Capítulo 18

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Cathlen se sentía cansada con el largo viaje y las pequeñas discusiones de la noche anterior. Cuando llegó al comedor observó a Natally fuera.

—Buenos días Cathlen... —saludó Natally, un poco nerviosa—, em... quería pedirte disculpas...

—Buenos días —respondió Cathlen—. ¿Por qué disculpas? Tú no me has hecho nada.

—Bueno... fue por lo que dije anoche... Te hice ver como una persona sin corazón.

—¡Ah! Por eso no te preocupes, sé que todos estábamos enojados por tonterías. —Cathlen empezó a buscar por el comedor a los gemelos, tenía que pedirles una disculpa antes de continuar con esa mañana. Cuando finalmente los divisó dijo a Natally: —Discúlpame, Natally, debo ir a arreglar algo.

Se acercó a los gemelos, respiró profundo y con una profunda tristeza interrumpió a los chicos quienes estaban con una chica, ambos embobados con ella, aunque tenían una razón, era Virginia la chica más hermosa en el internado, con su altura podía ser muy bien una modelo, su cabellos castaño contrastaba con unos ojos verde jade que impresionaba el solo mirarlos.

—Em... Chicos —dijo tocándoles los hombros. Virginia la miró con aire de suficiencia, como si ella fuese un insecto.

—Bien creo que me iré —dijo con su dulce voz a los gemelos, se levantó de la banca—, hablaremos más tarde. —Les lanzó un beso y se fue. Los gemelos giraron a mirar a Cathlen.

Ella tragó el nudo que se formó en su garganta, tenía que decirlo y era mejor hacerlo ahora.

—Creo que les debo una disculpa —dijo mirándolos, era difícil para ella decirlo, pero era la verdad, los había tratado muy mal, además de haberlos hecho a un lado—, en verdad me he portado como una tonta y...

—Pues la verdad de portaste como lo hacía Andrew —interrumpió Steven.

—Y nosotros siempre habíamos aborrecido esa manera de actuar —continuó Stephan.

—Sí, ya lo sé, pero ya les dije que lo lamento, yo misma entiendo que actué de la manera que siempre critiqué —dijo ella, bajando su mirada, la culpabilidad de lo que hizo la acechaba—. También sé que ustedes sólo hacían todo por mi bien, pero cuando lo entendí correctamente ya era muy tarde y no tenía ni la más mínima idea de cómo pedirles disculpas.

—Bueno... —dijo Stephan, mirando a Cathlen. Tomó su barbilla y la levantó para que los viera, no era de esa manera en la que la chica siempre se comportaba—, la verdad es que por mi parte quedas perdonada, a veces hacemos y decimos cosas que no debemos, o no queremos, pero siempre tienes que ver lo bueno que pasó con esa persona, no lo que te haga en un momento de disgusto sino todo lo que pasaste y lo que hizo q naciera esa amistad.

—Igual por mí —dijo Steven—, pero también recuerda, una segunda oportunidad se da sólo una vez, se vuelve a repetir esto y podrás estar segura que aunque nos duela ignorarte podremos hacerlo.

Cathlen sonrió a los chicos. —Gracias, de verdad. No podía seguir así, no pasando tiempo con ustedes ni sabiendo nada de su vida... ¿Cómo así que ahora la señorita soy-toda-una-supermodelo está con ambos?

Los chicos se miraron entre ellos, una amplia sonrisa se dibujó en sus rostros. —Ni nos preguntes... —dijeron al unísono.

Cathlen recordó que había dejado a Natally fuera y sola, así que les pidió un momento, se deslizó por el comedor hasta que llegó donde estaba la otra chica. La tomó del brazo y la llevó junto a los gemelos.

—Chicos... les presento a Natally, es nueva por acá —dijo, se giró hacia la chica—, Natally, ellos son Steven y Stephan.

Natally miró a los chicos, genial gemelos idénticos, tendría que aprender a diferenciarlos, pero cómo... Ambos tenían el cabello negro y ojos castaños muy oscuros viéndose casi negros, bien tenía que haber una diferencia, pero no la veía a simple vista. Después de vacilar un segundo, presentó la mano para estrecharlas. —Erm... mucho gusto, Natally Hurts.

Un Amor Sin LimitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora