Capítulo 4

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A la mañana siguiente Cathlen se despertó y salió de la cama sin despertar a Andrew, había fallado al toque de queda, ahora tendría más problemas. Cathlen se estaba duchando cuando sintió unos brazos fuertes que la abrazaban desde atrás y unos labios húmedos que le acariciaban la piel, pero ella se hizo la indiferente ante aquel toque, sabía que era Andrew y las escenas de la noche anterior se agolpaban en su mente, aún más el placer que había experimentado se hacía eco en ella. No obstante prefirió no hacer caso a Andrew, quien al ver su distanciamiento se enojó 

—¿Por qué no me quieres ahora? —gritó—, te he servido todo en bandeja de plata, mírame me tienes aquí como un loco rendido a tus pies y tú no haces otra cosa que despreciarme y oponerte a tus sentimientos cuando sabes que me amas y no puedes mantenerme alejado de tus pensamientos… —Salió de la ducha, se vistió y se fue de la habitación. 

Cathlen se sintió aún peor de como se sentía anteriormente. Se duchó y salió del baño, se acostó en aquella cama y se echó a llorar, decidió que no volvería ese día al internado, no quería que nadie la viera. 

El lunes ella ya había llegado al colegio y su primera clase era Literatura, como Derek estaba en todas sus clases ella se sentó con él. Ya no era capaz de mirar a Andrew otra vez. Andrew se sentó cerca de ella, no le importaba tanto lo que había pasado, estaba furioso y dolido, pero no iba a desquitarse con ella, fue una estupidez de su parte haber propiciado aquel arrebato de pasión por su parte, debió dejarla marchar cuando lo hizo, pero su atracción hacia ella le había hecho darse cuenta que sin Cathlen no podía estar tranquilo, la quería solo para él. Derek se acercaba cada vez más a Cathlen y ella no se inmutaba, Andrew sentía un sentimiento que crecía en su interior. Celos. “¿Por qué simplemente no dejo que ella sea feliz?” Se preguntó “Porque ella te pertenece, es para ti, no la dejes marchar sin luchar por ella” respondió una voz en su cabeza. 

Cathlen quería hablarle a Andrew, él debía conocer lo que la llevó a actuar como lo hizo, pero la impresión que había quedado de la pelea del día anterior no le permitía acercarse a él, ella se sentía triste, podía haber sido posible que se hubiera convertido en una persona frívola mientras que Andrew había cambiado tanto de parecer. 

Poco a poco los días pasaban y ella no estaba segura sobre lo que estaba pasando entre Andrew y ella. Un día decidió que no valía la pena seguir pensando en las cosas, debía dar un paso al frente, dejar un poco su culpa de lado y preguntarle que era lo que tenían ellos ahora. Se propuso hacerlo a primera hora, antes de que los estudiantes llegaran a clases, sabía que si era rechazada no sería el hazmerreír de la clase completa, especialmente ya que todos conocían que ella era el centro mismo de las burlas de Andrew. 

Lo encontró antes de su clase de Historia, se sentó a su lado. Andrew se tensó ante este gesto, aun podía recordar lo ocurrido en la habitación del hotel, haber tenido ese cuerpo tan perfecto para él entre sus brazos y haberlo sentido con todo su ser. Cathlen lo miró detenidamente a los ojos cuando volvió a mirarla. 

—Hola… —dijo ella tímidamente. 

—Hola, cariño —respondió él y no pudo reprimir el impulso de besarla—. Pensé que nunca volverías a dirigirme la palabra, lo… 

—Creo que creí lo mismo —dijo ella callándolo, poniendo un dedo sobre sus labios—. No puedo creer que actuara como lo hice… Me porté como un monstruo, como lo que más aborrezco en la vida. 

—Tú solo te comportas como eres… —la besó nuevamente— eres espectacular… Aunque siempre te cuidas de los demás y por eso los alejas… Pero yo quiero que eso cambie. Te amo, Cathlen y no quiero que te alejes de mí nunca —terminó de decir, la besó apasionadamente, ella era suya, no la iba a perder, no iba a dejar que nadie se la arrebatara. 

Un Amor Sin LimitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora