Capítulo 11

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Durante toda la semana Andrew intentaba pasar la mayor parte del tiempo con Natally, pero igual que en ocasiones anteriores, las vacaciones significaban más tiempo para las prácticas de fútbol de su colegio, por lo que también tenía que apartarse de ella todas las tardes.

—De verdad Natally, lo siento —le dijo una tarde a su prima—. No quiero dejarte, pero me matarán si no voy, soy el mediocampista y capitán del equipo, no puedo faltar al entrenamiento. Te lo recompensaré.

—Lo harás cuando hayan iniciado las clases, debes ayudarme a ponerme al día con lo que hayan visto…

—¿Qué quieres decir?

—No seas tonto, And…Voy a estudiar acá después de vacaciones, ya hablé con papá…

—Tío Christian te ha matriculado en este colegio.

—Claro, sabes que nunca puede decir que no a algo que quiero —respondió ella con una sonrisa—, además ya quería cambiarme de colegio.

—Natally, no verás a Tía Caroline ni a Tío Christian todos los días, sin añadir a Susie.

—Susie también vendrá, solo que entrará un poco después que los demás de primero, porque papá encontró la matrícula tardíamente.

—Nat, hablaremos de esto más tarde, no creo que sea una buena idea que te quedes aquí.

—Te tendré cerca primito, así no te sentirás tan solo.

Andrew suspiró. —Hasta más tarde, Nat —dijo y la dejó para irse a su entrenamiento.

—No lo veo convencido de que te quedes… —dijo Derek, acercándose a ella después de que Andrew saliera—. ¿Estás segura de que no hará nada para que te vayas? 

—Estoy segura —respondió ella girándose para besarlo—, Andrew es cabeza dura pero al final solo quiere intentar hacer lo mejor para nosotras, cuando vea que estoy bien aquí se olvidará de lo demás.

—Eso espero, no quiero perderte… —la besó nuevamente—. Aunque sea un misterio el cómo, pero te quiero a mi lado.

Natally sonrió. —Ten por seguro que no me iré, no quiero sentirme vacía por algo que vaya a dejar atrás por gusto de mi casi-hermano.

***

Andrew llegó a su entrenamiento, el campo de fútbol empezaba a verse un poco blanco por la nieve que empezaba a caer, esa era una buena manera para practicar, las condiciones hacían que el balón corriera más rápido y fuese más difícil para el guardameta atajarlo.

Rápidamente los demás jugadores llegaron a la cancha, uno a uno se pusieron los tacos para practicar. Pero por más que lo intentó, no pudo concentrarse en el juego, su mente viajaba entre Natally, quien iba a renunciar a todo por quedarse cerca de él, y Cathlen a la cual deseaba tanto poder ver, se había dado cuenta que de verdad la amaba, ella era la única chica por la que había estado preocupado en toda su vida, bueno sin contar a sus primas y su madre, no podía dejar de pensar dónde había ido. Vincent y Gregory, quienes eran sus mejores amigos, jugaban como contenciones, esperando a que Andrew hiciera su creatividad para abrir al contrario y ellos controlar el balón y recuperarlo en cuanto alguien de su equipo lo perdiera.

Andrew durante todo el entrenamiento se dedicó a entregar mal el balón y a perderlo justo cerca de la línea de defensa, sus amigos simplemente no entendían lo que pasaba así que decidieron dejarlo solo y sin que el balón llegara a sus pies.

—¿Qué te pasó hoy? —preguntó Vincent cuando estaban en las duchas.

—Perdiste todo lo que te llegaba… —terminó Gregory.

—No lo sé —respondió Andrew suspirando—, hoy no es mi día, tengo mucho en mi cabeza y no pude concentrarme.

—Pues no podemos jugar de esa manera el siguiente partido —gritó James desde el otro lado, él odiaba a Andrew por su titularidad y haber sido elegido como capitán cuando él había quedado de segundo.

—Ya lo sé —dijo Andrew levantándose y acercándose amenazante—. Estaré bien para el próximo partido, pueden estar tranquilos. —Para ese entonces ya habrían iniciado las clases y él estaría con Cathlen, o al menos la podría ver.

Salió del vestuario y se fue a su habitación, estaba muy cansado como para hablar con Natally, ella era muy testaruda y el hacerlo significaba que terminaría siendo una discusión sin sentido.

***

Natally se encontraba en la biblioteca, quería un tiempo de tranquilidad, mientras Andrew no supiera lo suyo con Derek, si él iba a hablar con ella lo mejor es que estuviera sola para no tener que presenciar un encontronazo entre los chicos. La tarde caía y las sombras naranjas se proyectaban sobre las mesas de la biblioteca. Desde que se había matriculado a mitad de semestre tenía que hacer todos los trabajos pendientes y entregarlos al igual que todos sus compañeros.

Suspiró mientras colocaba el punto final a su trabajo de historia, un resumen acerca de las más grandes obras renacentistas europeas. Un trabajo corto, pero que contenía mucha información que tenía que seleccionar de acuerdo al país elegido para ello.

Recogió todas sus cosas, se vería con Derek en la noche, cuando sabía que era más improbable que Andrew saliera a buscarla.

Derek la esperaba al inicio de las escaleras que llevaban al sótano, saldrían a dar un paseo por el campus mientras caía la noche y sonaba la campana del toque de queda.

—¿Has terminado? —preguntó Derek abrazándola.

—Sí, Italia era el mayor expositor del renacimiento, o eso, o al menos era del que más información había.

—Francia tuvo sus cosas también. 

Natally sonrió y tiernamente colocó un dedo en la punta de su nariz. —No discutiremos sobre ello ahora. —Tomó su mano y salieron del edificio de clases.

Paseaban por el campus mientras el sol se ocultaba.

—Derek, ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Hasta mil, cariño.

—Es que me estaba preguntando —dijo ella mirando a la nada—. ¿Qué pasó entre tú y Andrew? No es normal que él sea así con los demás…

Derek sonrió. —Nat, él siempre es así, solo contigo es tranquilo. Pero la verdad, todo viene desde que entré al internado, una chica entre nosotros fue lo que pasó.

—¿La chica que es mi compañera de dormitorio?

—Así es, pero no tienes que preocuparte, ya ella se acabó para mí… Tardó mucho en darse cuenta de la realidad si vuelve y deja a Andrew.

—Andrew no es malo, de hecho él es bueno y cariñoso.

—Nat, amor, no quiero discutir de esto contigo, pero si fuera bueno ella no habría intentando suicidarse.

—Tú no estabas aquí, no viste lo que pasó, por qué lo hizo, no viste lo que sufrió Andrew cuando la tuvo entre sus brazos casi muerta. —A Natally se le enrojecieron los ojos al recordar a su primo ese día, la preocupación que se reflejaba en su rostro al ver que la persona a la que amaba estaba muriendo.

—Sé que no estaba aquí, una emergencia en mi casa me había hecho irme… Pero tampoco puedo decir que él sea malo, si la encontró a tiempo significa que no quiere perderla. —Derek abrazó a Natally— Pero no quiero discutir. Dejémoslo ahí por favor.

—Está bien, quedaremos con el tema hasta aquí.

La noche había caído y los chicos debían ir a sus respectivas habitaciones, Natally esperaba con ansias conocer a la chica que había robado el corazón de su primo, era momento de poder hablar con ella. 

Subió a su dormitorio, amaba a Derek y amaba a Andrew, tenía que hacer que ambos se conciliaran, no iba a estar separada de uno a causa del otro. Y si era cierto que la enemistad entre ellos fue a causa de una chica el problema principal ya estaba arreglado. Era hora de que ambos se conocieran y pudieran notar que, a pesar de todo, eran idénticos en su manera de querer a los demás. 

Un Amor Sin LimitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora