaron una batalla interna por demostrar quién era mejor, claramente esto no duró mucho pues las escurridizas manos de RAVN ya habían comenzado a moverse por debajo de su camisa cuando estos se separaron.

—RA...RAVN...—su voz se oía tan diferente a cuando hablaba que casi juraría que estaba imitándola, mas se retractó de este hecho, cuando volvió a deslizar su mano por su pecho y otros gemidos se lograron escucharon.

En tan solo un chasquido, las ropas extras de Seoho ya habían sido arrancadas con brusquedad por unas garras afiladas y unos dientes capaces de destrozar carne vieja.

Seoho gemía con cada mínima caricia que el otro le proporcionaba, ya sea mordiendo su cuello u otras partes de su pecho, e incluso cuando este le jalaba el cabello para que lo mirase a los ojos si lo llegaba a besar.

A comparación de Hwanwoong, Seoho no tenía temor de demostrar cuanto le gustaba lo que el otro jovencito le hacía, y eso para sorpresa de RAVN lo calentaba bastante; pues una presa que cree que va a vivir, sin saber que convive con la misma muerte...era una de las cosas que definitivamente le proporcionaba gran éxtasis al demonio.

𝐁𝐢𝐭𝐞 𝐌𝐞 #RedMoon2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora